[La diferencia educacional y cultural transformaron su forma de pensar.]
Hiussel Dulce Zamora es una estudiante del noveno semestre de Comercio Internacional que la pasada primavera realizó un intercambio University of Applied Sciences Northwestern Switzerland en Suiza en Suiza. Hoy nos cuenta cómo ésta experiencia la motivó a seguir preparándose para en un futuro conocer el mundo y desenvolverse como una gran profesionista.
¿Qué te orilló a realizar un intercambio?
La idea siempre me resultó atractiva y como estudio algo internacional, sentí que mi experiencia de aprendizaje no estaría completa si no tenía contacto con otras culturas, es por ello que tomé la decisión.
¿Por qué Suiza?
Yo nunca había ido a Europa y además no quería un país hispano hablante, entonces mis opciones se redujeron a Alemania, Austria y Suiza; aunque Suiza no era mi primera opción, revisando los planes en la oficina internacional, vimos que las mejores opciones para mi carrera estaban ahí, por ello me decidí finalmente por Suiza.
¿Cómo fue tu experiencia al viajar?
Viajé sola, desde el inicio de mi proceso de intercambio yo quise que fuera así, porque siempre me ha gustado ser un poco más independiente, ya que a mi parecer esto te hace descubrir y tomar nuevos caminos que usualmente no elegirías al viajar con amigos o conocidos; realmente no tuve muchos problemas al viajar, hice una escala en Miami con dirección a Londres y casi pierdo el vuelo, pero más allá del hecho que en el aeropuerto tuve que hacer muchísimas filas no hubo algo que fuera un verdadero obstáculo.
Para los que hacemos intercambio, la Universidad da la opción de tener a alguien que te pueda guiar en el país que visitas, al no conocer nada en el país yo me incliné a solicitar esa opción. No me arrepentí ya que nos comunicábamos a través de correo electrónico y me daba una idea un poco más real de cómo era la ciudad, entre otras cosas.
¿Cómo fue darte cuenta de que estabas sola en otro continente?
Estaba muy emocionada por todo el viaje que estaba realizando y por lo mismo no tuve miedo a lo desconocido. Una vez que llegué al país fui recibida por la persona con la que me estaba comunicando por correo electrónico y una de las cosas que pude notar fue la eficiencia del sistema de transporte. Así mismo la universidad nos recibió muy bien, nos dio una breve sesión de orientación a mí y a 4 alumnos más un par de días antes del inicio de clases; realmente fueron muy puntales y sencillos con nosotros.
Por otra parte, no quería atrasarme con mis materias, por lo cual, decidí tomar 5 de mi carrera y 2 de idiomas; aunque contaba con los puntajes necesarios de inglés, sentía que todos dominaban el idioma mucho mejor que yo, eso me intimidó un poco.
En el ámbito estudiantil, ¿qué podrías decirnos?
El proceso de aprendizaje del país es muy distinto al de aquí, por ejemplo, los maestros solo son acompañantes en tu proceso de aprendizaje y no alguien que te enseña todos los contenidos; en el tema de asistencias, aunque los profesores no toman lista, los alumnos son sumamente responsables y es muy raro que alguien falte a una clase o no presente algún proyecto. Por otra parte, los exámenes son sumamente largos, a tal punto de contestar catorce páginas en 90 minutos, eso hizo que me exigiera más como estudiante para poder aprobar todas mis materias.
Además, no tuve ningún compañero mexicano, aproximadamente un 90% de mis compañeros eran suizos, franceses y alemanes, el resto éramos extranjeros; esto me ayudó a empaparme aún más de otras culturas, ya que en su mayoría trataba de distribuir mi tiempo con todos; pasar el rato con alemanes, pasear con franceses y estudiar con suizos.
En cuanto a mis profesores, podría decir que los locales eran muy relajados y la forma en la que interactuaban con los estudiantes era muy cordial, por el contrario, los profesores que no eran originarios de Suiza eran muy formales; todos tenían un alto nivel y siempre estaban abiertos a resolver dudas, comentarios y preguntas.
Cuéntanos un poco más de la cultura
Me gustó estar bastante cerca de su cultura, pues siento que me volví más disciplinada y puntual, ya que éste es uno de los pilares en su forma de relacionarse. En una ocasión, sin darle mucha importancia a una cita que teníamos con unos amigos, llegué tarde al encuentro y la pena me invadió totalmente; sentía que les había fallado en una de las cuestiones más importantes para ellos. Al no ser mi país, tenía que adaptarme al lugar en el que estaba y no quería dar una mala impresión de mi persona, porque para ellos su palabra es su firma, tiene mucho peso.
¿Alguna anécdota que nos pudieras compartir?
Tuve demasiadas experiencias buenas, pero sobre todo me encantaban los viajes que hacía una organización para alumnos extranjeros, con el fin de que conociéramos las principales atracciones turísticas y al mismo tiempo, a otros alumnos de distintas universidades que también tenían la oportunidad de unirse al viaje.
Una mala experiencia que tuve fue cuando viajé sola a Ginebra, al Palacio de las Naciones Unidas; ahí, un muchacho se me acercó y comenzó a hablar en francés, yo no domino el idioma por lo que muchas cosas realmente no las entendía, por eso le pregunte si podíamos hablar en inglés a lo que él respondió “aquí estás en la parte francesa de Suiza y tienes que hablar francés”, acto seguido se fue.
En otra ocasión, al utilizar el metro, una anciana se acercó a hablarme muy amigablemente en alemán, pero yo tampoco domino el idioma y solo contesté una o dos cosas. Ella me preguntó si yo era extranjera y si prefería que siguiéramos nuestra conversación en italiano, francés, alemán u algún otro idioma; con esto me sentí pequeña, ya que yo solo podía comunicarme en unos pocos idiomas y para ella hablar muchos era algo muy normal. No lo llamaría tal cual una mala experiencia, pero si fue algo que definitivamente me hizo reflexionar.
¿Qué aprendizaje te llevas de esta experiencia?
Me di cuenta de que se necesita hacer sacrificios muy grandes para lograr lo que uno quiere aquí en México, ya que nuestra realidad es otra. Somos un país en desarrollo y obviamente contrasta con el país que tuve la oportunidad de visitar. Llegué mucho más animada y mucho más motivada a mi carrera porque me di cuenta que vamos a tener que competir con personas que tienen muchas capacidades. Ahora veo mi educación como una inversión más que como un gasto.
¿Cuál fue tu choque cultural de regreso?
Realmente yo me quería quedar allá, hice amigos extraordinarios y quedé enamorada del país. Sabía que iba a tener que volver tarde o temprano, pero visitar un continente totalmente diferente te hace visualizar tu vida de una manera totalmente distinta. Allá tuve muchas de las mejores experiencias y eso solo me motivó a echarle aún más ganas en las cosas que hago, para poder trascender y seguir conociendo el mundo en un futuro. Por otra parte, ya extrañaba mi país, sobre todo la comida.
