Entrevistas
No es una decisión personal, es para la sociedad
29 enero Por: Luis Enrique Muñoz López
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Uno de los debates más recientes es la contratación de deuda en el extranjero por parte de las autoridades mexicanas, es decir, si México pide prestado para poder salir de la crisis sanitaria actual. El debate sobre este hecho tiene dos puntos de vista, el primero es no endeudarse porque nunca se acabaría de pagar como ha sucedido en periodos pasados según el presidente de la república, y del otro lado están los académicos que dicen que la contratación de deuda no es mala si se invierte en actividades productivas.

Hay que reconocer que ambos puntos de vista tienen cierta razón de ser si solo se habla de deuda y crecimiento. En esta ocasión explicaré las variables a tomar en cuenta y cómo todo ésto nos puede afectar en el corto y mediano plazo.

Contraer deuda significa pedir prestado porque el país no tiene dinero o no hay los recursos necesarios para generarlo, por ejemplo, el gobierno tiene 100 pesos para construir calles, construir escuelas y mantener funcionando los hospitales y con estos recursos el país estima crecer 2% durante el año. Sin embargo, llega una crisis sanitaria que comienza a afectar a todas las actividades que hacen las personas, entonces el gobierno necesita destinar dinero a apoyos al comercio, medicinas y personal médico, pero ya no le alcanza.

En este sentido, el gobierno actual ha quitado los recursos a la construcción para pasarlo a medicinas, es algo muy bueno, pero no lo adecuado, porque las personas se han quedado sin trabajo o los comercios han cerrado y no hay dinero para poder apoyarlos. Es aquí donde los académicos argumentan que contraer deuda es bueno, porque se tiene más dinero para poder apoyar a la gran mayoría de personas y esto generará que la deuda se pague sola. Pero ¿cómo puede pagarse sola?, si el país tenía 100 pesos, pensaba crecer 2% y con la llegada de la crisis ese crecimiento se convierte en 0% (por los despidos y cierres de negocios) contraer deuda digamos de 25 pesos hará que se pueda ayudar a negocios y personal, lo que hará crecer la economía en 1.5% y así, el gobierno en años posteriores tendría 130 pesos, paga los 25 y tiene 105, es decir la deuda se pagó sola.

Todo parece miel sobre hojuelas en el párrafo anterior, pero hay que tener en cuenta que el país crece si ese dinero es bien invertido, que se destine a aquellas actividades que son importantes para el crecimiento. Es aquí donde el presidente dice que no es bueno contraer deuda porque nunca se llega a pagar y que no tiene algún beneficio, ¿cómo puede suceder?; digamos que de esos 25 pesos, se invirtieron 15 en carreteras que no tuvieron el impacto adecuado y 10 en apoyos a comercios que no supieron administrar el dinero o la prolongación de la pandemia hizo que quebraran tiempo después, entonces, fue muy caro endeudarse porque ahora hay que pagar por el dinero mal utilizado.

Tomando datos del Banco Mundial se puede observar que la deuda externa sigue creciendo con el tempo, no se ha acabado de pagar, pero también ha ayudado en tiempos de crisis, como la del petróleo, el efecto tequila y el desplome de la bolsa. Llegado este punto, ambas posturas tienen razón de ser, la deuda no se ha pagado y la deuda ayuda a salir de la crisis, entonces, ¿Qué hacer?

Lo más sensato es contratar deuda, porque se puede ayudar a las personas a salir de esta gran crisis y de no hacerlo se compromete por años el bienestar; no habría dinero para apoyos y tampoco para pagar la deuda que se tiene actualmente. Las economías que pidieron un préstamo como Estados Unidos o Alemania han podido llevar crisis sin comprometer su futuro.

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