Por Arturo Martínez Meneses
La globalización que vivimos día con día, es una situación que ha desencadenado la formación de un excesivo individualismo que afecta los principales valores de la sociedad; uno de ellos, es el Bien Común.
El Dr. Mathias Nebel, quien estudió Teología en las Universidades de Friburgo, Madrid y Cambridge; cuenta con estudios de doctorado en Filosofía, fue profesor de tiempo completo en el ITAM y la UIA y actualmente es director de la fundación Caritas in Veritate, encargada de la enseñanza social de la Iglesia Católica, basándose en los valores cristianos; destacó durante su visita a nuestra universidad, la importancia de este bien.
El Bien Común, como una forma de actuar, es necesario para la conformación de las sociedades más humana y reales. Además, este mismo nos distingue de distintas sociedades localizadas en tiempos históricos que concebían a la persona de una manera totalmente diferente; en muchos casos, como no humana.
En sus palabras ¿qué es el Bien Común?
No es una concepción metafísica de un bien, es una esperanza. La esperanza que mi bien no sea disminuido del bien del otro, sino aumentado. El bien de la persona de enfrente y el mío no están en conflicto irremediable, se completan, se aumenta, por lo tanto, buscar mi bien significa buscar el bien del otro, y el bien del otro implica también una ampliación de mi propio bien. Es una esperanza que, se logra si la buscamos.
¿Cuál es el comportamiento del Bien Común relacionándolo con la sociedad y la política?
El Bien Común es generar prácticas e interacciones dentro de nuestras sociedades que ceran precisamente, un lazo entre las personas, que tenga la calidad suficiente para vivir como seres humanos y no como brutos. La calidad de la relación depende precisamente de la forma en la cual nos organizamos, en la que estas relaciones pueden ser humanas; humanizantes. El Bien Común consiste en generar interacciones que permiten al ser humano vivir como ser humanos. No siempre es el caso, pero hay hay sociedades más humanas y menos humanas.
¿El Bien Común, llevado a cabo por el gobierno, puede ayudar a hacer frente a los problemas en los países?
Primero, el gobierno tiene una responsabilidad mayor frente al Bien Común. Un gobierno debe de gestionar el nexo del Bien Común, es decir, las jerarquías y prioridades dentro de la realización de los varios bienes comunes que existen en la sociedad, pero no es el único actor. El bien común no viene de arriba hacia abajo, sino que se construye desde abajo, desde lo local hacia lo social y político. Sin embargo, la política tiene una relación más directa y estrecha con la responsabilidad del Bien Común.
¿Qué papel juegan los jóvenes en el ámbito de la construcción del Bien Común?
La responsabilidad principal de los jóvenes es considerar que el Bien Común no es algo natural automático, ya presente y que se conserva solito. El Bien Común sólo se conserva si participamos. Es una interacción, es generado por interacciones. Si los jóvenes no se percatan que en las instituciones en que nacieron, la democracia y universidades, solo existen porque ellos participan en ellas, estas instituciones de debilitan y se vuelven frágiles. Percatarse de esta fragilidad es reconocer que tenemos una responsabilidad para mantenerlas, y es una de las dificultades con la juventud. Esta generación toma como estándar un cierto narcisismo individualista y esto fomenta personas desvinculadas, sin responsabilidades en cuanto a la relación que tienen con el Bien Común. En otras palabras, consumen, pero no aportan.
¿Cómo las universidades contribuyen al Bien Común?
Las universidades tienen un rol clave, lo malo es que el Bien Común no es únicamente un proceso racional, depende de la cualidad humana de las personas. La universidad tiene un rol en cuanto a formar la cualidad humana: para mala suerte la forma en que emprenden en ello es por lecciones de formación o valores. Estas asignaturas habitualmente no logran su propósito, no se puede hacer de una persona una persona justa en un aula; se requiere experiencia y vivencia
