Nota del día
El poder no debe ser preso de los gobernantes, México requiere una sociedad más participativa
05 abril Por: Fernanda Bretón
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Rector UPAEP analiza la función de la Democracia de cara al arranque de las campañas para el proceso electoral de junio 2021.

Con el inicio de las campañas electorales, el Rector UPAEP invitó a la ciudadanía a pensar cuáles son aquellos liderazgos que se van a elegir y cuestionarse cómo se va a desempeñar todo el proceso electoral para poder contrastar ideas y buscar construir un país más justo y solidario.

Haciendo alusión al análisis del profesor investigador Juan Pablo Aranda Vargas, analizó el papel de los políticos frente a la democracia, y la manera en que este puede ayudarnos a vislumbrar la construcción de país que se requiere, todo ello bajo el contexto del arranque de las campañas electorales del próximo junio.

Sostuvo que hoy, la sociedad civil del siglo XXI, tiene una responsabilidad crucial de ser partícipe de estos procesos, no debe abstenerse al llamado a la solidaridad que muchas veces se ve preso de los protagonismos de ciertos líderes y en este sentido todos tenemos mucho que aportar.

“El lugar del poder en la democracia moderna se debería convertir en un lugar vacío; lo esencial es que les está prohibido a los gobernantes apropiarse e incorporarse al poder, el lugar de este se muestra como aquel al que no puede dársele una determinada figura, que no se le puede entregar a nadie y del cual solo son visibles los mecanismos de su ejercicio”, citó el académico durante su colaboración en el espacio informativo de Fernando Canales.

Esto -dijo-, nos hace replantearnos la idea de que la democracia se personifica y que todo debe ser apostado a una sola persona cuando realmente se debe apostar por que esos espacios sean lugares de discusión en donde converjan perspectivas diferentes y en donde al final nadie es dueño de la democracia.

Añadió que Lefort consideraba dos características fundamentales ante la tesis del espacio vacío de las democracias; la primera destaca una perpetua resistencia a ser capturada por una idea que pueda considerarse final y definitiva; es decir, la democracia no admite un camino único para la resolución de problemas o retos que vive un determinado país, por lo que se puede concluir que no hay ideas definitivas en la democracia.

En segundo lugar, implica la imposibilidad de cualquier posesión del poder, la democracia no es de nadie, se trata de una especie de préstamo donde temporalmente se efectúa una administración de lo contrario y llevándolo al caso mexicano, es sumamente peligroso.

“Me atrevería a afirmar que en México vivimos la antítesis de este espacio vacío desde siempre, pero desde el naciente presidencialismo mexicano del siglo pasado, hemos vivido una transformación a un presidencialismo de especie narcisista”, sostuvo el académico.

Agregó que, como sociedad debemos ver este proceso con una mirada distinta, se debe aprovechar la oportunidad que esta elección nos da para tratar de cursar este reto democrático en pos de mejorar las condiciones de quienes más lo están sufriendo en este momento histórico de la humanidad y de cara a construir el andamiaje que requiere nuestro país.

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