Estrategia y competitividad
La Nueva Peligrosa Crisis Binacional sobre las Aguas Fronterizas
19 octubre Por: Dr. Werner G.C. Voigt and Dr. Juan Carlos Botello
Pin It

A casi una semana de que venza el plazo para cumplir con el “Tratado Relativo al Aprovechamiento de las Aguas de los Ríos Colorado y Tijuana, y del Río Bravo (Grande) desde Fort Quitman, Texas, hasta el Golfo de México”, el 24 de octubre de 2020, la batalla todavía no cede en nuestra frontera con los Estados Unidos y agricultores, gobernadores y el Gobierno Federal chocan por el manejo político del agua en el estado de Chihuahua principalmente.

El centro del conflicto está en la presa La Boquilla del río Conchos, el afluente del Río Bravo más voluminoso de los seis ríos tributarios que tienen que aportar agua para el cumplimiento del tratado del año 1944. Según los agricultores, desfogar aguas de este punto supondría comprometer su capacidad de riego y poner en grave peligro el futuro de unas 20 000 familias que viven del campo en la región. En agosto la región sufrió el mes más seco de los últimos 90 años que se traduce a una precipitación anual de solo 250 milímetros.

En este momento la presa La Boquilla solo cuenta con 920 millones de metros cúbicos – poco más del 32% de su capacidad máxima. La situación actual implica que será extremamente difícil garantizar que pueda haber agua suficiente para el ciclo agrícola del próximo año. Según cifras de SAGARPA debemos aportar a los Estados Unidos 54% del agua del Río Conchos – como contempla el Tratado – aunque en lo que va del presente ciclo agrícola, solo hemos contribuido solo el 44%.

Según el Tratado del año 1944 firmado y ratificado por México y E.U.A., México se queda con dos tercios de la corriente principal del Río Bravo y cede a los Estados Unidos el resto que no puede ser menor de 432 millones de metros cúbicos anuales. Como contraparte, los Estados Unidos cede a nuestro país cada año 1,850 millones metros cúbicos del Río Colorado, que en su mayoría se encuentra en territorio estadounidense hasta desembocar en el Golfo de California entre los Estados de Sonora y Baja California. El Tratado también establece que la Comisión Internacional de Límites y Aguas – un organismo binacional - es el encargado de resolver cualquier diferencia o conflicto en materia de aportaciones de agua.

Ahora, el Gobierno Federal tiene poco más de una semana para entregar a E.U.A. la parte que le corresponde. Para ello, debe utilizar el agua almacenada en la presa La Boquilla en el estado de Chihuahua. Y aunque el suministro está garantizado para la población urbana de la zona fronteriza, los agricultores de la región se niegan a la extracción del agua de la presa argumentando que los dejaría sin el recurso suficiente para poder cultivar tras el impacto de la sequía. La tensión se aumentó a ritmo vertiginoso en las últimas semanas con graves enfrentamientos entre la Guardia Nacional y los campesinos, que tienen desde entonces tomada la presa para evitar el desfogue del agua que debe México a los Estados Unidos.

Nuestro presidente, López Obrador, ha responsabilizado a “grupos políticos” de las protestas y mostró su preocupación por el hecho de que este fulminante conflicto impida cumplir con el derecho internacional que rige el Tratado de 1944 y el Artículo 133 de nuestra Constitución que establece los tratados ratificados como Ley Suprema de la Nación. Su preocupación más profunda se concentra en la probable reacción del gobierno de Donald Trump. El gobernador de Texas ya envió una carta oficial al secretario de relaciones internacionales, Mike Pompeo, reclamando que México no está cumpliendo con el pago del agua a más tardar el 24 de octubre de 2020.

Tanto el gobernador de Chihuahua como los alcaldes de la zona están comprometidos con el radicalismo de los agricultores, mientras López Obrador manifestó hace una semana: “Es muy delicado que en estos últimos días de campaña electoral en E.U.A. se vaya a utilizar que no estamos cumpliendo con el Tratado y se tomen medidas unilaterales que afecten a México. Debemos evitar que Washington pudiera imponer sanciones como respuesta que empiecen a afectar los flujos comerciales o a establecer aranceles a mercancías provenientes de nuestro país”.

Pero, debemos contemplar, en adición a estas represalias: La posibilidad – en un caso extremo – del envío de un gran número de elementos del ejército estadounidense a nuestro territorio para abrir con fuerza de armas las compuertas de nuestras presas.

Dr. Juan Carlos Botello
Director Académico
Facultad de Comercio Internacional y Logística
UPAEP

Dr. Werner G.C. Voigt
Profesor Emérito

Galerías