[Importante reconocer la riqueza de esta herencia que es nuestra.]
En el marco del día internacional de los pueblos indígenas es importante reconocer que cerca del 10% de los mexicanos, lo que representa aproximadamente a 12 millones de personas pueden asumirse como miembros de culturas primigenias en México, señaló la Mtra. Ana María Guadalupe Peregrina Ruiz, Catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas de la UPAEP.
Indicó que en México podemos encontrar cerca de 130 dialectos, sin embargo hay poblaciones que tienen habitantes con menos de 40 personas que hablen su lengua.
“Estos grupos se concentran el los estratos de las personas mayores; ya los jóvenes no las hablan, incluso en la parte de la meseta central, el Náhuatl se ha ido haciendo más coloquial y ha ido perdiendo la pureza con la que se pudo haber hablado en tiempos anteriores”.
Para evitar esta pérdida de los hablantes de los dialectos los cuales la catedrática consideró de una riqueza estupenda que forman parte de la identidad de México mencionó dos soluciones conjuntas.
“La valoración de los propios hablantes, que sean ellos quienes defiendan ese derecho a seguir manteniendo esa identidad; que la cultiven y se la enseñen a sus hijos, que los abuelitos se las enseñen a sus nietos y que en casa se siga manteniendo esa riqueza cultural de llamarles a los objetos, a las ceremonias a todo lo que tiene que ver con la cotidianidad. Segundo que el Estado y sus instrumentos vean a estas manifestaciones culturales como un riqueza y no como algo que tenga que ser extinguido”.
Celebró que el Estado Mexicano esté manteniendo un clima de apertura y respeto frente a estas manifestaciones indígenas y les dota de instrumentos para que haya poetas en Náhuatl, arte en lengua náhuatl.
“Se están haciendo poesías, la traducción del Himno Nacional, de la Constitución, cada vez nos encontramos mejores instrumentos, por ejemplo para dotar de intérpretes y traductores que ayuden a estas comunidades que aún se mantienen con un fuerte vínculo con su identidad lingüística”.
Referente a los problemas de segregación explicó que no podemos negar que en México este tipo de situaciones no sean ajenas puesto que somos producto de un complejo mestizaje donde el referente europeo era la cúspide de una pirámide social, económica, política y que todo aquello que fuera quedando como una categoría inferior a este europeo se veía con un valor reducido.
“La colonia fue el crisol que siempre suelo decir que nos ha permitió o impedido en gran medida esta integración, el mestizo surge con un cierto tono vergonzante y lo que quiere es distanciarse de su raíz indígena para ser parte de los grupos de poder dominante”.
La catedrática expresó que tomando en cuenta lo anterior muchas veces no somos capaces de ver la riqueza de esta herencia que nos es propia; a veces la relegamos, la ocultamos y tratamos forzadamente de hacer una incorporación de ellos para que no haya desigualdades.
“Es por eso que esta inercia es muy difícil de romper, es hoy cuando yo veo por parte del Estado pero también de un renovado vigor e interés de los propios pueblos indígenas de cobrar un lugar dentro de la sociedad pero con honor, que no les parezca vergonzante sentirse miembros de un grupo con grandes tradiciones , con gran cultura esto es un camino de ida y vuelta“.
Destacó que si nosotros viéramos una parte de nuestra propia identidad, de nuestro propio ser, cada vez que nos viéramos al espejo reconoceríamos que somos descendientes tanto de hispanos como de indígenas, que incluso hay una raíz negra que muchas veces se nos olvida que forma parte de esta identidad, por ello hay que verla con respeto y con honor.
“Hoy me parece que el Estado Mexicano está impulsando cada vez más campañas de respeto y conocimiento de la riqueza de estos pueblos para valorar sus manifestaciones artísticas, el saber cual es esa alma de México, en dónde está, en dónde sigue palpitando esa también alma de México; ellos han pasado la prueba del tiempo, los siglos han pasado por ellos y siguen teniendo todavía muy arraigadas convicciones, prácticas, algunas son prodigiosamente luminosas como su danza, sus artesanías, su baile, todas las manifestaciones tienden a lo bello”.
Destacó la vida cotidiana pues viven valores como la solidaridad, ven con mucha exaltación y respeto a los mayores, “tiene un cuidado a los enfermos y de solidaridad entre las propias comunidades excepcional, nunca dejan desvinculados a ningún miembro de la familia e incluso de las comunidad, son valores estupendos”.
Finalmente reiteró que debemos de conocer estos pueblos indígenas y respetarlos, incluirlos y ver con honor que todavía representan un pasado del que no somos ajenos.