Entrevistas
Una mirada a las nuevas tendencias en los procesos formativos (Segunda Parte)
05 junio Por: Fernanda Bretón
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[El discurso educativo mejora el proceso de comunicación didáctica.]

 

El Dr. Valentín Martínez-Otero Pérez, especialista en temas pedagógicos y profesor humanista invitado a la UPAEP, señaló que es importante tomar en cuneta diferentes dimensiones durante el discurso educativo esto a través de lo que denomina el Modelo Pentadimensional del Discurso Educativo.

El Modelo Pentadimensional del Discurso Educativo se refiere a mejorar el proceso de comunicación didáctica, tal y como acontece en el aula, en este sentido este modelo encuentra cinco dimensiones básicas a promover en todo profesor, naturalmente con las debidas adaptaciones en función de los niveles de las disciplinas que pueda impartir.

Indicó que una de las dimensiones sería la instructiva ya que el docente debe estar actualizándose permanentemente, dar el mayor rigor a sus explicaciones, a la transmisión de los contenidos que deben ser científicos por las respectivas áreas de enseñanza y sobre todo hay que mejorar cuanto tiene que ver con la comunicación docente al servicio de la exposición de la transmisión efectiva de todos esos contenidos.

“Unos contenidos pedagógicos razonados y razonables y en íntima relación porque se trata de dimensiones interdependientes que se distinguen con una finalidad analítica, teórica, descriptiva y pedagógica pero al final el discurso es uno y tiene que acontecer en un marco dialógico, esto es muy importante porque realmente no podemos pensar en un discurso unilateral como en otro tiempo en donde había un desenfoque pedagógico, didáctico muy negativo, sino que tenemos que habilitar tiempos para que el alumno pregunte, consulte, expongan y por tanto participen en función de sus características…”.

Otra de las dimensiones a tomar en cuenta es la afectiva, cada vez más se reconoce la importancia de esta dimensión emocional y por tanto se debe cultivar y tiene que advertirse también en el discurso docente, un discurso que por supuesto tiene que vivirse.

“Esa comunicación en un sentido pleno no puede ser algo meramente declarativo pero carente de un soporte; vamos a decir práctico conductual, sino que realmente tiene que ser sincero y congruente en todas las dimensiones del currículum, en lo que se conoce como la vertiente explícita e implícita del mismo”.

Agregó que la dimensión emocional que él denomina concordis (corazón) por su terminología en latín, está estrecha mente relacionada con la afectividad, pues nos acompaña durante toda la vida, por lo que debe trabajarse y construir conjuntamente con los demás miembros de la comunidad educativa entre los que sobresalen los alumnos que son los verdaderos protagonistas, construir ambientes cordiales para luego advertirse efectivamente también en nuestra comunicación como profesores de cualquier edad.

Explicó que otra dimensión es la motivacional, todo profesor también está llamado a motivar a sus alumnos mediante un discurso atrayente, ha de utilizar recursos discursivos como preguntas, la necesidad de poner ejemplos, un embellecimiento que pasa también por incorporar figuras literarias por ejemplo metáforas.

“No hay que olvidar y más en edades como las universitarias que también deben estar motivados, pero nosotros tenemos una responsabilidad para hacer nuestro discurso más atrayente”.

El Doctor en Psicología explicó que al ser seres para la convivencia no se puede dejar de lado la dimensión social, puesto que ha de cultivarse en todas nuestras instituciones escolares; Los profesores de cualquier área o nivel no pueden desatender este aspecto.

“Ya vemos las consecuencias cuando nos desinteresamos por los problemas que afectan a nuestro entorno, algunos tremendos y es menester que efectivamente en toda comunicación educativa que se aprecia haya una sensibilidad y un compromiso respecto también a la realidad social llamada a transformarse positivamente en la mejor dirección posible”.

Agregó que en intima relación estaría la dimensión ética porque es algo inherente a la genuina educación, la educación es ética o no. Tiene que haber un compromiso de naturaleza ética y esto tiene que reflejarse en toda nuestra actuación y por su puesto en el discurso

Destacó que dentro de estas cinco dimensiones del modelo pentadimensional, en el que cabe cuando menos hacer dos matizaciones importantes: una sería en los primeros años de vida cuando trabajamos en la educación inicial la necesidad de prestar mucha atención a la dimensión física, a la dimensión corporal motriz, el despliegue de todos estos aspectos esto es fundamental.

Puntualizó que en este sentido cabe pensar igualmente en una especie de meta dimensión de naturaleza espiritual, porque efectivamente el ser humano se abre a una realidad que va más allá de lo tangible.

El Dr. Martínez-Otero Pérez indicó que toda educación es social o si no, no es educación, “esto tiene que saberse, el compromiso con lo social es inherente a la auténtica educación, porque la persona también es social, tiene esa dimensión individual, esa singularidad, esos aspectos que debemos de atender, pero también tenemos esa dimensión de apertura, esa relacionabilidad, esa sociabilidad y si no que venga el sabio Aristóteles y nos lo recuerde, el hombre es una animal político en el sentido comunitario, social, convivencial, cívico, en todos estos sentidos, por tanto es básico que la educación contemple suficientemente toda la problemática que existe, de alguna manera tiene una responsabilidad importante”, concluyó.

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