Por: Gibsy Sagrario González García
[Una experiencia con lección de responsabilidad incluida.]
Mi nombre es César Espinosa, voy en el 9º semestre de Logística de Negocios y realicé mi intercambio la Hochschule de Düsseldorf en Alemania. Decidí ir de intercambio porque me gusta aprender otros idiomas, además quería viajar al extranjero porque no había tenido oportunidad de hacerlo y sentí que era el momento.
Cuando llegas al aeropuerto ¿cómo fue ese primer encuentro con el mundo fuera de México?
Para llegar a Alemania primero hice escala en Francia y cuando llegué ahí si me saque de onda; el aeropuerto era gigante, pensé que me perdería y no llegaría a tiempo para mi siguiente vuelo; afortunadamente, las personas que trabajaban ahí me ayudaron. Finalmente llegué a Dusseldorf y mi primera noche la pasé en el aeropuerto, pues mi casera dijo que no podría llegar a abrirme y encontrar hotel iba a ser algo caro y tardado. Al dar las 7 am finalmente tomé un taxi que me cobró 37 euros por llevarme a la casa donde me quedaría.
¿Cómo fueron tus primeros días en Alemania?
Siento que desaproveche los primeros días porque tenía un jetlag fatal. El cuarto me lo entregaron casi vacío, así que los primeros días la pasé intentando comprar lo básico y me perdí varias veces, porque tomaba los trenes incorrectos o en dirección opuesta; pero después llegó otro amigo que estudiaba lo mismo que yo y empezamos a salir juntos, a ir al centro, etc. Un compañero de casa me dio un tour por la ciudad, lo cual estuvo muy bien, ayudó bastante.
¿Cómo fue cuando empezaron las clases?
Yo llegué 20 días antes de empezar, entonces me dio tiempo de ir de viaje a Ámsterdam con mi amigo. Al regresar tuvimos un desayuno de bienvenida en la universidad, éramos alrededor de 110 alumnos de intercambio y al empezar a conocernos vi que varios de ellos vivían en mi casa, lo cual me dio mucho gusto.
¿Qué anécdotas buenas y malas tienes de estas clases?
En el primer cuatrimestre llevé cuatro materias y los profesores estaban muy preparados. Aunque al inicio compartíamos más clases con estudiantes internacionales, después compartíamos clases con alemanes, y eso también me gustó porque así nos mezclamos.
¿Cómo es tener clases con alemanes?
En el primer semestre fueron un poco apáticos, pues eran un poco cerrados con su grupo de amigos; ya en el segundo semestre tuve una clase de maestría con puros alemanes y ellos sí eran bastante inclusivos.
¿Cuéntanos una anécdota buena y una mala del choque cultural que viviste?
Pues me gustó mucho porque podías estar a las dos de la mañana en la calle sin problema, además el transporte público funciona muy bien y aunque es caro vale mucho la pena, la ventaja para los estudiantes es que al pagar el semestre en la universidad te dan una tarjeta para el transporte público, puedes utilizar trenes, buses y tranvías gratis. Por otra parte me encantan las libertades que tienen en el país.
Una de las experiencias malas o incomodas que nos pasaron en Europa en general, no sólo en Alemania, era al llegar a un club o bar y ver y vivir la discriminación, cuando preguntabas por qué no podías pasar no sabían qué responderte pero la razón era obvia, sobre todo cuando éramos puros hombres. Otra cosa es que allá cobran por todo, por ir al baño, por los sobrecitos de condimentos en un McDonald’s, pero siento que también lo hacen para evitar el abuso de las cosas.
Cuéntanos ¿qué fue lo que te pasó en la cuestión migratoria?
Es un poco larga la historia, yo había planeado un viaje con una amiga irlandesa a Turquía pues su novio era de allá, hicimos nuestro booking y lo reservamos por una semana. Como antecedente, mi pasaporte era uno de emergencia porque perdí el mío en Budapest y ya solo le quedaban 5 meses de vigencia, la verdad no fui por mi pasaporte ordinario a Frankfurt y pensé… me quedan 6 meses para que no me digan nada por este pasaporte en los puestos de control, así que puedo ir y venir sin problema.
Entonces nos fuimos a Turquía y nos la pasamos muy bien; cuando llegó la hora de regresarnos, abordamos el avión, pero al llegar a Dusseldorf empezó el problema; en control de pasaportes yo me fui a la línea de internacionales y cuando llegó mi turno la policía me preguntó por que quería entrar a Alemania, les dije que estaba estudiando ahí y les mostré mi pasaporte; me pidió la visa y le di una copia, porque mi visa anterior ya estaba caducada porque extendí el intercambio, y para la extensión de visa me dieron la cita hasta el 11 de julio, entonces en la oficina migratoria me dieron un papel el cual me habían dicho,era válido que viajara siempre y cuando cargara pasaporte y copia de la visa. Yo llevaba todos documentos pero la policía después de hacer multiples consultas con sus compañeros me dijeron que no podían dejarme pasar, que tenía que regresarme. Entonces me puse pálido, y le dije lo que me habían dicho en la embajada, ella me explicó que era válido solo para viajar en el área de Unión Europea, pero a mí nunca me explicaron eso.
No me dejaron pasar, así que llamé a la embajada de Frankfurt, al consulado de Dusseldorf, a la embajada en México y nadie pudo hacer nada, estuve dos horas esperando con los policías que estaban ahí, hablé con mi mamá, le dije lo que estaba pasando y se puso a trabajar en eso; le hablé a mi amiga y le pedí que le avisara a los chicos en Turquía porque era probable que me regresaran ahí y no a México, y así fue, pero traté de tomarlo de la mejor manera posible. Tomé mi laptop y tramité nuevamente la visa electrónica a Turquía. Mis amigos de Turquía me recibieron sin problema dos semanas más, honestamente la cultura turca se volvió parte de mí porque ellos me apoyaron muchísimo y se los agradezco.
Desde Turquía estuve tratando de resolver el problema, la policía alemana me dijo que buscara la Embajada de Alemania ahí para que me pudieran tramitar la visa; fue difícil porque quien tramitaba las visas era un outsoursing, entonces fui a esa oficina y la jefa era una persona grosera, me dijo que no me iba a ayudar porque no era turco y que necesitaba papeles que no tenía, así que contacté directamente con la Embajada gracias a unos amigos y sí me aceptaron los papeles, ya sólo tenía que esperar pero nunca me dieron respuesta.
Estaba perdiendo mi semestre, aunque seguía trabajando con mi equipo desde allá y todo, pero dije -ya no puedo-; entonces una noche decidí que me iba a arriesgar a ir a Alemania como turista, porque como mexicanos, para la Unión Europea, tenemos tres meses así sin necesidad de visa. Así que lo hice, ya estaba en el aeropuerto y al checar mi pasaporte vieron el sello de que no me habían dejado entrar, les expliqué la situación, por suerte me dejaron entrar al avión; con todos los nervios del mundo llegué al aeropuerto de Colonia, ya no al de Dusseldorf, volví a ir a la fila de Control de Pasaporte y pensé -por favor, por favor que me deje pasar-, le di solo mi pasaporte, lo checó, lo escaneó y me preguntó si tenía visa, le dije no, que iba como turista, y me dejó pasar, no lo podía creer.
¿Cuál fue tu aprendizaje más grande?
Aprendí que aunque no fue mi culpa del todo, debes asegurarte al 100% que lo que te están diciendo es verdad, porque si no es así, te puedes meter en problemas. También aprendí que tienes que ser completamente responsable con los trámites y no dejar pasar las cosas para evitar complicaciones. Para mí esta fue una lección de responsabilidad, de darle la mejor cara a los problemas y de no dejarte vencer ante situaciones adversas.
Aún con todo lo que viviste, ¿recomiendas a los demás ir de intercambio?
Claro que sí, es una de las experiencias más enriquecedoras que puedes tener. Yo lo considero como el mejor año de mi vida, jamás olvidaré esta experiencia, no le cambiaría nada; ahora, gracias a lo que pasó, ya no tengo miedo a que las cosas sucedan, porque ya las pasé y se resolvieron; ir de intercambio es una de las experiencias que te marcan de por vida.
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