Desarrollo humano y social
Día de las madres
10 mayo Por: CEFAS
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Hoy celebramos el día de la madre. Se dice “que madre solo hay una” y es cierto. En ella se aprecia un amor sin límites por el hijo, sabe motivar, escucha con atención, es creativa, sabe comprender, tiene sentido del humor, etc.

La mujer representa un referente dentro de la familia y también dentro de la sociedad. Sabemos de la importancia de la madre. Hay una serie de valores asociados a la maternidad, la natural capacidad de acoger, de cuidar, de sostener al débil. El Papa Francisco ha afirmado: “Una sociedad sin las madres sería una sociedad inhumana, porque las madres siempre saben testimoniar, incluso en los peores momentos, la ternura, la dedicación, la fuerza moral”. Realizan como modelo lo que también señalaba no hace mucho: “gracias a las mujeres hay armonía en el mundo”.

Pero, estos valores, que han sido y son importantes en la vida privada, también han empezado a notarse como valores importantes para la convivencia social, en una sociedad donde la solidaridad y el afecto son tan necesarios y escasos. La maternidad, ciertamente,  puede acompañar el crecimiento de los hijos, porque una de las principales características de la mujer es la paciencia y, en una sociedad donde todo se espera que sea inmediato, debemos descubrir el valor de la espera; la madre es educadora y formadora de valores esenciales como estos, por ello amerita reconocimiento y gratitud especiales.

Cuando hablamos de la maternidad hay que mencionar, empero, algunos claroscuros, particularmente desde el punto de vista sociológico, ligados a la maternidad. Un ejemplo es la incorporación de la mujer al mundo laboral, un cambio social de gran importancia, sin duda. Las mujeres han salido a trabajar, en algunas ocasiones por gusto y otras  también por necesidad, por apoyo a la economía familiar principalmente. Esto que parece tan simple es una revolución silenciosa y ha generado la necesidad de nuevos roles en la relación entre varón y mujer, se han modificado las relaciones de interdependencia y corresponsabilidad entre ambos. 

En el nivel de las instituciones esto ha exigido cambios importantes, tanto para incorporar a las madres al mundo laboral como para favorecer condiciones que les cumplir también su papel socio-familiar. Es por ello que  los gobiernos y las empresas que en verdad tienen visión amplia de estos problemas, tienden a incorporar políticas que favorezcan la vida de la mujer y de la familia.

No podemos dejar de mencionar con esto, sin embargo, algo que nos debe hacer reflexionar sobre cómo concebimos y realizamos nuestras vidas, considerando la naturaleza peculiar de las madres como dadoras de vida, una vida siempre nueva, gracias a su abnegación y sacrificio continuos, cumpliendo su misión y vocación, muchas veces heroica, como custodia del rostro humano de cada uno de los seres que les rodean. 

 

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