Por: Vanessa Armenta
Tomás Portillo Barranco, estudiante de 8º semestre de la Licenciatura en Medicina, participó en el voluntariado promovido por Pastoral de la Cultura en la Casa de las Hermanas Misioneras de la Caridad, donde asisten a adultos mayores y enfermos de VIH.
El estudiante ya había realizado otras actividades de voluntariado anteriormente, pues desde que estudiaba en una prepa católica acudió a algunas sierras mixtecas y se dio cuenta de las carencias que había, comenta que sin poder manejar el mismo lenguaje aprendió a valorar, trabajar e impulsarse a sí mismo en la parte espiritual.
Durante un tiempo no pudo seguir realizando estas actividades, pero gracias a la universidad se presentó otro voluntariado en donde sin dudarlo asistió y cuenta que es una de las maneras más importantes en donde puedes prestar un servicio no solo social si no también espiritual.
Tomás dice que esto le permite enfrentarse a algo diferente ya que no se sabe la calidad ni las circunstancias de vida de una persona mayor, lo que provoca cierta barrera que impide una buena comunicación con ellos, pero aun así, están en la disposición de aprender.
Por otro lado, la vivencia que llega a tener con las personas de VIH le deja la impresión de que la falta de información provoca que haya un aislamiento de este tipo de personas hacia otras, debido a que sienten que pueden contagiar a otros y se vuelven personas cerradas.
Para Tomás todas estas actividades son una oportunidad de seguir ayudando a las personas e invita a toda la comunidad universitaria a asistir y unirse a un voluntariado pastoral para prestar servicio, experimentar algo nuevo y ver las cosas desde otra perspectiva.
Entrevistas
Voluntariado, una forma de ver el mundo con otra perspectiva
03 octubre Por: Yolanda Jaimes