El miércoles y jueves de esta semana, Andrés Manuel López Obrador se presentó en la Casa Blanca para celebrar la entrada en vigor del T-MEC (que entró en vigor el 1 de julio de 2020). Él se presentó porque, según el Gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, AMLO no fue invitado, sino que fue citado por Donald Trump. Después de someterse a dos humillantes pruebas de Covid 19 nuestro presidente fue informado definitivamente que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, no participaría en la “celebración de este tratado trilateral”. Naturalmente, surge la pregunta: ¿Por qué participamos en una charada para celebrar en forma bilateral, un tratado TRILATERAL sin una invitación formal por parte de Trump?
Pues, el 23 de junio de 2020 en el transcurso de su visita al muro entre México y EUA en la frontera sur de Arizona, Trump dijo: “López Obrador is a great guy, I think he’ll be coming to Washington pretty soon!” Esto fue suficiente para AMLO. Dijera al día siguiente: “Nosotros vamos a asistir porque nos importa mucho el que podamos participar en el inicio de este acuerdo el 1 de julio que lo consideramos histórico. Ha habido de parte del gobierno de Estados Unidos y de Trump una relación de respeto a nuestra soberanía. ¡No hemos tenido con él diferencias de fondo, ha sido respetuoso, e incluso ha habido cooperación!”
Con tanto entusiasmo de nuestro presidente, ¿Como podemos explicar la frialdad del rechazo de Canadá?:
- En el caso de los Estados Unidos, Trump celebró los primeros ocho días del T-MEC con amenazas a Canadá con la imposición de dos aranceles punitivos por supuestos prácticas desleales: 25% sobre exportaciones de acero y 10% sobre exportaciones de aluminio. Trump se negó a dar más detalles. Sin embargo, hay que recordar que bajo el nuevo tratado el 70% del acero y aluminio de la industria automotriz deberá ser de la región, lo cual beneficia directamente a Estados Unidos.
- En este contexto de la aparente hostilidad canadiense hacia México en conjunto con Donald Trump la explicación es más compleja: Recordemos que el 27 de agosto de 2018 después de 4 días de negociaciones bilaterales – inexplicablemente excluyendo al equipo negociador de Canadá – Donald Trump y nuestro entonces presidente, Enrique Peña Nieto, anunciaron con enorme triunfalismo su entendimiento para un nuevo tratado comercial entre EUA y México (ahora conocido como el T-MEC). En ese sentido, México aceptó virtualmente todas las demandas de Trump y bajo el inesperado impacto de esta nueva realidad, Canadá, con enorme enojo contra México, se vio forzada a firmar todas las cláusulas del ahora denominado T-MEC. Un participante en las negociaciones que excluyeron a Canadá, Andrés Rozental, en una rueda de prensa con los medios de Canadá ofreció la siguiente explicación: “Creo que el gobierno ha puesto cara a la verdad a lo que en realidad es, desde mi punto de vista, una situación desafortunada. Decidimos que México y Estados Unidos negociarían, bilateralmente, reglas de origen para el sector automotriz y Canadá consideró que no era necesario que estuviera en la mesa de negociaciones porque se beneficiaría de cualquier acuerdo alcanzado entre los dos- Lo que no creo que nadie esperara es que justo después de haber discutido las reglas de origen de los automóviles, de repente, comenzamos a negociar bilateralmente con los Estados Unidos sobre todo lo demás, especialmente los asuntos pendientes: cláusulas de caducidad, resolución de conflictos, propiedad intelectual, compras gubernamentales etc. Sin la presencia de Canadá … Creo que nosotros, México, deberíamos haber insistido en tener a Canadá con nosotros…” Agregó nuestro entonces canciller Luís Videgaray, poco tiempo después: “Hay cosas que no controlamos, particularmente la relación entre Canadá y los Estados Unidos y definitivamente no queremos exponer a México a la incertidumbre de no tener un acuerdo. No tener un acuerdo comercial con EUA es un riesgo sustancial para la economía mexicana.” Una afirmación más de la expresión axiomática: Las Naciones no tienen amigos – solo intereses.
Y la reacción de Canadá: El 11 de octubre de 2018 el Gobierno de Justin Trudeau anunció su decisión de aplicar aranceles punitivos a siete categorías de acero exportado por México al mercado de Canadá. Este castigo perduró únicamente un poco más de un año, pero el amargo sabor en la boca del primer ministro Trudeau todavía debe ser preocupante para nosotros.
¿Por qué pensamos que Trudeau quiere celebrar un incómodo T-MEC organizado por Trump y con la ayuda de López Obrador? Seguramente Trudeau tomó la decisión de esperar un resultado nada favorecedor para Trump y darle vuelta a la página para seguir la relación con Estados Unidos, pero con Joe Biden al frente. Recordemos que, a finales de 2019, un video donde aparece Justin Trudeau fue utilizado por Biden para una campaña anti-Trump. En el video aparecen una serie de mandatarios como Emmanuel Macron, Boris Johnson, Mark Rutte y por supuesto Trudeau en una charla más que amena durante la reunión cumbre de la OTAN en Londres, Inglaterra. Este video junto con otras imágenes del anuncio publicitario hacía alusión a que “…todo el mundo ve a Trump como es, nada sincero, mal informado, corrupto, peligrosamente incompetente e incapaz, para ser un líder mundial... (en la voz de Joe Biden)” y el video termina con un gráfico diciendo “No le podemos dar cuatro años más como Comandante en Jefe, necesitamos un líder que el mundo respete”. Había nacido una nueva relación: Joe Biden-Justin Trudeau.
Dr. Juan Carlos Botello Dr. Werner G.C. Voigt |