¿Tenemos un Acuerdo o meramente un Entendimiento Informal entre Peña Nieto y Trump?
El lunes, 27 de agosto de 2018, Donald Trump – inmerso en una crisis personal sobre acusaciones de obstrucción de justicia etc. – anunció impulsivamente un entendimiento bilateral con México en el proceso de la renegociación del TLCAN. Los medios de México inmediatamente interpretaron este evento como un “Acuerdo” aunque Trump utilizo la palabra en inglés “Understanding” antes de conversar por teléfono con el Presidente Peña Nieto – confirmando que habían logrado cerrar las conversaciones bilaterales tras 4 días de pláticas que excluyeron a Canadá.
Sobre Canadá, que obviamente forma parte del TLCAN desde su inicio, Trump indicó que está por ver si puede ser parte de este pacto y agregó un ultimátum: “Si Canadá no llega a un acuerdo con nosotros hasta el viernes, 31 de agosto, se terminará el TLCAN y surgirá el “Tratado Comercial E.U.A. – México” en forma bilateral.” En un clima de suma consternación en Canadá, la canciller Chrystia Freeland, llegó el miércoles en Washington tratando de evitar la exclusión de su país pero afirmó: “Solo firmaremos un nuevo TLCAN que sea bueno para Canadá y bueno para nuestra clase media.”
Aunque no existe un texto del arreglo entre México y E.U.A., es notable que las palabras “Libre Comercio” no aparecen en el nuevo nombre inventado por Trump. No obstante, informaciones confidenciales sobre algunos elementos del arreglo han filtrado en Washington:
1. México ha acordado asegurar que 75% de la producción automotriz sea producido dentro del bloque comercial – un aumento desde el actual 62.5% para recibir beneficios fiscales y que entre 40% y 45% sea producido por trabajadores que ganen al menos 16 dólares la hora. Pero este aplica solo a vehículos producidos en fábricas ya existentes. ¡Autos producidos en nuevas plantas en México sufrirán la aplicación de un arancel de 25%! Además, se habla de una provisión que impone un límite máximo de 2 millones de vehículos que México puede exportar cada año al mercado estadounidense.
2. El nuevo tratado bilateral tendrá una vigencia de 16 años y cada seis años se llevará a cabo una revisión que podría extenderlo por 16 años más.
3. Los aranceles ilegales de 25% y 10% sobre nuestras exportaciones de acero y de aluminio respectivamente, Trump las va a mantener indefinidamente!
4. El nuevo Presidente López Obrador respetará los contratos y compromisos pactados por México con compañías extranjeras en el sector energético.
5. La insistencia de Trump de fijar calendarios a exportaciones agrícolas, conocida como “estacionalidad”, ha sido retirada. (Trump planteaba imponer restricciones a las exportaciones agrícolas mexicanas según la temporada)
6. Los capítulos del TLCAN sobre la resolución de controversias fueron discutidos. Trump siempre ha insistido en eliminar los procesos de arbitraje en favor de la aplicación de la jurisdicción de las Cortes Federales de los Estados Unidos y México accedió a la eliminación del capítulo 19 pero Canadá no está dispuesto a hacerlo.
7. México fue obligado por Trump de aceptar como obligatorio todo el contenido de las 117 Convenciones de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) que México ha ratificado. Por ejemplo: Tolerar Sindicatos de Protección será ilegal. Ahora rige el principio de la Libre Sindicalización. Además, el concepto obligatorio de la rendición de servicio social por parte de estudiantes universitarios será ilegal bajo la interpretación de “trabajo forzoso” de estas Convenciones.
8. Así mismo, el sector textil sufrió un ajuste en reglas de origen ya que ahora se tiene que considerar la inclusión de insumos como resortes, elásticos, hilo, la tela de los forros, telas recubiertas en un producto que se desea exportar en la región comercial.
9. El capítulo XI también sufrió modificaciones lo cual representa una amenaza y riesgo para las inversiones extranjeras en nuestro país.
Haciendo un recuento sobre cómo llegamos a este momento, diremos que Donald Trump hizo una promesa de campaña cuando era candidato que quería terminar con el NAFTA ya que era el peor tratado comercial que tenía Estados Unidos y al final lo consiguió. Lo mismo hizo en el proceso de renegociación porque estaba convencido que era mejor firmar tratados comerciales bilaterales y lo está consiguiendo. A Trump no le gusta el multilateralismo. Al contrario, le gustan las guerras comerciales y China debe estar atenta a estas señales porque lo negociado en esta nueva versión del Tratado Comercial es una afrenta comercial con Asia.
Tal parece que el nuevo tratado está lleno de sorpresas que representan grandes retos para el nuevo gobierno, el cual debe diseñar las políticas públicas que ayuden a los sectores involucrados para lograr el incremento de la competitividad del país. Por último, es imprescindible que se integre Canadá a este acuerdo porque a nivel internacional se daría una excelente imagen que evidencia cohesión entre las tres naciones y que sigue siendo uno de los bloques comerciales más importantes del mundo.
Dr. Juan Carlos Botello
Profesor – Investigador
Escuela de Comercio Internacional
Dr. Werner Gerhard Christian Voigt Hummel
independent external contributor