La semana pasada, en medio de una ronda más en el interminable proceso de la renegociación del TLCAN, apareció una explosiva revelación: ¡El Secretario de Comercio de los Estados Unidos, Wilbur Ross y declarado enemigo tanto del TLCAN como de México y de todos los mexicanos, enfrenta las más serias acusaciones de robo a sus diversas compañías y sus socios en diversos países – entre ellos: México!
En un reporte de la prestigiada revista económica Forbes, a Ross se le señala de desviar o directamente robar enormes cantidades de dinero que en total ascienden a más de 120 millones de dólares. Con esto, Wilbur Ross, de 81 años de edad, podría estar entre los mayores timadores de la historia del gobierno de los E.U.A. Ross, que tiene una fortuna personal de 700 millones de dólares, es un hombre obsesionado con el dinero y, al mismo tiempo, el enemigo del multilateralismo y de la globalización. En este sentido, siguiendo los nefastos intentos de su jefe, Donald Trump, Ross ha instruido a su subalterno, el negociador estadounidense, Robert Lighthizer, enfrentarnos con condiciones humillantes e inaceptables al proceso de la renegociación del TLCAN - todo con el fin de generar un pretexto para Trump de causar el colapso del TLCAN que solo en el transcurso del año pasado generó un superávit de 74 mil millones de dólares en favor de México -.
Simbólico en el contexto de las actuales acusaciones contra Ross, la revista Forbes cita una querella interpuesta por el vicepresidente de la compañía W.L. Ross, Inc., en la que solicitaba 20 millones porque Ross robó este monto de las cuentas de la compañía en violación del derecho corporativo estadounidense. Por otra parte, fue presentada una demanda en 2016 acusando a Ross de saquear 36 millones de las cuentas de otra empresa bajo su control. El caso más reciente es de tres altos executivos de otra compañía controlada por Ross en noviembre de 2017, acusándolo de haber robado 48 millones de dólares de las cuentas de la empresa. La lista de litigios pendientes contra Ross es casi interminable.
Y ahora surge la pregunta: ¿Cómo puede servirnos la situación catastrófica del defraudador Wilbur Ross en el proceso de defender nuestros intereses en las siguientes rondas de la renegociación del TLCAN?
Pues, Ross es el fundador y dueño de ocho fábricas de autopartes en México con un estimado valor en exceso de 500 millones de dólares. Estas fábricas se ubican en San Miguel Xoxtla, Puebla, Ramos Arizpe y Saltillo en Coahuila, Ciudad Juárez, Chihuahua, Hermosillo en Sonora, El Marqués en Querétaro y Toluca, en el Estado de México. En el contexto de estas fábricas, Ross tiene un problema: Las leyes federales de los E.U.A. requieren que los miembros del Poder Ejecutivo tengan que desposeerse de todas las propiedades que puedan presentar un conflicto de interés en las actividades de un funcionario del gobierno. Wilbur Ross, claramente tiene este conflicto en el contexto del TLCAN.
Sería una táctica muy eficaz, comentarle discretamente a Ross la posibilidad que el SAT podría iniciar una auditoría de las 8 fábricas – un proceso que podría dar como resultado la perdida de sus licencias de operación. Los autores están convencidos de que esta táctica podría resultar en una postura del equipo negociador estadounidense mucho más compatible con los intereses de nuestro país en las futuras negociaciones. Así mismo consideramos que los equipos negociadores del NAFTA deben estar integrados por personas donde no haya duda de su calidad jurídica y moral para que los resultados sean lo mejor para la región.