Luego de la destitución de su mandato del expresidente de Bolivia, Evo Morales, y su llegada en nuestro país el 10 de noviembre de 2019 como refugiado político atendiendo a la invitación de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, el expresidente comunista de Ecuador, Rafael Correa, arribó a la mansión de quien fue Presidente, el poblano Manuel Ávila Camacho, hace dos semanas para una reunión conspirativa con Evo Morales confirmaron fuentes de inteligencia federal mexicana. Las especulaciones sobre donde vive Morales durante estas primeras semanas de su asilo en nuestro país han sido confirmadas: Morales reside como un emperador visitante en la lujosa mansión de Ávila Camacho – ahora propiedad federal – en la Herradura, zona residencial super lujosa de Naucalpan, en el Estado de México. Eso ha generado reacciones sumamente negativas de los colonos de la zona, quienes a través de una cuenta de Twitter lo rechazaron: “La Herradura se opone rotundamente a que el gobierno de López Obrador traiga al dictador y delincuente Evo Morales a nuestro país, nuestro municipio y nuestra colonia”. Periodistas mexicanos preguntaron al presidente López Obrador en una de sus mañaneras, si Evo Morales y sus acompañantes viven en un edificio público o militar. López Obrador respondió que “por razones de seguridad no se haría pública esa información. Y el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, contestó que la dependencia a su cargo garantiza que Evo Morales no corra ningún peligro en México. “Es un personaje y habremos de garantizar que no corra ningún peligro, habrá personal de seguridad en su apoyo”. En un video de un noticiero del 14 de noviembre se evidencia que Morales cuenta con catorce guardaespaldas mexicanos fuertemente armados. Adicionalmente, Morales recibe mensualmente $189,000.00 pesos como “cortesía” y libre de impuestos. Evo, con el apoyo logístico y político de nuestro gobierno federal, está alentando el fuego de la guerra civil en Bolivia. El dirigente del cártel de los cocaleros, Faustino Yucra Yarhui, recibió instrucciones de Evo Morales desde México a través de una llamada telefónica, para decirle: “que no entre comida a las ciudades, vamos a bloquear, cerco de verdad!”
La reacción del gobierno de Bolivia llegó a México un día después – el 21 de noviembre – en forma de un comunicado oficial de protesta en el sentido de que las manifestaciones y actos efectuados por Morales contravienen su condición de asilado político. La evidencia de videos y transcripciones de llamadas telefónicas son evidencia – según el comunicado – de que Morales incita a la violencia desde México, lo que atenta contra la estabilidad de Bolivia, la paz social y los derechos humanos del pueblo boliviano.
Es incuestionable que Evo Morales, por su conducta en nuestro país ha violado, con el visto bueno de nuestro gobierno federal, los siguientes elementos del derecho internacional tanto como la Constitución de México:
- La Declaración 2312 sobre el Asilo Territorial de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1967.
- La Convención sobre asilo de la Habana de 1928.
- La Convención sobre Asilo Diplomático de Caracas de 1954.
- La Convención de la ONU sobre la Condición de los Refugiados de 1951 y
- El Artículo 30 de la Constitución de México.
Todos estos elementos tienen el importe que los Estados que concedan asilo no permitirán que las personas que hayan recibido asilo se dediquen a actividades contrarias a los propósitos y principios de las Naciones Unidas – es decir: El mantenimiento de la paz y la seguridad internacional, fomento de relaciones de amistad y no injerencia en la política interna de otros países.
Pues, basado en todo este, tenemos ahora un enorme problema: En la tarde del jueves, 29 de noviembre de 2019 INTERPOL entregó una ficha azul a las autoridades de nuestro gobierno, exigiendo datos sobre las actuaciones de Morales en México para saber sus ocultas actividades y especialmente para fincarle delitos como alzamiento armado, terrorismo y sedición.
Los autores ya advirtieron hace dos semanas la imprudencia de ofrecer asilo a ese comunista que anunció el día de su llegada en México su intento de iniciar – desde nuestro territorio – un contra golpe con enorme fuerza.
Ante esa pesadilla, desde nuestra perspectiva, la mejor opción sería expulsar a Evo Morales de nuestro país por sus graves violaciones del derecho de asilo.
Dr. Juan Carlos Botello Dr. Werner G.C. Voigt |