Por: María Fernanda Hernández Novoa
Ángela Abarca Pérez, estudiante de noveno semestre de Ingeniería Ambiental recibió una beca por su buen promedio para poder cursar en la Universidad de Notre Dame (una de las mejores Instituciones de Estados Unidos) durante un año académico.
“Es una universidad muy buena, pero no me imaginaba qué tan bonita, tan grande y qué tan competitiva era”.
En esta Universidad, situada en el estado de Indiana, explicó Abarca Pérez, el departamento de ingeniería ambiental está acoplado con el de ingeniería civil, es decir, es muy diferente a lo que existe en México pues tiene un enfoque muy amplio en cuanto al tema de aguas, geología y estructuras.
Lo anterior, comentó, hace un poco más teórica la enseñanza, por lo que tuvo que tomar clases como física.
Respecto a lo anterior comentó que el enfoque en México está dirigido a los recursos que se tienen y a una forma más práctica de la carrera, teniendo una visión determinada a los recursos naturales; en cambio en la universidad de Notre Dame manejan un enfoque más a recursos del agua por su gran diversidad en ríos y lagos y su colindancia con el río Michigan.
Este río es uno de los proyectos más grandes que se manejan para la determinación de pendientes por lo que la física es necesaria para la realización de estas actividades, Ángela comenta que tenía un profesor que daba asesorías de esta materia a las cuales ella asistía todos los viernes, al final del curso este esfuerzo fue reconocido por el profesor.
“Las clases eran muy competitivas, pues las calificaciones son con respecto al grupo, esta calificación era un promedio de todas las calificaciones obtenidas en comparación con la tuya, logrando un posicionamiento referente al resto de los alumnos. Los profesores y alumnos son muy comprensibles y la universidad cuenta con mucho material de apoyo (biblioteca, recursos en líneas y grupos de ayuda)”.
Abarca Pérez recibió una beca en la que el hospedaje y los alimentos iban completamente incluidos, por lo que ella no tuvo que preparar o comprar su comida, sin embargo, siempre ha vivido con sus padres y la experiencia de realizar actividades cotidianas por su cuenta, como ir al doctor o hacer la limpieza de su habitación y ropa le permitieron madurar bastante y sentirse mucho más independiente.
Ángela viajó a California en el periodo de vacaciones y agrega que en Indiana cuentan con un aeropuerto internacional, pero con costos muy elevados y exclusivamente para transporte de mercancía por lo que es necesario trasladarse al aeropuerto de Chicago para poder abordar un avión. Hay dos formas de realizar el viaje a Chicago, la primera es por tren y la otra por camión; el tren es barato y rápido, pero no tiene seguridad, no tiene horarios establecidos ni espacio para equipaje y el camión es barato, es tardado pero su horario está bien establecido.
“Me sentí muy acomedida, feliz y bienvenida con otros estudiantes de intercambio y los mismos estudiantes de la universidad, eran bastante acogedores”. En el dormitorio en el que ella estuvo realizaron fiestas de entrada y salida, para poder crear un vínculo mayor, lo que ayudó a que considerara que ganó muy buenos amigos.
Las tareas, trabajos y exposiciones fueron los retos más grandes a los que se enfrentó pues todo esto lo tenía que realizar en inglés y sobre todo en las exposiciones se debe manejar la competencia de hablar en público; en cuanto a los trabajos y reportes son muy diferentes a como los piden en México por lo que se debe estar al pendiente de los detalles y las formas.
Ángela pudo notar que la perspectiva que tienen de los mexicanos a veces no es muy buena, por lo que ella sentía la tarea de desmentir esta imagen, pues México está lleno de gente trabajadora y responsable con muchas ganas de mejorar y salir adelante; en cuanto a la adaptación cultural, agregó que en la cultura estadounidense suelen ser un poco más fríos por lo que ella, por ejemplo, tuvo que adaptarse a no saludar de beso o mano.
En cuanto a la alimentación menciona que no suelen tomar desayunos, realizan un lunch a las doce del día y la comida entre seis y siete de la noche. Ángela no podía adaptarse a esos horarios por la forma de alimentación mexicana, pero menciona que la comida es muy sabrosa. El cambio en el clima de Puebla a Notre Dame es algo a lo que ella no pudo adaptarse pues es un clima muy frío.
Cada profesor tenía un método de enseñanza diferente, pero Ángela destaca a uno que hacía pequeñas presentaciones de casos de estudio como apoyo didáctico, el nivel de exigencia académica es casi el mismo, la universidad de Notre Dame se ubica en el segundo puesto entre las mejores universidades de investigación. Abarca Pérez realizó investigación con un profesor sobre nano materiales, el destino de éstos en el medio ambiente, su transporte y en dónde acaban. El profesor al ver el buen trabajo de Ángela le extendió una invitación para regresar a Notre Dame a realizar su maestría.
En la UPAEP Ángela trabaja con la Doctora Genoveva Rosano usando plantas como el lirio acuático para producir nano partículas, un método más amigable con el medio ambiente, lo cual le da continuidad al trabajo que realizó en Estados Unidos.
Ángela tiene de proyecto terminar sus materias en la UPAEP y seguir con su tesis en investigación para poder dedicarse a esa línea académica, tomar cursos como preparación para un examen que es requisito en Estados Unidos para poder realizar prácticas profesionales en ese país, ya que planea aplicar para la universidad de Notre Dame o la universidad de South Florida, esta última porque tuvo la oportunidad de conocer a un profesor en una conferencia y llamó su atención el programa que tiene esa universidad de la carrera de ingeniería ambiental.
“Llego con muchísima gratitud a la UPAEP, muchas veces damos por hecho lo que nuestra universidad hace y a mí me ha ayudado muchísimo la gente de internalización en cuanto a revalidación. Esta experiencia me ha dado una perspectiva mucho más grande y nueva de todo lo que es mi carrera”.
Entrevistas
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