Entrevistas
Un círculo vicioso
12 febrero Por: Luis Enrique Muñoz López
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Las perspectivas de crecimiento económico para el año en curso cambian según quien lo explique y esto pasa porque no hay un escenario certero para pronosticar cuanto y como se va a desempeñar la economía. Son varios los factores que intervienen en este fenómeno como el presupuesto asignado para las actividades productivas, la apertura de los negocios, alargamiento de cuarentena y otros como la rapidez en aplicar las vacunas a la población. 

Sin embargo, hay otros factores que comprometen el desempeño de largo plazo y me parece se ha dado poca luz para explicarlos. Todo comienza con la política de recursos que ha tomado el gobierno en turno, los apoyos para los más desprotegidos cambiaron de programas a dinero entregado, lo que es una pésima idea. 

Como lo relata el economista Eli Dourado, entregar dinero a las personas para que ellas mismas se hagan cargo de sus necesidades tiene resultados perversos; el precio de los bienes esenciales aumenta haciendo que cada vez sean más difíciles de alcanzar (incremento en la demanda). Esto se suma a la ineficiencia de producción y servicios que se ofrecen como salud, infraestructura, construcción e innovación que no reciben ningún tipo de apoyo. 

La descripción de Eli Dourado es prácticamente un relato del caso mexicano, la infraestructura es pésima y el dinero se sigue dando directamente a las personas. Puede que alguien tenga mas dinero, pero de que sirve si tiene que pagar más por un transporte publico ineficiente, acceso a la salud caro o productos de primera necesidad que sin acceso. 

La designación de recursos a la innovación debe ser uno de los principales objetivos de los gobiernos, por ejemplo, en Reino Unido se destinan recursos para hacer una ciudad inteligente que promueva la movilidad y que sea mas barato desplazarse de un punto a otro, otras economías invierten en salud como un eje primordial para brindar atención a toda la población con costos mínimos. Esto hace que las personas inviertan menos dinero en necesidades básicas y puedan dar sus recursos a otras actividades. 

Las decisiones parecen buenas, pero no lo son. Hay que evitar las políticas que vienen del corazón e ir por las que dicta la cabeza para evitar dar cada vez más dinero y que las cosas vayan peor, evitar el circulo vicioso. 

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