Donald Trump tildó de “desagradable” a la senadora negra Kamala Harris, quien fue nombrada por el entonces vicepresidente de Barack Obama, Joe Biden, ahora precandidato a la presidencia el martes, 11 de agosto de 2020, como su pareja electoral para aspirar a la vicepresidencia de los Estados Unidos en los comicios del 3 de noviembre. “Me sorprendió que la eligiera” respondió Trump a los periodistas en la Casa Blanca durante su conferencia diaria sobre el coronavirus. “Es la más mala, la más horrible, la más irrespetuosa de todos en el Senado”, agregó.
Indicativo del pánico de Trump y de sus asesores es la manifestación de ellos hacia Harris, quien fue fiscal federal y también distinguida fiscal general del Estado de California durante años y años, “extraordinariamente desagradable”. Hija de padre jamaicano y madre de nacionalidad India gano su escaño en la cámara alta del congreso de E.U.A. en 2016. Harris tiene una enorme popularidad con el electorado estadounidense por ser mujer negra, hija de inmigrantes, eminente jurista, destacada legisladora y poseedora de una personalidad muy dinámica y agradable.
Ante esta nueva realidad y con una aprobación del electorado por debajo de 34% Trump necesita desesperadamente la ayuda de Vladimir Putin como en las elecciones del año 2016. Ahora, después de ocho telefonazos de Trump con Putin, Rusia nuevamente está tratando de influir en la elección norteamericana, con el manifiesto propósito de influenciar a la reelección de Donald Trump.
Con la victoria de 2016 creada por los servicios de inteligencia de Putin, Rusia obtuvo una enorme influencia dentro del gobierno federal de los Estados Unidos con la que ni siquiera soñaron sus antecesores de la ex URSS. El potencial de Trump para los rusos ha sido enorme: ha desacreditado sus propias instituciones, ha aislado al país que se presentaba a si mismo como indispensable para el mundo libre y les ha brindado a los rusos la oportunidad de consolidar sus avances e incursiones en varios partes del mundo. Consecuentemente, Trump ha despedido a dos directores de la CIA y dos directores de inteligencia nacional porque no le gustaron las advertencias que le informaron respecto a la peligrosa actitud rusa, dichas advertencias y peligrosidad fue totalmente contraria a la narrativa que Trump ha utilizado.
Para las elecciones de noviembre próximo, los Estados Unidos se encuentren mucho más divididos que hace 4 años. Además, los rusos han perfeccionado sus herramientas para interferir en las elecciones sin dejar huellas fácilmente detectables. Para los rusos es fundamental la reelección de Trump para continuar dividiendo a la Unión Europea, influyendo el mundo árabe, hostilizando a Ucrania y fortaleciendo sus propias alianzas, tanto con China como con Irán sin la interferencia de Trump. China, a diferencia de Putin, por ningún motivo desea la reelección de Trump y es de esperarse que hará algo en sentido contrario de los rusos, ya que han perdido enormes sumas de dinero con las sanciones, aranceles punitivos y bloqueos al comercio efectuados por Trump.
Pero en el contexto de la extraña e inexplicable actitud de él hacia Vladimir Putin el Centro de Compromiso Global del Departamento de Estado (GEC) fue forzado por los medios a detallar los recursos de propagación de información falsa – fake news – del Kremlin a través de varios canales.
Entre ellos aparecen comunicaciones oficiales del gobierno, mensajerías globales financiados por el estado ruso, cultivo de fuentes intermediarias, uso de las redes sociales y otros medios cibernéticos alimentando sitios web de conspiraciones y canales de intermediarios como Q-Anon para propagar desinformación y propaganda destinada a socavar las normas e instituciones democráticas. El GEC identificó siete sitios intermediarios y organizaciones de desinformación alineados con el Kremlin, entre ellos el sitio de la Fundación de Cultura Estratégica y el Centro de Estudios Katehon.
Estos sitios amplifican historias críticas de Joe Biden y Estados Unidos en general promoviendo las posiciones de Rusia. Altos funcionarios rusos, dos senadores republicanos en el congreso de los Estados Unidos y la prensa prorrusa están tratando de capitalizar los temores y la confusión por el Covid-19 propagando activamente teorías de conspiración. Los objetivos de Rusia son cuestionar la credibilidad de las instituciones democráticas y la cohesión de la sociedad norteamericana.
Rusia tiene un largo historial de exitosa desinformación sobre temas de la política interna de EUA y temas de salud y ciencia. Este ecosistema de desinformación rusa explota el miedo y la confusión y es el único factor restante para el ahora muy remoto chance de una victoria del “Trumpismo” en noviembre.
Dr. Juan Carlos Botello Dr. Werner G.C. Voigt |