Donald Trump admitió este miércoles, 9 de septiembre 2020, que minimizó habitualmente el peligro y la gravedad del virus Covid-19 en sus discursos públicos de febrero y marzo a pesar de que sabía que la enfermedad era especialmente mortal y difícil de contener y, subrayó que lo hizo para contener el “pánico” y evitar la “histeria” en los mercados financieros.
A pesar de su aparente comprensión de la gravedad de la enfermedad y su método de transmisión, durante el mes siguiente, en cinco ciudades de todo el país, el Sr. Trump celebró grandes concentraciones en lugares cerrados, a las que asistieron miles de sus partidarios. Trump pasó semanas insistiendo en público en que el coronavirus no era peor que una simple gripe estacional y que ésta desaparecería cuando las estaciones cambiaran, prometió a finales de febrero. "Estamos haciendo un gran trabajo", dijo a principios de marzo.
La publicación de grabaciones de muchas de las conversaciones que Trump mantuvo en meses pasados con el prominente periodista Bob Woodward obligó al mandatario a reconocer esa decisión y abandonó la polémica sobre la gestión de la pandemia en los Estados Unidos, un tema central en la campaña para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
“Siempre he querido restarle importancia, todavía me gusta restarle importancia, porque no quiero crear pánico” dijo Trump el 19 de marzo a Woodward -días después que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades CDC advirtiera que la pandemia provocaría cierres económicos en todo el país-, según relata el periodista en su nuevo libro “Rage” (Ira), que salió de manera preliminar en los medios estadounidenses el miércoles 9 de septiembre 2020.
En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca después de que se hicieran públicas esas grabaciones, Trump respondió afirmativamente a la pregunta de si engañó deliberadamente a los estadounidenses y el resto del mundo sobre el peligro que suponía la pandemia. “Con el objetivo de reducir el pánico, quizá fue así” confesó Trump, al subrayar que no quería “provocar que los precios de bienes subieran a un nivel prohibitivo. Soy un animador de este país. Amo a nuestro país. No quiero que la gente esté asustada. No quiero crear pánico” recalcó él.
Esta admisión de Trump llegó el mismo día en que Estados Unidos cruzó el umbral de 190,000 muertos a causa del Covid-19, y en un momento en el que el mandatario sufrió el impacto devastador que tuvo en las encuestas electorales sobre su gestión de la pandemia. Gran parte de la responsabilidad por el fatídico manejo de la crisis sanitaria recae en el presidente. Pero con cada mentira pública que sale de la boca de Trump, o en su canal de Twitter, ¿cuántos miembros de su administración que lo sabían mejor se quedaron callados?
El candidato presidencial demócrata, el ex vicepresidente Joe Biden, no tardó en reaccionar a las grabaciones de Bob Woodward, y acusó a Trump de haber “mentido al pueblo estadounidense al restar importancia” a esta terrible enfermedad. “Sabía lo peligroso que era, y evitó hacer el trabajo a propósito, y eso costó muchas, muchas vidas” , denunció Biden durante un discurso al aire libre en la sede de la región 1 de la United Auto Workers en Warren, Mich.
Pero la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo en una rueda de prensa que la intención del presidente era simplemente expresar calma ante la llegada de la enfermedad, por que Estados Unidos no podía permitirse aglomeraciones masivas en las tiendas de alimentación o un colapso en los mercados de valores. Bob Woodward, famoso por haber – junto con Carl Bernstein – ayudado a destapar el caso Watergate que derivó en la renuncia del presidente Richard M. Nixon en 1974, entrevistó 18 veces a Trump para su libro. El periodista revela que el asesor de seguridad nacional de Trump, Robert O’Brien, advirtió al presidente el 28 de enero de que el nuevo coronavirus sería la mayor amenaza de seguridad nacional que iba a enfrentar, y que otro asesor lo comparó con la gripe española de 1918, que mató a unos 50 millones de personas en el mundo.
Tres días después, Trump habló por teléfono con Woodward y le confesó que la situación era mucho más grave de lo que había admitido en público. “Esto se transmite respirando el aire. Así que es muy complicado, es muy delicado. También es más mortal que incluso la gripe más ardua. Esto es más mortal” indicó Trump al periodista ya el 7 de febrero de 2020. En ese momento, Trump insistía en público en que el virus no era peor que la gripe estacional, y a finales de febrero recalcaba todavía que el riesgo de contraer la enfermedad en los Estados Unidos era muy bajo.
En su libro, Woodward reveló muy duras críticas al presidente de figuras como el ex secretario de Defensa James Mattis y el ex director de Inteligencia Nacional, Dan Coats. El libro también revela que Trump llegó a decir según un asistente de Mattis que estaba presente: “Mis generales son unas gallinas cobardes que están más comprometidos en mantener alianzas internacionales y de la industria de armamentos que de la importancia de desmantelar acuerdos comerciales. Ese detalle llegó después de la publicación de un artículo en la revista The Atlantic en donde se reveló que Trump llamó “perdedores” y “babosos” a los soldados estadounidenses caídos en la Primera Guerra Mundial – algo que ha sido confirmado en muchos medios – incluso Fox News, el canal favorito de Trump.
Según fuentes en la Casa Blanca, esas revelaciones han incrementado peligrosamente la inestabilidad mental de Trump y hay temores crecientes de una reacción irracional de Trump contra sus adversarios. Por último y haciendo una analogía con nuestro país, ¿acaso no estaremos en la misma situación? Es decir, un presidente que sale todos los días por las mañanas a mentir sobre el excelente manejo de la pandemia cuando en realidad el número de muertos probablemente ha excedido los 200,000 o cuando su vocero vespertino se burla y descalifica investigaciones científicas y ensayos de autoridades sanitarias de las administraciones federales pasadas.
Dr. Juan Carlos Botello Dr. Werner G.C. Voigt |