Este martes 9 de Julio de 2019, el Secretario de Hacienda y Crédito Público Carlos Urzúa renunció al cargo que le había asignado el gobierno de la 4T. A través de su cuenta de tweeter anunció su separación y, también lo hizo a través de una explosiva carta llena de revelaciones sobre lo que realmente sucede al interior del gobierno federal. Dicen que la forma es fondo.
Empecemos con la forma. Urzúa comunica su separación del cargo a través de una carta y no como en otras ocasiones donde hay un acto protocolario presidido por el presidente y por el secretario entrante, lo que refleja que hubo una ruptura con el presidente. El fondo es que Urzúa ya no se sentía cómodo en su relación con AMLO sobre todo a partir de las diferencias derivadas de la no aprobación del Plan Nacional de Desarrollo (PND) elaborado por Urzúa. Resulta que la opinión del presidente respecto al documento propuesto, es que éste tenía un carácter continuista y no reflejaba los deseos de la 4T. Acto seguido el ejecutivo lo descarta y emprende por cuenta propia la elaboración de un nuevo PND bajo su propia óptica. El resultado de este ejercicio es el IDEARIO de la 4T y no un PND estratégico que dibuje el destino de la nación. Dicho de otra manera, México no tiene un rumbo estratégico, sino más bien lo que tiene es el capricho de un hombre que cree que es un ser omnipotente, que lo que él dice, hace y piensa es lo mejor para los mexicanos sin aceptar crítica alguna.
Pero, ésta no es la única discrepancia económica a la que se refiere Urzúa en su carta. Hay más. Dice Urzúa que las decisiones de política pública se toman sin contar con el suficiente sustento. Y yo diría que algunas sin nada de sustento. El hacer recortes presupuestales a las diferentes Secretarías por el simple hecho de cumplir con un mandato de austeridad republicana no es del todo una buena idea, sobre todo cuando frenas la operación del gobierno. Las consecuencias y los costos por frenar la operación gubernamental son enormes. Otra discrepancia es el subejercicio del presupuesto ya que ésta determinación es ilegal, así como el desvío de los recursos generados por los recortes presupuestales a los programas sociales bajo el amparo de las partidas secretas manejadas a discreción por el presidente. Así mismo, Urzúa revela el tráfico de influencias en el gobierno federal. Destaca la imposición de “funcionarios” sin experiencia en la hacienda pública. Aunque no lo dice en su carta, se presumía que se refería al empresario Alfonso Romo. De hecho, al día siguiente de la renuncia, los reporteros cuestionaron a AMLO sobre si uno de los funcionarios impuestos era Romo a lo que respondió que sí. Estos y otros acontecimientos contribuyeron a que Carlos Urzúa reflexionara sobre sus propias convicciones y que su decisión fuera totalmente congruente con su forma de pensar.
Quiero pensar que la casi veintena de funcionarios públicos de alto nivel que han decidido renunciar a la 4T lo han hecho por sus propias convicciones y que nunca estuvieron de acuerdo en formar parte de un gobierno de simulación e improvisación. Lo cierto es que, ante estas sacudidas, el país presenta una enorme inestabilidad económica al borde de la recesión, un incremento considerable de la inseguridad, la polarización de la sociedad, paralización y desaparición de las instituciones, decisiones estratégicas tomadas bajo un proceso dudoso de ilegalidad y un presidente enfurecido porque ya se está dando cuenta que no basta con hacer simples promesas, sino que hay que contar con las bases y el sustento para llevarlas a cabo. ¡El sueño de la 4T se está terminando y esperemos que más pronto que nunca despertemos con ánimos de no volver a tener la misma pesadilla!
Dr. Juan Carlos Botello
Profesor – Investigador
Escuela de Comercio Internacional
UPAEP
Estrategia y competitividad
El desorden en el gobierno federal indica la falta de rumbo de México
14 julio Por: Juan Carlos Botello