El martes 9 de diciembre del 2020, en un acto de desesperación, en vísperas de la expiración del periodo de transición, el Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson, viajó a Bruselas con el fin de rescatar las estancadas negociaciones para un acuerdo de la futura relación entre la Unión Europea y el ahora ex miembro de la Unión: El Reino Unido. Después de una cena con la presidenta de la Comisión Europea, la doctora Ursula von der Leyen, el vocero del primer ministro admitió el resultado: un fracaso total.
Ahora hay tres áreas irreconciliables: 1. Gran Bretaña nunca va a ceder derechos de pesca en sus aguas territoriales a la U.E., 2. El Reino Unido nunca va a prometer no apoyar a su economía con fuertes subsidios para obtener una posición ventajosa frente a la competencia de la U.E y 3. El Reino Unido nunca va a aceptar la jurisdicción de la Corte de Justicia de la U.E en la solución de controversias entre ellos y la U.E.
Desde el 1° de febrero de 2020 los intercambios comerciales diarios y la libertad de circulación entre el Reino Unido y la U.E. se siguen aplicando hasta el 31 de diciembre de 2020, pero los detalles de los derechos recíprocos en el futuro no han sido definidos – ¡Otro enorme problema! El Reino Unido seguirá sometido a 98,000 leyes comunitarias y a la Corte de Justicia de la U.E. (la Suprema Corte Supranacional) hasta el fin de 2020. ¿Que va a pasar el próximo año en el contexto jurídico? – nadie sabe… Preparativos para limitar en la medida de lo posible el horrible impacto de un Hard Brexit - la salida desordenada, se detallan en un documento que ha sido revelado por el gobierno del Reino Unido llamado: “Operation Yellowhammer”.
Las consecuencias potencialmente catastróficas se detallan en este documento: Empezando el 1 de enero de 2021 habrá falta de alimentos perecederos y medicinas, camiones de carga atrapados durante meses en puertos interiores por falta de agentes aduaneros, estancamientos gigantescos en los accesos a Londres y otras grandes ciudades, cierre de refinerías de petróleo por falta de abasto de crudo, quiebra de pequeñas y medianas empresas por el colapso de cadenas de suministro, aumento drástico de precios, contrabando, desempleo masivo y – últimamente – en combinación con los efectos desastrosos de la pandemia, una recesión que podría reducir el crecimiento del Producto Interno Bruto en 11%.
Al día de hoy, el escenario que vemos es de facto el de un Brexit duro y desorganizado en poco más de dos semanas. Pero los efectos no serán limitados exclusivamente a Europa: México va a experimentar el impacto también a través de la salida automática del Reino Unido del TLCUEM el 31 de enero de 2020. El gobierno de México fue notificado por parte de la Unión Europea y Reino Unido del proceso de retiro de R.U. de la U.E. y de la Comunidad de la Energía Atómica. El acuerdo de retirada fue firmado el pasado 24 de enero. Hasta el 31 de diciembre, el Reino Unido seguirá vinculado al derecho comunitario y a los acuerdos comerciales de los que forma parte, incluyendo el TLCUEM.
Afortunadamente – aunque Gran Bretaña es la quinta economía más poderosa del mundo – nuestro comercio con ellos solo representa 0,7% de nuestro comercio global. El intercambio total de productos y servicios entre México y Gran Bretaña llegó a 4.9 mil millones de dólares en 2019 y nuestras exportaciones representaron 1.6 mil millones de dólares. Nuestras exportaciones claves al Reino Unido son: Oro para uso industrial, motores para automóviles y camiones, unidades de memoria y cerveza – mientras las importaciones de México desde el Reino Unido son Whiskey Escoces, farmacéuticos, gasolina, autopartes, aeropartes y automóviles (Mini Cooper, Jaguar, Aston Martin, Bentley, Land Rover y Rolls Royce) La inversión directa del Reino Unido en nuestro país llegó a 11 mil millones de dólares en los últimos 18 años, representado por HSBC, Glaxo-Smith-Kline, Astra Zeneca, Seguros Provident y Seguros Royal and Sun Alliance. Reino Unido es considerado en México como uno de los socios más importantes en materia de inversión extranjera directa.
Todos estos productos, servicios y operaciones automáticamente pierden sus privilegios de cero aranceles e impuestos y ahora deberán apegarse a las reglas de la OMC y sujetarse al arancel de la nación más favorecida. En ese sentido, ¿Cuál es la estrategia comercial de México para seguir con una relación comercial con el Reino Unido?
Dr. Juan Carlos Botello Dr. Werner G.C. Voigt |