Después de la publicación el 5 de septiembre de 2018 de un devastador editorial en el prestigiado periódico “The New York Times” y la publicación el 11 de septiembre del libro “Fear” (Miedo) del renombrado periodista Bob Woodward, Donald Trump ha buscado desesperadamente reafirmar el mando de su gobierno luego de la divulgación de una “resistencia silenciosa” de un buen número de sus propios asesores, quienes en secreto y deliberadamente han tratado de frustrar desde dentro de la Casa Blanca, decisiones imprudentes y a veces peligrosas de Trump. En la columna de opinión anónima publicada en The New York Times, fue revelado que “héroes anónimos” trabajan con diligencia para frenar partes del programa político de Trump y sus peores y peligrosas inclinaciones. La columna de opinión se publicó unos días antes del lanzamiento del libro “Fear”, que divulga los esfuerzos de muchos funcionarios para bloquear de manera subrepticia a Trump cuando creen que puede estar actuando de manera volátil o irracional. Estos funcionarios desaparecen documentos del escritorio de Trump para evitar que él emita órdenes potencialmente peligrosas para la seguridad nacional. En el gabinete de Trump se había hablado sobre si se debía invocar la Enmienda 25 de la Constitución de los E.U.A. para declarar a Trump incapaz de cumplir con sus deberes. En discutir muchos de los pronunciamientos descabellados de él, están utilizando la expresión “T.F.A.” (Twenty-Fifth Amendment). El Senador Bob Corker hace unos días hizo la siguiente observación: “Es una vergüenza que la Casa Blanca se haya convertido en una guardería para adultos”. La descripción de la gestión de Trump en la columna de opinión mencionada arriba y el libro de Bob Woodward y otros autores se refleja también en un sinfín de reportajes periodísticos en los últimos 18 meses la situación caótica en la Casa Blanca, por ejemplo se dice que las reuniones con Trump se descarrilan y se salen del tema, él se involucra en diatribas repetitivas y su extraña explosiva impulsividad deriva en decisiones a medias, mal informadas y muchas veces imprudentes, de las que posteriormente se tiene que retractar.
La Enmienda 25 es una norma constitucional relativamente desconocida, pero con los acontecimientos de la semana pasada, se ha convertido en un tema de enorme actualidad en los E.U.A. Dada la inestabilidad mental de Trump, invocar la Enmienda 25, daría inicio a un complejo proceso para destituir al presidente. Esta Enmienda fue aprobada por el Congreso como un mecanismo para asegurar la sucesión en el poder tras el asesinato del presidente John F. Kennedy en noviembre de 1963. En ese momento, en el avión del presidente, Air Force 1, el vicepresidente Lyndon B. Johnson asumió la presidencia pero no existía un mecanismo claro para ocupar su cargo. Entonces, el Congreso propuso esta Enmienda, que fue aprobada en 1965 y se convirtió en parte de la Constitución en 1967, tras ser ratificada por 38 estados. La norma de la Enmienda 25 contiene 4 disposiciones:
La primera establece que el vicepresidente se hará cargo del gobierno si el jefe de Estado muere, renuncia o es destituido.
La segunda señala que, si se produce una vacante en la vicepresidencia, el presidente debe nombrar un reemplazo que debe ser confirmado por una mayoría en ambas cámaras del Congreso.
La tercera permite al presidente delegar sus funciones en el vicepresidente, de forma temporal.
La cuarta crea el mecanismo mediante el cual el vicepresidente y la mayoría de los miembros del gabinete pueden declarar en una carta oficial dirigida al Congreso que el presidente no es capaz de “desempeñar las funciones y obligaciones de su cargo”, lo que puede llevar a que el mandatario sea sustituido por el vicepresidente. Esta última disposición es la única que nunca ha sido utilizada y es justamente la que está ahora en medio del debate en los Estados Unidos. ¿Es posible aplicársela a Donald Trump? Por ejemplo: Si está en coma, esto es evidente, o si esta a punto de morir de una enfermedad catastrófica o también, por incapacidad mental. La cuestión está si la mayoría del gabinete y el Congreso creen que por incapacidad mental el presidente no ha sido capaz de dedicar el tiempo y el esfuerzo mental que exige su cargo. Sin embargo, cuando eso ocurre, el presidente puede dirigirse al Congreso para refutar esa aseveración, con lo cual podría permanecer en su cargo siempre y cuando su postura muestre que las decisiones tomadas hasta el momento le han devuelto la grandeza a Estados Unidos. Llegado este punto, el vicepresidente y el gabinete pueden reiterar su posición ante el Congreso, lo que dejaría la decisión final en siguiente proceso: Si dos tercios de ambas cámaras dan su visto bueno, el presidente será despojado de todos sus poderes. Este es un requerimiento extraordinariamente difícil de cumplir y es muy probable que no prospere porque, aún con una victoria en las elecciones en noviembre, el Partido Demócrata nunca va a disponer de dos tercios de los votos necesarios en la Cámara de Representantes y también en el Senado.
Sin embargo, ante estos escenarios el Presidente Trump sigue haciendo daño al mundo. Pero, ¿Por qué el mundo debe sufrir los trastornos de personalidad del Presidente Trump? ¿Hasta cuándo el gabinete y congreso estadounidense se van a dar cuenta de ello? Durante muchos años el mundo ha sufrido por la política intervencionista de Estados Unidos pero Trump ha ido más allá. Es claro que Trump quiere controlar aspectos económicos como el crecimiento del PIB en diversos países porque de esa manera se crea una mayor dependencia hacia el vecino país del norte y poder ejercer más dominio a nivel mundial. Recientemente se han dado a conocer algunos aspectos generales sobre los capítulos renegociados en el ACEM (Acuerdo Comercial Estados Unidos – México) como el sector automotriz. Uno de estos aspectos es el límite de exportación de 2.4 millones de vehículos libres de arancel. México actualmente exporta 1.8 millones de unidades, es decir, todavía el sector cuenta con un margen para producir vehículos y no exceder el tope establecido (sin considerar las tres nuevas plantas automotrices que podrán exportar con un 2.5% arancel), pero dicho cupo limita el crecimiento nacional. Esto es, las exportaciones del sector automotriz contribuyen al PIB de México con un 8-9% por lo que el crecimiento del PIB podría mermarse para los próximos años.
Dr. Juan Carlos Botello
Profesor – Investigador
Escuela de Comercio Internacional
Dr. Werner Gerhard Christian Voigt Hummel
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