El viernes, 6 de julio, a media noche, Donald Trump desencadenó su guerra comercial contra la República Popular de China en imponer aranceles con un valor de 34 mil millones de dólares a productos exportados por China al mercado de los E.U.A. China respondió horas después con represalias del mismo monto a 1,300 categorías de productos exportados por los E.U.A. a China. ¡Enfurecido por esta respuesta, Trump reveló su plan de incrementar sus aranceles a 500 mil millones de dólares! El gobierno de Xi Jin Ping acusó a Estados Unidos de iniciar la mayor guerra comercial en la historia económica y ha anunciado su intento de responder en la misma manera.
Una guerra de tantas dimensiones involucrando también a la Unión Europea, Canadá y México provocará un menor crecimiento de la economía de E.U.A. alrededor de 4% en 2019. Esto se traducirá en menor crecimiento para México porque nuestra economía está estrechamente correlacionada con la de los Estados Unidos – cuando ellos decrecen, nosotros también. Si la cosa sigue escalando, el precio lo podemos terminar pagando todos. Para empezar: numerosos productos chinos se verán afectados por aranceles del 25% y esto provocará que sean un 25% más caros para los consumidores estadounidenses. Esto incluye productos tecnológicos como chips semiconductores, los que son ensamblados en China y son necesarios para productos de nuestro día a día, como televisores, computadoras, celulares y vehículos. Según el Instituto Petersen de Economía Internacional, más de un 90% de los productos que se verán perjudicados por los aranceles estadounidenses están hechos de productos intermedios o bienes de capital – es decir, son productos que se necesitan para hacer otro tipo de productos en nuestro país.
Como represalia, China ha atacado los siguientes sectores de la economía estadounidense: La industria agrícola: los agricultores forman la bastión política del presidente Trump. Alrededor del 91% de los 1,300 productos a los que China está gravando pertenecen al sector agrícola. El sector de automóviles: empresas como Tesla y BMW en los E.U.A. se vean afectados a tal grado de que ambos anunciaron esta semana de su intención de transferir toda su producción de autos eléctricos a China. Tesla va a construir una planta capaz de producir 500,000 unidades al año en Shanghai.
¿Cuánto puede empeorar la situación? Si la historia sirve de guía, las guerras comerciales pasadas provocaron un profundo malestar económico. En particular, se cree que los aranceles estadounidenses Smoot-Hawley promulgados en 1930 provocaron una guerra comercial y condujeron a una caída masiva en el comercio mundial y últimamente provocaron la Gran Depresión cuando el comercio mundial disminuyó en un 66% entre 1930 y 1934. Puede ser que estemos en este punto ya porque la mentalidad de “ojo por ojo” entre Beijing y Washington podría conducir a ambas partes a no querer bajarse de sus posiciones hostiles por temor a perder.
Por: Dr. Juan Carlos Botello y Dr. Werner G.C. Voigt (Contribuidor externo independiente)
