La historia del laboratorio de suelos, agua y bromatología comienza como un lugar en donde se conjuntaban varias disciplinas para la docencia de prácticas específicas sobre el análisis de muestras; sin embargo, tras la creación de la carrera de Ingeniería en Biotecnología, se decide cambiarle el nombre a Laboratorio de Agua, Suelos y Bromatología, comenta la maestra María del Rayo García Varillas, responsable del espacio.
Éste, es el lugar ideal donde los alumnos de las carreras de Ingeniería en Agronomía, Medicina Veterinaria y Zootecnia, Ingeniería Ambiental, Ingeniería en Biotecnología y Nutrición desarrollan de forma práctica las teorías aprendidas en clase sobre la composición de los alimentos, agua y suelos.
Dentro de este laboratorio se encuentran los equipos y materiales necesarios para hacer determinaciones cualitativas y cuantitativas de los elementos mencionados anteriormente, explica la Ing. Rayo García. Las prácticas de algunas materias, requieren de un lugar adecuado para realizar análisis bromatológicos, análisis de fertilidad de suelos y calidad del agua. La ventaja es que el laboratorio está muy bien equipado, comenta con orgullo la docente.
Nuestra casa de estudios ha invertido en la creación del laboratorio y en la constante modernización de su infraestructura, ya que al incluir en su formación académica técnicas y procedimientos propios de la industria, busca brindar mejores oportunidades de trabajo a sus estudiantes al momento de egresar.
Los alumnos de Ingeniería en Agronomía desde el 3er semestre y hasta los últimos, ocupan este laboratorio para aprender sobre el manejo de suelos, dice la maestra Yolanda Leticia Martínez Martínez, profesora de medio tiempo del área de Química, del Decanato de Ciencias Biológicas, quién regularmente hace prácticas con sus estudiantes en este laboratorio.
El laboratorio también tiene una proyección social muy variada fuera de la universidad ya que realiza análisis de muestras de alimentos que pueden salir al mercado, desde productos de consumo humano, como el mole y las mermeladas, hasta comestibles para ganado, ya que los alumnos de las carreras de Nutrición y Medicina Veterinaria son capaces de hacer análisis bromatológicos, donde se determinan las fibras, grasas y proteínas que contiene un alimento.
Algunas instituciones que hacen uso del laboratorio, como servicio externo son CONAGUA y SAGARPA (por mencionar algunos), ya que los costos son accesibles a los diferentes análisis, y el hecho de ser un laboratorio donde diferentes carreras pueden trabajar de forma multidisciplinaria, permite que los alumnos apliquen las técnicas aprendidas en clases y el laboratorio pueda tener una proyección social fuera de la institución.
Los proyectos externos que llegan al laboratorio en busca de resultados avalados por una universidad, han sido muy variados; actualmente, el Decanato de Ciencias Biológicas está colaborando con la comunidad de agricultores de Coltzingo para verificar la calidad de sus suelos y darles opciones de otras cosechas.
Pero, principalmente los estudiantes son la voz del laboratorio, ya que al regresar a sus comunidades, tienen contacto directo con las necesidades sociales. Por ejemplo, los estudiantes de la carrera de Ingeniería Ambiental pueden hacer análisis de las aguas residuales, realizar mediciones del pH, conductividad, solidos suspendidos, entre otros parámetros importantes que determinan la calidad del agua. Como ejemplo, podemos destacar que en la primavera del semestre pasado tanto alumnos como docentes se vieron involucrados en un proyecto para SAGARPA.
Finalmente, es muy importante que toda la comunidad universitaria reconozca la trascendencia, el valor y el compromiso social que UPAEP logra con la creación de espacios multidisciplinarios donde se pueden trabajar proyectos colaborativos que benefician no solo el nivel académico de sus egresados.
