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La industria, así como todos los sectores de la sociedad, se ha transformado drásticamente para adaptarse a las dinámicas sociales. Esta evolución puede dividir en cuatro revoluciones industriales , las cuales han marcado las bases tecnológicas para la siguiente revolución.¹ Actualmente, nos encontramos en la cuarta revolución, también denominada Industria 4.0, enfocada en desarrollar empresas inteligentes para afianzar su éxito en los negocios.

Dentro de los atributos de esta revolución se destacan el uso de inteligencia artificial a fin de lograr automatización, conectividad y globalización empresarial con el fin de brindar mejores servicios y mayor satisfacción en los usuarios al complementar flujos de trabajo cada vez más complejos.² Cuando las características anteriores se cumplen solemos utilizar términos como Smart Factory o Industrial Internet, que engloban conceptos clave como interoperabilidad, virtualización, descentralización, capacidad en tiempo real, orientación a servicios y modularidad ³ con el objetivo de acelerar el crecimiento, aumentar la productividad, la competitividad y facilitar la creación de empleo en sectores específicos.

Sin embargo, para desarrollar una industria inteligente, la educación superior debe disruptivamente transformar planes y programas de estudio con el fin de asegurar el desarrollo de habilidades interdisciplinares, competencias sociales, estratégicas y de liderazgo, entre otros. Es decir, crear una revolución del talento en los futuros profesionistas.

Es importante resaltar que una revolución del talento debe estar acompañada de competencias clave como: resolución de problemas complejos, pensamiento crítico, creatividad, coordinación, inteligencia emocional, juicio y toma de decisiones, preocupación por el servicio al cliente, negociación y flexibilidad cognitiva.⁴ De forma que, para 2030, los profesionistas puedan adaptarse a ofertas de empleo inmersas en nuevas tendencias tecnológicas, cambios demográficos y climáticos, globalización, urbanización, sostenibilidad, inequidad e incertidumbre política.⁵

Si bien es cierto que la industria 4.0 ha transformado a varios sectores de la sociedad, también es cierto que debe estar en consonancia con la educación superior. Por ello, las instituciones de educación superior deben estar enfocadas en formar a profesionistas altamente competitivos para adaptarse a los cambios que conlleva la revolución digital asociada a la Industria 4.0. De esta manera, la Maestría en Ciencia de Datos e Inteligencia de Negocios apuesta por la innovación pedagógica al incluir en sus planes y programas de estudio nuevas tendencias tecnológicas para desarrollar habilidades que demanda el mercado laboral.

Por ejemplo, saberes en áreas del conocimiento como minería de datos, visualización de datos, análisis de grandes volúmenes de datos, liderazgo, planeación estratégica. Así, los egresados de la maestría pueden ser agentes de cambio en sus lugares de trabajo a fin de lograr que las empresas evolucionen constantemente para adaptarse a las transformaciones sociales, económicas, climáticas y de cualquier índole.