Entrevistas
Reforma educativa, un proyecto a largo plazo
18 julio Por: Yolanda Jaimes
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[Organizaciones civiles, una alternativa para generar el cambio: Dr. López Calva.]

 

Si no se hacía el cambio estructural, dado la forma de trabajo con el sindicato, no se iba a poder plantear una reforma educativa a fondo, destacó el Dr. Juan Martín López Calva, Decano en Posgrados de Artes, Humanidades y Ciencias Sociales, respecto a la reforma y el nuevo modelo educativo.

Dijo que el tema se debe analizar a partir de dos dimensiones, la reforma estructural que tiene que ver con las instituciones y la educativa, es decir, lo que tiene que ver con el nuevo modelo educativo como lo es la iniciativa del inglés o la inclusión.

“Hay gente que dice que se debió formular primero el modelo educativo, yo soy más de la idea de que la estructura tenía que cambiar para que entonces, lo otro fluyera. Era necesario porque mientras no se rompiera esta estructura burocrática era muy difícil que los cambios propuestos, cualquiera que estos fueran, funcionaran”, explicó el Dr. López Calva.

Agregó que la UPAEP formó una comisión para estudiar el modelo que presentó la Secretaría de Educación Pública en 2016 y a partir de ello, desarrolló un documento en el cuál se realizaron algunas recomendaciones referentes al nuevo modelo educativo, mismas que dijo, se vieron reflejadas en el documento oficial, aunque en una mínima escala.

“Faltan elementos de una mejor definición de qué se entiende por educación humanista, porque comentan que es un modelo humanista, pero no se sustenta. Se habla de teorías complementarias de aprendizaje, de competencias, pero hay muchos elementos sueltos, no existe sustento científico para estos conceptos”, observó.

Uno de los aciertos de este modelo, indicó el Dr. Martín López Calva es lo que llaman gobernanza del sistema educativo, que se refiere a plantear esta política de la escuela al centro, dar mayor autonomía a cada escuela y que los directores tengan más facultades para decidir en sus instituciones.

Y otro dijo, que se habla de habilidades socioemocionales, convivencia escolar, lo ético, desarrollo físico y otras dimensiones que anteriormente no se tomaban en cuenta, o eran temas secundarios en los planes de estudio anteriores.

No obstante, alertó, “si no hay una formación docente más sólida, será muy difícil que los cambios aterricen”. De hecho, señaló que para que se vean materializados los cambios que se han realizado tanto en estructura como en el ámbito educativo tomará un tiempo pues se trata de un proyecto de larga duración y no de un sexenio.

En este sentido, sugirió, se vean a mediano y largo plazo las estrategias del nuevo modelo, tal como la del idioma inglés que plantea que en 20 años, los jóvenes al terminar la preparatoria o bachillerato, tendrán un nivel intermedio de inglés.

“Los cambios educativos se tienen que ver a mediano y largo plazo, el sistema educativo no va a cambiar en un sexenio. Me parece que hay algunos pasos, algunos adecuados, sobre todo los de papel están muy bien planteados, el problema es cómo va a operar y para eso tiene que desmantelarse todo un sistema antiguo. Si no rompemos esa cultura que pareciera está en nuestros genes, no solo en la educación, sino en todo el país, no vamos a cambiar el sistema”, aseveró.

Vaticinó que para dar este giro en cuestión de valores, se necesita al menos una generación desde preescolar a licenciatura bajo un sistema de educación en valores para lograr algún resultado en la sociedad. Y como propuesta para que esto se logre, el Decano coincide con investigadores que han impulsado el término “educación para la libertad”, a fin de educar en la toma de decisiones para hacer conscientes a los infantes y a asumir la consecuencia de las decisiones que éstos toman.

Así mismo, reveló, hay investigadores que hablan de tres elementos para la formación de valores: el clima afectivo entre docente y alumno en el aula, las reglas que aplica el profesor para regular la clase y cómo los profesores plantean sus contenidos de asignatura. “Si estos tres elementos se piensan en función de cómo formar seres éticos, podemos ir encontrando resultado”, sentenció.  

Agregó que en el tema de convivencia escolar, es un tema que está tomando mucha fuerza en el ámbito educativo y plantea convertir, no solo el aula, sino toda la escuela en un modelo diferente de convivencia pacífica. “Si la escuela se vuelve un modelo de convivencia, es como una micro sociedad que luego puede ser un ejemplo para los niños de cómo vivir en sociedad”, manifestó el Dr. López Calva.

En este punto, dijo, la sociedad es clave para generar un cambio, pues si los niños notan que en la vida real existen actos de impunidad o de corrupción, eso puede mandar un doble mensaje a los niños de que los valores pueden ser válidos en la escuela pero en la vida real no importa.

Esta sinergia entre la educación en valores y la vida real dijo, tiene que tener el apoyo, sino de las instituciones gubernamentales de las organizaciones de la sociedad civil, pues en la actualidad cada vez estas últimas están empujando fuerte en el combate a la violencia, la corrupción, etcétera.

“Organizándonos como ciudadanos podemos lograr un cambio tal vez más lento, pero se pueden ver mejores resultados. No es nada fácil, pero los que nos dedicamos a educar tenemos que hacerlo con la esperanza de que se va a poder cambiar aunque no lo veamos a corto plazo”, finalizó.

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