Entrevistas
México enamora a estudiante de la Universidad Notre Dame
22 noviembre Por: Gibsy Sagrario González García
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[Brendan John experimenta la cultura entre clases de baile, degustaciones gatronómicas y el acercamiento al arte local.]

Brendan John Eagan, proveniente de la Universidad Notre Dame, ubicada en Indiana, Estados Unidos, estudia Premedicina y en su quinto semestre tomó la decisión de venir a México para cursar un semestre de intercambio en UPAEP.

¿Cómo surge la idea de venir de intercambio?
Desde niño mi padre siempre se preguntaba cuándo sería el día en que yo saliera de intercambio, aunque él siempre se imaginó que yo iría a un lugar como Francia o Alemania, sin embargo, en la universidad tuvimos un curso con los chicos de Premedicina que venían de México, en concreto de Puebla, y fue cuando yo empecé a aprender sobre la ciudad y en general de la cultura, eso despertó mi interés en venir aquí. Además considero es de mucha utilidad haber venido porque en Estados Unidos hay muchos mexicanos, entonces tener la oportunidad de estudiar su idioma te abre una ventaja para el mundo laboral.

¿Habías salido ya de tu país?
Sí, en la preparatoria tomé clases de griego antiguo el cuál contemplaba como parte del programa un viaje a Grecia y Roma para practicar, así que fui. También mi hermano se fue un año a España a aprender el idioma y fuimos a visitarlo en varias ocasiones.

¿Cómo aprendes español?
Aprendí español hace dos años más o menos, no fue antes porque creo que en Estados Unidos no se le da importancia suficiente a aprender otros idiomas, incluso yo antes de los 18 no lo hacía, pero creo que mi hermano cambió esta forma de pensar; nuestra familia tiene amigos que son inmigrantes mexicanos y mi hermano me decía que sería muy padre que pese a que hay muchos mensajes de odio hacia ellos, nosotros pudiéramos hacerles sentir bienvenidos aprendiendo su idioma y su cultura, y eso fue algo que me impactó mucho.

¿Cuál fue la reacción de tu familia al saber que venías de intercambio a México?
Por supuesto que al inicio mi padre no se mostraba muy entusiasmado, pero yo siempre he creído que México tiene una cultura muy vasta y muy hermosa. Estos aspectos se los transmití a él y poco a poco se fue convenciendo de que era buena idea venir. De hecho, ahora le emociona cuando le platico de las zonas arqueológicas que he visitado.


¿Cómo fue por fin llegar a México?
Llegar a México lo asocio con sentirme mal del estómago, es que antes a mí no me gustaba mucho el picante, pero llegué tan emocionado aquí que empecé a comer de todo y mi estómago no lo resistió, ahora no puedo comer cosas sin picante, en serio se ha vuelto necesario para mí.

Mi primera comida fue mole poblano que mi familia anfitriona preparó especialmente para recibirme y es la cosa más rica que he probado.

¿Qué te pareció México en tus primeros días?
Llegar aquí significó conocer mucho de lo que no sabía, desconocía su arte, su arquitectura, la talavera y los edificios tan coloridos que en mi país no hay.

Me gustó descubrir que hay más de lo que yo creía, por ello hoy siento una obligación hacia mis pacientes en el futuro. Creo que se puede ser un gran médico con pasión e intereses en otras cosas.

¿Cómo fue el cambio de culturas?
El cambio entre mi familia (originaria de Chicago) a mi familia poblana tuvo una experiencia un tanto chistosa, yo llegué con una pareja de 70 años aproximadamente, y tienen muchos hijos, me sentía muy bien recibido y me estaba empezando a acoplar cuando mi encargado de intercambio me llama y dice que tengo que irme porque el señor ya no quería que estuviera ahí.

Yo fui con el padre y le pregunté qué había pasado y me dijo que no tenía problema conmigo, que era un buen chico sin embargo, no quería que hubiese hombres en casa mientras él no estaba.

Hasta la fecha no entiendo muy bien, pero ahora vivo con otra familia anfitriona y lo que más me gusta es la sobremesa los domingos, en Estados Unidos los domingos solo estudio pues no tengo tiempo para nada más, pero aquí siempre se toman tiempo para estar juntos y hablar, es agradable tomarme un tiempo para estar con ellos.

¿Qué clases estás tomando?
Aquí en México tomo clase de Rotaciones Médicas, voy al hospital y ayudo, una de esas veces fue muy interesante porque un chico tuvo una arritmia ligera y ver al doctor mirar su electrocardiograma y saber qué hacer fue realmente enriquecedor.

Curso otra clase sobre el Sistema Médico en México, también tomo Física por ser una clase requisito en mi plan de estudios en EE.UU.; Cultura de Nueva España la cual me parece muy interesante porque trata temas de la Conquista y el México Antiguo, tomo también Arte Antiguo y Bailes Latinos que es mi taller favorito.

Decidí tomar bailes porque tengo un mejor amigo costarriqueño cuya familia siempre hace fiestas y bailan salsa. Para mí es complicado pero es divertido y muy interesante, a veces cuando salgo y veo a otras personas bailar me frustro porque son mucho mejores que yo pero aun así me encanta la idea de aprender a bailar.

¿Qué es lo que más has aprendido?
Regresando un poco al tema del hospital, en mis rotaciones en clínicas de gobierno he visto muchas cosas, en general noté que es más movido el ritmo, pero también la parte que más me impactó fue pediatría porque es muy fuerte ver a los doctores tener que tomar el papel de involucrarse en casos que a veces son muy graves, pero me gusta porque cuando las cosas así me dan miedo, lo tomo como un reto de superarme a mí mismo.

Otro detalle que noté es que a los médicos aquí les dan pocos recursos y no les dan el mejor equipo, ellos encuentran el modo de sacar adelante los casos y también la relación médico-paciente aquí es mucho más cercana, cálida y abierta.

¿Qué es lo que más te ha gustado?
En términos de cultura creo lo que más me ha gustado es la gastronomía y mi comida favorita yo creo que sí es el mole poblano, lo que menos me ha gustado creo que es el chile en nogada por la salsa, porque los chiles rellenos si me encantan.

Siento que regresar a Estados Unidos sin salsa va a ser difícil entonces estoy considerando seriamente yo hacer salsas para mi comida al regresar, aunque siento que mis papás sí se van a enchilar mucho.

La segunda cosa que más me ha gustado es el arte, conocí los alebrijes en Oaxaca, me encantaron y nunca había escuchado hablar de ellos; a mi familia y a mí nos encantan los colibríes y encontré unos de alebrijes que estoy muy emocionado por regalarles al volver.

¿Cómo viviste el 15 de septiembre?
Fue algo muy divertido, la familia de una amiga hizo una fiesta con muchas personas y mucha comida, ahí descubrí el pozole y me encantó, me servía una y otra vez. Me parece que los mexicanos pueden encontrar cualquier razón para tener una fiesta, pero esa noche tiene cosas muy especiales y descubrir cómo pueden abrazar a cualquiera y hacerlo sentir mexicano, no tiene igual.

Y hablando de otras festividades, a mí el día de muertos me daba igual pero creo que es porque no tenía idea de cómo se celebraba, se me hacía raro ver gente con la cara pintada de calavera pero un día llegando a clase de arte, la profesora y los demás estaban hablando de lo que realmente es el día de muertos, cómo se celebra, a qué se celebra, las ofrendas, la comida y yo comencé a llorar, es algo muy hermoso y muy simbólico y me pareció muy padre que se celebrara.

Una de las diferencias más bonitas que he encontrado respecto a mi propia cultura es el hecho de que aquí en México la gente es muy atenta, van saludando por la calle, dicen provecho al salir de un restaurante a personas que no conocen y eso en mi país no se hace pero es una costumbre muy bonita.

¿Qué le dirías a aquellos que tienen la idea de realizar un intercambio?
Les diría que lo hicieran, no es que uno no pueda aprender en su país, o aprender otro idioma, sin embargo, sí se vive de otra forma, se experimenta y se termina de reafirmar ciertos aspectos, también es útil porque te hace abrir tu cabeza y tu forma de pensar a cosas nuevas y ayuda mucho para encontrar cosas hermosas que ni siquiera se alcanza a imaginar.

Y obviamente recomendaría venir a Puebla, la gente es muy amigable, es muy fácil abrirte hacia los demás porque la gente mexicana busca conocer a otras personas y es una ventana muy fácil para hacer amigos.

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