En la actualidad, México se encuentra en un punto de inflexión con respecto a la adopción, o no, de nuevas tecnologías en sus actividades productivas. Por lo gran cantidad de datos que se generan por medio de las tecnologías de información y comunicación, la conversación sobre la implementación de nuevas metodologías de producción se ha centrado en conceptos como el Internet de las Cosas, Internet of Things, (IoT) ya que existe un interés generalizado por conocer su impacto una vez que su uso se masifique. En la presente columna detallaremos el significado e implicaciones del IoT.
El Internet de las Cosas se define como un conjunto de objetos físicos, conformados por sensores y software, enlazados mediante Internet para intercambiar datos entre ellos mismos y mejorar su rendimiento. Alexa, de Amazon, y las interfaces de voz en los dispositivos móviles, como Siri, son ejemplos de cómo el IoT se integra en nuestras actividades cotidianas. Tanto Siri como Alexa fungen como asistentes personales ya que pueden recordar fechas importantes, administrar la lista de compras en el supermercado y controlar la seguridad de la casa desde un teléfono inteligente.1
Es importante mencionar que, actualmente, existe una infinidad de dispositivos conectados a Internet cuya interacción se logra sin la necesidad de un ser humano. Es decir, el Internet permite a los dispositivos interactuar unos con otros, lo que se conoce como interacción Machine to Machine (M2M).2 Más aún, las redes de nueva generación, como el 5G, fungirán un papel muy importante para consolidar el IoT pues impulsarán la interconexión de cadenas productivas; es decir, el IoT puede favorecer el desarrollo industrial ya que facilita la creación de convenios de colaboración entre diferentes empresas.
A nivel mundial, la inversión que se ha realizado en Internet de las Cosas ha aumentado de manera exponencial en los últimos años; tan solo en 2019, esta alcanzó los 750,000 millones de dólares, y se estima que para 2021 se alcancen los 1,4 billones de dólares. En el caso de México, el número de dispositivos conectados a Internet por persona era de dos en 2018.3 Se estima que dicho número se incrementó a siete en 2020 gracias a las redes celulares de alta velocidad, un uso más extendido de fibra óptica entre los hogares y el incremento en rapidez que prometen las redes 5G.4 Por lo anterior, hay evidencia suficiente para apreciar que México se encuentra en un panorama de interconexión creciente como no se había visto en su historia.
Por lo anterior, la implementación de Smart Cities se encuentra al alcance de la población mexicana pues con el uso generalizado del 5G será posible crear Ciudades Inteligentes Sustentables. El soporte de las tecnologías de información y comunicación permitirán satisfacer y monitorear las necesidades presentes de la población garantizando que lo mismo ocurra para las generaciones futuras.5 Particularmente, el IoT es vital para monitorear y optimizar, con las restricciones adecuadas, seis ejes básicos: i) recursos naturales y energía, ii) transportación y movilidad, iii) edificaciones, iv) economía y las personas, v) vivienda y vi) gobernanza. Por consiguiente, se pretende que la interconexión de dispositivos no solamente mejore la calidad de vida de la parte privilegiada de la sociedad, sino que permee a todos los sectores de la población.
De acuerdo con la American Society of Mechanical Engineers, las ciudades inteligentes sustentables son una realidad. En Singapur, la tasa de viviendas con acceso a banda ancha es del 95%. Por su parte, Dubai busca digitalizar todos los servicios de Gobierno para el año 2021; se considera que esto representará un ahorro en gastos públicos equivalente a $245 millones de dólares. También, Nueva York lanzó el programa piloto Wide-Area Networks que consiste en sensores interconectados que obtienen datos para optimizar las rutas de recolección de basura, solucionar problemas de tráfico, predecir crímenes y dar respuestas tempranas a éstos; esto último con resultados positivos.6 En resumen, las Ciudades Inteligentes Sustentables muestran cómo el IoT puede solucionar problemas de los habitantes y al mismo tiempo disminuir la desigualdad entre diferentes sectores poblacionales.
Es innegable el impacto que tiene el IoT en las dimensiones sociales, económicas y ambientales que conforman el desarrollo humano. Es decir, el IoT representa una oportunidad para generar desarrollos tecnológicos que ayuden a construir una mejor sociedad pues poco a poco se ha ido incorporando a todas nuestras actividades.7 Sin importar si son empresas, instituciones, consumidores o el mismo gobierno, el uso e implementación de IoT está siendo cada vez más adoptado gracias al creciente uso de los dispositivos y aplicaciones móviles. Cabe mencionar que la confianza en esta tecnología se incrementa conforme su uso se masifica.
Por lo anterior, el IoT también muestra la transición por la que atraviesa la relación entre la humanidad y la tecnología. Anteriormente, las tecnologías de la información eran utilizadas simplemente como medio de comunicación; actualmente, la aplicación de dichas tecnologías va más allá. Poco a poco se observa la consolidación de entornos digitales, un ciber mundo, en el que la generación de datos contribuye al quehacer cotidiano de las personas facilitando tanto actividades sociales como colectivas. Particularmente, el IoT puede ayudar a incrementar la eficiencia energética y generar actividades económicas y sociales sustentables.8
Por lo tanto, es cuestión de tiempo para que los beneficios del IoT permeen en todos los sectores poblacionales e industriales no solo en los países con un índice de adopción de Internet elevado, sino también en economías con un índice en crecimiento, como es el caso de México. Más aún, en un país como el nuestro, incentivar la adopción de estrategias de IoT es fundamental para resolver problemas relacionados con la seguridad, desigualdad económica y la contaminación. En general, es una herramienta que puede ayudar a elevar la calidad de vida de la población mexicana, así como incrementar el desarrollo de la sociedad y la industria.
Referencias / References
1Ahmed Banafa: Diez tendencias del Internet de las Cosas en 2020, de BBVA OpenMind sitio web: https://www.bbvaopenmind.com/
2Maria Gracia. (2020). IoT - Internet Of Things. Octubre 2020. Recuperado de Deloitte Sitio web: https://www2.deloitte.com/es/
3Paul Lara. (2020). Miles de ciudades, entre ellas la de México, están preparadas para recibir los beneficios de las redes de nueva generación y convertirse en una smart city al ciento por ciento en una década. Octubre 2020, de Telcel Sitio web: https://www.telcel.com/
4Adrián Rodríguez. (2019). El IoT en México permeó en las empresas y las personas. Pasaremos de dos objetos conectados por persona en 2018 a siete en 2020. Octubre 2020, de Telcel Sitio web: https://www.telcel.com//
5Höjer, M., Wangel, J.: Smart Sustainable Cities: Definition and Challenges. Stockholm, Sweden (2014). Neirotti, P., De Marco, A., Cagliano, A. C., Mangano, G., Scorrano, F.: Current trends in Smart City initiatives – Some stylised facts. Cities 38, 25–36 (2014).
6Kosowatz, J.: Top 10 Smart Cities in the World. Febrero, 2020. Recuperado de https://www.asme.org/topics-
7SAS. (Noviembre 19,2020). 7 aplicaciones prácticas de IoT que ya son una realidad. Octubre 2020, de México Forbes Sitio web: https://www.forbes.com.mx/7-
8Erick Zuñiga. (2017). El impacto de Internet de las Cosas. Octubre 2020, de México Forbes Sitio web: https://www.forbes.com.mx/el-
Paul Jiménez Vela |