[Universidades deberían colaborar en la profesionalización del campo: investigadora.]
El sector agropecuario en México aporta cerca del 4 por ciento de la economía del país, mientras que poco más del 10 por ciento proviene de la industria automotriz, sin embargo, nos estamos convirtiendo en un país dependiente de las importaciones, destacó en entrevista la Dra. Yesica Mayett Moreno, Directora de la Maestría y Doctorado en Dirección de Organizaciones y la Maestría en Agronegocios.
“El sector agropecuario no está siendo valorado, y es paradójico que el automotriz provea a toda la República, pero lo que está sucediendo es que por toda esta carencia del desarrollo de alimentos se tiene que recurrir a la importación de alimentos básicos y terminamos, perjudicando la balanza comercial”, detalló la investigadora de la UPAEP.
A manera de contexto relató que el modelo económico en México a partir de 1940 fue industrializar al país, por lo que los gobiernos le apostaron al sector industrial pues en ese entonces el sector agropecuario era muy fuerte y todas las ganancias se destinaban a invertir en el sector secundario y terciario, lo que provocó la descapitalización del primario. “La gente ha migrado a las áreas urbanas, si en 1940 el 75 por ciento de la población vivía en áreas rurales, ahora es lo contrario, el 75 por ciento vive en áreas urbanas, y ahora no hay gente que trabaje la tierra”, relató.
En este sentido, comentó la Dra. Yesica Mayett, se tiene que profesionalizar al campo a fin de hacerlo más productivo. “Aquí es en donde interviene el negocio y la oportunidad de ampliar las capacidades de los pequeños y medianos productores para que aprovechen ese mercado tan grande interno y evitemos las importaciones de productos de la canasta básica”, recomendó.
Agregó que para lograrlo es necesario el intermediarismo, pues el productor no puede hacer todo: sembrar, cosechar, trasladar, procesar y vender, por lo que esa parte de la cadena dijo, se debe profesionalizar. No obstante, observó, se debe seguir haciendo bien lo que ya se hace bien, para no afectar las exportaciones.
Y es que según datos de la SAGARPA, el país ocupa el décimo lugar de las potencias mundiales de producción de alimentos, entre los que destacan el brócoli, huevos, jitomate y cebolla y el primer lugar como productor de aguacate, segundo de harina de maíz y tercero de limones.
Lo anterior se debe, explicó la Dra. Mayett Moreno, a que grandes productoras principalmente del norte del país han logrado certificarse para poder exportar sus productos, por lo que la tendencia sería que las universidades colaboren en la profesionalización del campo, principalmente de los pequeños y medianos productores para que la calidad de los productos de consumo local igualen en calidad a la producción de alimentos que se va al extranjero.
A este respecto, la investigadora sugirió se deberían subsidiar las buenas prácticas agrícolas y las universidades podrían también aportar su granito de arena en favor del campo a través de cursos a los productores para que éstos logren certificarse y ofrezcan productos de buena calidad.
“El gobierno debería subsidiar las buenas prácticas agrícolas y ofrecer certificaciones más económicas a los productores para que adopten todo el proceso ya que los productos terminarán en nuestra mesa tarde o temprano, de este modo también se impactaría en el sector salud o se podrían solucionar problemáticas sociales que se desarrollan a partir de enfermedades crónicas como el cáncer, cuyo tratamiento representa un gasto permanente para el estado”, manifestó la Dra. Yesica Mayett.
“El enfoque debe ser sustentable, y esto implica al ambiente, la economía, la parte cultural, el comercio justo y el trabajo para todos”, finalizó.
