Desde finales del año 2018, el presidente turco, Erdogan ha hablado de planes para lanzar una operación militar unilateral en el norte de Siria contra las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), compuestas casi totalmente por kurdos y apoyados por los Estados Unidos. El seis de octubre de 2019, Donald Trump, desde la Casa Blanca anunció que Turquía comenzaría pronto una operación militar en el norte de Siria y, al día siguiente, empezó a retirar sus tropas en toda la zona fronteriza Siria controlada por la Administración Autónoma Kurda. El 9 de octubre los Kurdos anunciaron una movilización de sus fuerzas armadas y de la ciudadanía ante las amenazas de Turquía de lanzar un gran operativo militar con su ejército – el segundo más grande en la OTAN después de los Estados Unidos. El mismo día, Turquía empezó a bombardear salvajemente los territorios Kurdos con escuadrones de aviones de combate y artillería de grueso calibre. Horas después, inició la incursión terrestre masiva de su infantería.
A pesar de innumerables críticas de todos los gobiernos del mundo – incluso de los Republicanos en el congreso de E-U.A., el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan acusa a la OTAN de que no le brinda ayuda en su ofensiva y ha amenazado a la Unión Europea con expulsar 3 millones de refugiados Árabes a Europa si no terminan las críticas contra él. La situación en Siria es profundamente complicada. Turquía inició su invasión ilegal contra los kurdos en una franja de 32 kilómetros en el norte de una nación soberana: Siria, con el fin de masacrar a millones de Kurdos considerados como “terroristas” por Erdogan por buscar independencia y libertad. Cuando Trump dio “luz verde” a los nefastos planes de Erdogan, ésto causó el cambio de la dinámica en la guerra en Siria en una semana – utilizando lo que llamó su “gran e inigualable sabiduría” para ordenar la retirada, o mejor dicho: la huida de las 1,700 tropas Debemos aceptar que Trump activó la cadena de acontecimientos al traicionar al aliado de Estados Unidos: los Kurdos de Siria, y abriendo con ello una enorme cantidad de oportunidades para Turquía, el régimen sirio del brutal dictador Bashar al Assad, sus partidarios – Rusia e Irán, y horriblemente, los extremistas yihadistas del Estado Islámico.
El creciente caos – pausado temporalmente por un cese al fuego de 120 horas (que va a expirar el martes, 22 de octubre) ahora esta generando alarma sobre el destino de 65 000 detenidos del Estado Islámico – entre ellos 11 mil yihadistas de alta peligrosidad. Cuando Trump anunció que había dejado el camino libre para la operación militar turca, él también insistió en que Turquía asumirá la responsabilidad por los combatientes capturados – una idea rotundamente rechazada por Erdogan. Mientras tanto, Trump ahora esta amenazando con permitir llegar a los terroristas que han escapado de las cárceles abandonadas por los Kurdos, a “las malditas fronteras de Europa”. Este pronunciamiento se produce una semana después de que Trump ordenó la retirada total de sus militares de la zona olvidando evidentemente que el blanco más obvio de los terroristas, ahora liberados, va a ser el territorio de los estadounidenses. Ante esta amenaza se presenta un problema más : los asesores en la Casa Blanca se dan cuenta que la situación provocada por Trump pondrá fin a la alianza turco-estadounidense.
Funcionarios de los Departamentos de Estado y de Energía de la administración Trump sopesaron los planes de evacuar cerca de 50 bombas atómicas que Estados Unidos ha estado almacenando durante décadas bajo control estadounidense en la base aérea de Incirlik en el sureste de Turquía. Según el New York Times, estas armas nucleares son esencialmente “rehenes” de Erdogan en medio de las enormes tensiones que han surgido entre Trump y Erdogan por la campaña de genocidio que el presidente turco está llevando a cabo en el norte de Siria. Hace solo un mes,
Erdogan reivindicó sus propias ambiciones nucleares al afirmar que él no puede aceptar las normas que impiden que Turquía posea armas nucleares propias. Edogan agregó que no hay una nación desarrollada en el mundo que no las tenga.
Pues, ahora – gracias a la estupidez de Donald Trump – Edogan tiene su chance…
Dr. Juan Carlos Botello
Profesor – Investigador
Facultad de Comercio Internacional
UPAEP
Dr. Werner G.C. Voigt
Profesor Emérito
