Por Adriana Colchado
- Madre, maestra y arquitecta águila
A poco tiempo de concluir su educación superior en la UAP, la joven estudiante Dolores Dib Álvarez, tomó la difícil decisión de interrumpir su formación en esa casa de estudios para ser parte de la fundación de una nueva universidad en la que concluiría su Licenciatura: la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.
La joven poblana, al igual que sus tres hermanas y hermano, realizó su educación primaria, secundaria y preparatoria en instituciones privadas de Puebla.
Dib, quién ahora se desempeña como Catedrática de la Facultad de Arquitectura de la UPAEP, supo desde que cursaba la preparatoria, que quería ser Arquitecto y se inscribió para cursar la carrera, en la Institución Pública que había en ese tiempo, la entonces llamada Universidad Autónoma de Puebla.
Las circunstancias sociales que le tocaron vivir a Dolores Dib, a poco más de un año de concluir su educación superior, la orillaron a cambiar el rumbo de sus estudios y aventurarse a participar en un proyecto de Universidad distinto.
La Mtra. Dib comenta que fue una decisión difícil, pues era una época de mucha incertidumbre, pero la fe que tenía en esta nueva Institución, la mantuvo firme. Se trataba de una Universidad por naturaleza solidaria, con una visión cimentada en valores católicos, algo que era más congruente con la formación que recibió en su núcleo familiar. Asegura que fue un compromiso de confianza colectiva, pues tanto alumnos como maestros tenían el ímpetu para buscar el éxito del proyecto.
La Arquitecto no niega que le rondaba la preocupación por la validez de sus estudios, pero siempre confió en que con la voluntad y pasión con la que se desarrollaban los maestros y alumnos fundadores -donde estaba incluida ella-, esta nueva Universidad se convertiría en un espacio educativo de gran calidad.
Al mismo tiempo que cursaba sus últimas materias ya en la Institución Águila y en la misión de sumarse al espíritu solidario de esta casa de estudios, Dib comenzó a dar clases en la también naciente prepa UPAEP; en un principio sin recibir ninguna clase de remuneración económica, y fue ese momento en el que nació su amor por la docencia.
Ya egresada, Dolores Dib empezó a trabajar en el Gobierno Estatal en el área de Patrimonio Arquitectónico Federal, una rama de su materia en el que siempre mostró gran interés: la conservación de monumentos. Años más tarde, su alma mater la buscó nuevamente para que se uniera formalmente al cuerpo docente de la facultad de Arquitectura; aceptó un medio tiempo para poder compaginar la actividad docente y la conformación de su familia.
De sus días universitarios, la Mtra. Dib recuerda con una sonrisa el ambiente de unidad y esperanza que se respiraba en los pasillos. “Todos nos conocíamos, alumnos y maestros de todas las carreras nos saludábamos diario”. Con nostalgia comenta que extraña poder hacer eso, pues la institución ha crecido tanto que es prácticamente imposible conocer a todos, aunque aún hay muchos que como ella, vivieron el nacimiento de la Universidad. Recuerda también que junto con sus demás compañeros, visitaba tiendas y negocios en busca de apoyo para recolectar materiales y así poder adaptar los espacios que se ocupaban como aulas. Detalla que muchos empresarios y distintos miembros de la sociedad, respaldaron el proyecto y aportaron algo para su consolidación.
Con una taza de café en mano –uno de sus hábitos favoritos-, la Mtra. Dolores Dib, observa cómo sus alumnos tienen tantas oportunidades para crecer profesionalmente, y a la vez, reconoce que tienen la gran responsabilidad de prepararse para ser los mejores en la carrera que escogieron, pues la competencia es mucha.
De ser universitaria actualmente, a ella le gustaría aprovechar los convenios y apoyos que ofrece la Universidad para irse de intercambio a Europa y allí conocer joyas de la Arquitectura. Comenta también que actualmente hay muchos recursos que facilitan el aprendizaje y le encantaría aprender más idiomas.
Actualmente la UPAEP, en su preocupación por la formación de maestros investigadores, le da apoyo para realizar su Doctorado. A esta oportunidad de desarrollo académico y profesional, la Mtra. Dib Álvarez le responde con un compromiso para aplicar lo aprendido en beneficio de su cátedra.
Como docente busca que sus alumnos se distingan de entre toda la competencia, sobre todo por la ética con la que trabajen, desde el aula, refiere, tiene la misión de transmitir la gran responsabilidad que implica ser un profesional de la arquitectura, y de preparar a los jóvenes para tomar las oportunidades y aprovecharlas al máximo.
