[Laura Castillo, con su esfuerzo y dedicación, hizo realidad su sueño: realizar un intercambio.]
Laura Daniela Castillo Pinzón es una joven de 20 años proveniente de la Universidad EAN en Bogotá, Colombia, quien estudia el sexto semestre de Negocios Internacionales y que, además, ha demostrado con su experiencia que querer es poder, sin importar los obstáculos que te encuentres en el camino, ya que una vez fijado un sueño, este se puede cumplir. Así, hoy nos cuenta un poco de lo que vivió.
¿Cómo nace en ti la inquietud de irte de intercambio?
Desde que comencé la universidad, siempre quise salir de mi país; escuchar las experiencias que la gente vivía en otros países fue una motivación muy fuerte, sin embargo, el tema económico era algo que pesaba mucho a mi familia, ya que no tenemos muchos recursos y, pese a mi deseo de realizar el intercambio, no les quería causar incomodidades o endeudarme con un préstamo.
Tras mucho pensarlo, en cuarto semestre decidí darme una oportunidad. Actualmente hay muchos medios para concretar un intercambio: las becas, los vuelos económicos, etc. Entonces, simplemente pensé, la vida es muy corta y en pensarlo y pensarlo se me va, así que decidí intentarlo.
¿Cómo fue el proceso?
En mi universidad, como en algunas otras, existe el programa AIESEC mediante el cual puedes internacionalizarte haciendo voluntariado, o prácticas en otro país. Y al querer irme de intercambio esta era una opción, sin embargo, yo quería salir a estudiar y no de voluntaria, aún así no lo descarté.
También busqué becas y encontré una que se llama Alianza del pacífico, que es entre Chile, México, Colombia y Perú; esta beca era ideal para mí, ya que ayuda con los boletos y la manutención en el país destino; el único problema era que, para aplicar, debía ya tener finalizado el cuarto semestre de la carrera, y aunque sí estaba en dicho semestre, aun no estaba concluido, pero aun así decidí postularme.
¿Por qué te decidiste por México?
Yo ya había escuchado de México y también sobre su cultura, pero fue hasta que hice mi carta de motivación para la beca, que me enamoré completamente del país; realmente tenía que venir, y específicamente a Puebla, por cosas que leí y escuché de la UPAEP. Finalmente llegaron los resultados de la beca y no la había obtenido, por lo cual me puse muy triste, ya que era mi sueño, y en ese momento sentía que se me escapaba entre las manos.
¿Cómo continuó tu proceso después de no recibir la beca?
Llegó enero y finalmente entré a quinto semestre, pero ahora sentía aún más la necesidad de irme; me propuse realizar el intercambio a México con o sin beca, sin pedirle dinero a mi familia, entonces empecé a vender sándwiches, dulces, tutorías y lo que fuera con tal de poder lograrlo; así llegó junio y logré juntar lo de mis boletos.
Después investigué sobre el seguro médico y descubrí que la Universidad me lo daba. Lo siguiente en la lista era el hospedaje, y suena chistoso, pero la amiga de la hija de mi vecina vive en Puebla y se ofreció a darme un lugar en lo que buscaba donde quedarme de forma definitiva. Al final la chica me terminó rentando el cuarto, lo cual también fue súper conveniente.
Llegó junio y julio, finalmente salimos de la universidad, entonces me dediqué de lleno a trabajar, tuve dos trabajos y tras mucho esfuerzo compré mi primera maleta; no había salido del país, ni viajaba mucho, por lo que nunca había tenido la necesidad de tener una maleta. Así que fui y me compré la maleta más grande y bonita que encontré, sentí que después de tanto esfuerzo me lo merecía.
Lo demás que tenía lo gasté en la cuota de la Universidad y también en darme sustento por lo menos el primer mes de mi estancia en México.
Finalmente, ¿Cómo fue el irte?
Yo hice todo el proceso un poco a escondidas, porque quería decirles a mis papás en el momento en que fuera seguro. Cuando por fin la universidad me aceptó, les pude decir que me iba; para ellos fue un momento de shock, pero uno alegre, pues desde el primer instante, siempre me apoyaron. Es muy impresionante ver el orgullo en los ojos de alguien y sólo de acordarme me da sentimiento; mis papás iban por todos lados hablando de mí y poniéndome en alto.
Por fin llega el momento de irme, pero creo que esa fue la parte más difícil, porque estaba dejando a la familia atrás para lograr mi sueño, y aunque mis papás me enseñaron a ser muy independiente, el subirme al avión y despedirme de ellos fue algo muy intenso; hubo muchas lágrimas, pero también mucha emoción por ir al lugar con el que tanto tiempo había soñado.
¿Cómo fue tu llegada a México?
Aterrizar fue extraño, yo trabajé hasta el último minuto antes de venir aquí. Mi vuelo era a la 1 am del domingo, y yo trabajé el día anterior hasta las 7 pm. Estaba muy cansada y pensé que por estar así no iba a tener la energía necesaria para ver México de la forma en la que yo esperaba, pero de hecho fue todo lo contrario, llegué y me sentía completamente feliz, con mucha energía; miraba a todos lados porque no quería perderme nada, ni un solo detalle; me tomaba muchas fotos y todo me parecía muy bonito.
Recuerdo mirar hacia la calle y ver los edificios, las calles, la luz del sol saliendo y creí estar en una película. Tuve que presionarme a mí misma para realmente empezar a moverme y salir de la ensoñación del momento.
¿Qué sentiste a tu llegada a UPAEP?
Para llegar a UPAEP, yo tenía fotos de cómo era la universidad y tenía una de fondo de pantalla, me propuse que al llegar a la universidad lo primero que haría seria tomarme una foto en ese mismo lugar, para así saber que lo había logrado. Recuerdo que llegué el día de inducción y ver tanta gente de tantos lugares, la universidad con la alberca y el pasto, me hizo muy feliz. Además, las personas de internacionalización me recibieron muy bien, y el tratar con gente tan amable, joven y enérgica fue estupendo.
¿Cómo has recibido el tema académico aquí?
Ahora estoy tomando 5 materias: Comercio Internacional, Entorno Legal de los Negocios, Distribución Física y Logística, Análisis Estratégico de la Empresa, e Investigación de Mercados, que es mi favorita, porque la clase es muy dinámica y tiene mucho que ver con marketing, lo cual me interesa mucho.
Además, me gusta que los profesores sean empáticos y que la relación sea más cercana, hacen que uno quiera interactuar e involucrarse, además, se preocupan por la utilidad de las actividades que ponen. Me siento muy tranquila y feliz estando aquí, aunque la presión es la misma por la cuestión de la beca, siento que en esta Universidad puedo respirar.
En Colombia los profesores también son muy buenos, sin embargo, el punto de vista es un poco menos flexible; aquí se puede dialogar más y negociar una forma de trabajo.
¿Tienes alguna experiencia grata?
Estando aquí también sigo vendiendo dulces porque evidentemente tengo que seguir manteniéndome y pagar mis gastos; algo muy bonito respecto a eso, es una vez mi profe de Investigación me compró muchos dulces y le dio a toda la clase, fue un gesto que realmente aprecié.
¿Cómo ha sido el cambio cultural?
De choque cultural algo bueno es que me encantaron los tostiesquites, yo nunca los había probado y cuando mis compañeros me llevaron quedé fascinada. También me encantaron las cemitas, son gigantes y ningún sándwich en Colombia se le compara, el dulce de mazapán y el pulque; por otro lado, no termino de adaptarme al picante.
Hay otras cosas que extraño de Colombia, pero tengo que decir, que en general me ha gustado más la cultura mexicana que la propia. Siempre se dice que México es un país peligroso, pero yo creo que todos los lugares tienen su cierto grado de cautela, y también que si uno piensa cosas malas, las atrae de cierta forma. Yo en Bogotá vivía en una de las zonas más “peligrosas” y curiosamente México se me hace mucho más seguro que donde vivía.
¿Qué les dirías a los chicos que ven el dinero como un impedimento para realizar un intercambio?
Creo que les diría que la vida es muy corta y cuando te das cuenta las cosas ya pasaron; yo creo que nada que valga la pena en la vida es fácil, ni gratis, se trata de trabajar por ello, porque hacer las cosas con tu propio esfuerzo es mil veces más gratificante. Yo me siento feliz de poder decir, que a mis 20 años conocí otra cultura, otro país, que mis papás están bien y que yo también lo estoy, todo gracias a mi esfuerzo.
Creo que México es un país increíble, cambiar de ambiente y abrir la mente hace que todo valga la pena; además, ningún país tiene una cultura tan bonita como esta, el amor de su gente por México ningún país lo tiene, aquí las personas viven y respiran México.
Ahora que has llegado hasta acá, ¿qué sigue?
Me siento feliz, llevo poco tiempo en México, pero me muero por pronto poder conocer el resto del país. Tengo muchas ganas de comerme el mundo y creo que México es el primero de muchos países que voy a conocer, además, yo siempre he dicho que lo más difícil es empezar. Tengo sueños muy grandes, agradezco de dónde vengo y quiero llevar a mis papás conmigo, porque se lo merecen.
Por último, ¿qué piensas del convenio que tiene UPAEP con la EAN?
Me parece excelente porque es una muy buena opción para venir, disfrutar y conocer lo que tiene la Universidad.