Entrevistas
Saber distinguir para poder unir: Dr. Alexandre De Pomposo
09 febrero Por: Fernanda Bretón
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[Religión, Ciencia y Arte son idiomas diferentes pero que hablan de lo mismo, del hombre en el mundo.]

 

El Dr. Alexandre De Pomposo, Coordinador de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la UNAM, en el marco del Encuentro Internacional de Educación, Ciencia y Religión mencionó que la época actual es una época muy particular, no solamente en México sino a nivel mundial, ya que la educación es un problema mundial al que los gobiernos no quieren hincar el diente como debiera ser.

 

“Acabo de estar en diciembre en el Primer Congreso Internacional sobre Pensamiento Complejo en París en la UNESCO para dar una conferencia sobre lo que pienso deberían ser los cambios en la forma de pensamiento y parte fundamental de ella es la educación”.

 

Referente al Encuentro que se está llevando en UPAEP, el Dr. Alexandre comentó que la combinación de estos tres elementos: religión, ciencia y educación es realmente muy raro que se aborde, por lo que un evento de esta naturaleza representa una enorme oportunidad para escuchar gente que viene de diferentes partes del mundo, que tiene ya años pensando en estos asuntos y realmente recibir una serie de luces e ideas muy nuevas, inesperadas incluso.

 

“Es una suerte que se dé en México y en una institución como la UPAEP que en mi experiencia personal me he sentido bienvenido y muy bien acogido aquí, así que me congratulo de que haya sido aquí. Creo que la religión, la ciencia y la educación, son los tres parte de los ejes capitales para cualquier ser humano.”

 

Mencionó que es importante tratar de distinguir para unir, distinguir que estos elementos son idiomas diferentes, pero, tampoco se debe caer en el otro extremo de decir todo es los mismo, ya que nos impide distinguir los colores del conocimiento, los diferentes tipos de conocimiento, ”no es lo mismo la carrera de psicología que comunicación o medicina que leyes, pero todos tienen lo mismo, tienen el gran protagonista, el hombre, el ser humano, también en el caso de la religión, el centro de la religión no es Dios, el centro es el hombre que aspira y necesita a Dios”.

 

Recalcó que esos tres elementos conjuntados podrían ser la solución para nuestro planeta que está en crisis; destacó que la crisis no está en México, ni en el Presidente de Estado Unidos, el Brexit, la caída de la Unión Europea o el monopolio chino, puesto que todo eso forma parte de una crisis planetaria.

 

“El hombre necesita buscarse a sí mismo nuevamente, necesita encontrarse consigo mismo otra vez para saber realmente cual es su situación, qué hace aquí, por qué esta aquí, cada uno de nosotros ha escogido en su vida tal o cual profesión porque está convencido de que es a través de ella que va a darle un sentido a su existencia sea como sea, pero la mayoría de la humanidad no tiene ni idea para dónde va.”

 

Señaló que la ciencia la considera como uno de los grandes logros de la humanidad sin dejar de lado a la filosofía o las artes, sin embargo muchas veces las ciencias se desvirtúan y se presentan como la panacea, como la solución a todo; al final de cuentas mientras más ciencia y tecnología supuestamente más felices van a ser los seres humanos, afirmación que no es verdad.

 

“Lo decía yo ayer en mi charla, es como el síndrome de la urraca: uno va y todo lo que brilla se lo lleva  al nido y al final el nido es un basurero impresionante lleno de cosas completamente accesorias, no  realmente necesarias; en cambio cuando la ciencia se entiende bien, en su justo valor, en lo que realmente es, es una cosa extraordinaria porque es a través de ella que uno se vuelve responsable de si mismo, los demás y de toda la naturaleza”.

 

Referente a cómo inculcar en los jóvenes que ciencia y religión no están peleados, mencionó que hay que decirles que se den cuenta de que son seres humanos y que sus sentimientos son válidos, “es un error decirles es que cuando ustedes tengan la experiencia.. perdón?, pero un joven de 15 años incluso desde antes ya tiene una montaña de experiencias y hay veces que son experiencias durísimas, que vienen de hogares rotos, de situaciones difíciles, socioeconómicas, intelectuales, culturales, hay que hablarle a los jóvenes, para que se den cuenta que llevan impreso en si mismos inquietudes: la inquietud de buscar absolutos, referentes”.

 

Todos necesitamos agarraderas, y en ese sentido la religión, la ciencia, el arte son idiomas diferentes pero que hablan de lo mismo, del hombre en el mundo, es un gran logro que los jóvenes puedan encontrar que no hay contradicción, van a ver que la ciencia busca finalmente lo mismo que la religión; eso sí, sus discursos son diferentes.

 

“Cuando los jóvenes en el mundo entero se empiecen a comportar de una manera crítica, los políticos van a dejar de hacer y decir tantas tonterías como hoy en día y tomarnos el pelo cada 3, 6 o 10 años, pero yo lo que le fomentaría a los jóvenes sería hacer una introspección a reconocerse de quienes son, seres eterna e infinitamente valiosos”, concluyó.        

 

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