Entrevistas
La huella emocional del rechazo
11 mayo Por: María Isabel Ascención Medina
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Dentro de las cinco heridas de la infancia, la del rechazo pudo ser gestada desde la concepción de quien la padece, por ello, será la primera en la que profundizaremos.

Además, los expertos coinciden en que ésta es una de las más dolorosas, porque a partir de la percepción de no aceptación de su ser, se desarrollará una infravaloración de sí mismo que destruirá su autoestima tanto como pueda.

Se sabe que la bolita de nieve inicio por un “rechazo” (consiente o no) del padre del sexo contrario, no obstante, fue el “rechazado” quien aprendió a sentirse reservado de pertenecer, de encajar, como si esta vida no tuviera cupo para él.

En consecuencia, la conducta habitual es rechazarse a sí mismo; desde su lógica es una víctima de los demás, pero él es el autor intelectual. Se saben muy capaces, por lo que al dudar de sí mismos no es respecto de su hacer si no de su esencia, entonces, aun cuando alguien halague sus capacidades buscará la forma de ofenderse o creer que lo hacen por compasión, desde la perspectiva de “pobrecito, hay que levantarle el ánimo”.

Acto seguido: el boicot. Por ejemplo, quizá esta persona tiene la cita para el proyecto por el cual ha esperado toda su vida, pero días antes se fractura el cuerpo quedando inmovilizado, o simplemente no llega a tiempo porque choca o se provoca cualquier accidente, pues el chip del no merecimiento está actuando por él.

Resulta claro que la bolita de nieve ha crecido, y es que se ha tomado todo lo que ha podido de forma personal para reafirmar que no es suficiente, ya sea por ser mujer, u hombre, morena o gordito; por ser de otra religión o de otro país, por lo que sea.  ¿Ya ves lo complicado que les es poder sanar esta memoria emocional?

Fuerte aún más es que a la par de rechazarse a sí mismos, han estado rechazando a otras personas. Obvio, como es adentro es afuera. Peor aún es que si está herida no cesa, la heredas, no como si de un lunar se tratase, o una marca de nacimiento; más bien, lo que transmite a la generación siguiente son sus patrones de pensamientos, convertidos en juicios que sirven de escudo ante un mayor daño.

Lo cual, nos deja entrever que el rechazo del padre o madre pudo ser un patrón de pensamiento y no necesariamente un sentimiento. Recuerdo a un papá que me decía “es que amo a mi hija, es mi razón de ser, pero no quería que fuera niña porque sufren más y tienen menos oportunidades”, evidentemente la ama, pero le está transmitiendo que ser mujer tiene que ser difícil y doloroso.

El lenguaje alrededor de ella obedece a esa premisa, agudizando así la oportunidad de alimentar la herida. Las principales frases que emplea el rechazo para manifestarse, pero sin ser descubierto del todo, son: “No puedo”, “nada” (nunca sienten nada, nunca le pasa nada, nunca le interrumpen nada importante, etc.), y el “no me entienden”.  

Si tú quieres apoyar a alguien con una herida así, deberás hacerlo de a poco pero constante, porque son muy desconfiados para recibir, así que con tu sola presencia y frases como: “tengo un proyecto en mente y fuiste la primera persona en la que pensé”; “como este trabajo es muy especial quería encargarte el diseño puesto que tú lo haces genial”; es que de a pasitos su confianza se afianzará. Sin perder de vista, que esa persona también tendrá que hacer su trabajo interno “#terapiatime”.

Lo que debes evitar es mencionar sus características físicas; él o ella mejor que nadie conocen su corporalidad, no necesitan que se las recuerdes. Su extrema delgadez no es casualidad pues lo que buscan es desaparecer o no ser vistos.

En cambio, si eres tú quien se ha reconocido con está herida, quiero que sepas que puedes curarla desde el amor propio, y no desde la autoexigencia y perfeccionismo, que te daña y obsesiona.

Para bien del joven o adulto, que eres o serás, debemos volver al niño interior que te ha acompañado todo este tiempo y mostrarle como es sentirse cómodo consigo mismo y a amarse incondicionalmente, ¿vislumbras ya, la importancia de la reprogramar los significados emocionales y no solo los conceptuales?

Dicho de otra manera, el rechazo no es más que el destino haciendo que cambies tu rumbo hacia algo mejor para ti. Lo más importante es que ya te atreviste a reconocer tu herida, porque eso ya te aleja un gran trecho del modo víctima.

Lo que sigue es aprender a verle de frente, porque es la única forma en la que se irá de ti.  Con aceptación, acompañamiento y voluntad de cambiar, pronto podrás conocer y sentir el nivel de autoestima, confianza, amor propio y capacidad de perdón deseadas.

En tanto, te obsequio un tip, casi ritual, que espero practiques diariamente. Cuando te veas en el espejo dite en voz alta: Te amo, te amo, te amo. No, mejor aún: ME AMO, ME AMO, ME AMO.

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