En los días recientes, como ya es costumbre en estas épocas aciagas de la “cuatroté”, han ocurrido muchas cosas, no siempre felices ni edificantes: la polémica ley de educación en el estado de Puebla, perpetrada por un grupo de sedicentes diputados sin la menor conciencia de lo que significa la democracia, el trabajo parlamentario, el Estado de derecho y la decencia política; también continuó el embate del Gobierno Federal contra los productores privados de energía eléctrica, con el fin de regresar al añorado pasado priista del monopolio estatal.
Igualmente pudimos asistir a sesudas lecciones de historia patria en Palacio Nacional, en donde nos enteramos, por voz del Presidente, en funciones de maestro, que San Benito Juárez se casó nada menos que con Doña Carmelita Romero Rubio. Yo tenía otros datos: que Doña Carmelita fue esposa de Don Porfirio Díaz, pero ya los corregí, gracias al predicador de Palacio. Y también nos enteramos, gracias al mismo personaje (no Juárez, sino López, en funciones esta vez de epidemiólogo), que no pasa nada si confundimos mortandad con letalidad.
Y, hablando de temas más triviales, fuimos testigos, con una mezcla de regocijo, pena ajena y vergüenza republicana, de que el Señor Presidente no sabe cuál es el gentilicio para los habitantes de Bélgica (¿Belgicanos, belgiquenses, belgiqueños, belgos? ¿Cómo era?).
Sobre la tendencia centralizadora y autoritaria del gobierno actual ya hemos escrito mucho en este espacio, aunque cada semana se agregan más aspectos que comentar y más detalles sobre los que habría que reflexionar. De los chistoretes y la fallida comicidad del Presidente no hemos hablado, aunque en verdad no valdría la pena.
Sin embargo, un acontecimiento muy triste nos desvió de nuestra intención de volver a hablar de tiranos y autócratas, así sean de estirpe tropical: ayer jueves se dio a conocer el lamentable fallecimiento del gran jurista mexicano Héctor Fix-Fierro, eminente profesor universitario, gran investigador, prolífico escritor, y amigo, además, de nuestra universidad.
Héctor Fix-Fierro fue hijo del eminente Héctor Fix-Zamudio (nacido en 1924). Al igual que su padre, Héctor Fix-Fierro fue un jurista reconocido a nivel internacional, fue en dos ocasiones Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, escritor de textos esenciales para el estudio del Derecho y defensor acérrimo de la democracia y de sus valores.
Cursó sus estudios en la Facultad de Derecho de la UNAM, titulándose en 1987. Entre 1993 y 1994 cursó el “Master Internacional en Sociología Jurídica”, del Instituto Internacional de Sociología Jurídica de Oñati, en el País Vasco. Marchó después a Alemania, en donde, en 1998, obtuvo su Doctorado en Derecho por la Universidad de Bremen. Fue profesor visitante de la Universidad de Houston e investigador visitante de la Universidad de Bremen.
En la UPAEP estuvo en varias ocasiones, atendiendo invitaciones de la entonces Dirección de Posgrados en Ciencias Sociales, trabajando con los alumnos de Derecho y de Ciencia Política en temas de metodología de la investigación e impartiendo conferencias magistrales. En 2018, unos días antes de las elecciones federales, nos visitó nuevamente, en compañía del Dr. Israel Covarrubias, para hacer un análisis de la situación política y social del país en vísperas de la arrolladora victoria del actual Presidente de la República. Teníamos pensado que volviera a acompañarnos a fines del próximo mes de Agosto, participando en los foros que en torno a la pandemia y sus efectos se están organizando en nuestra institución, pero su muerte truncó estos propósitos y proyectos.
Autor de numerosísimos textos, quizá uno de los más célebres sea su libro “Los derechos políticos de los mexicanos” (1ª ed. TEPJF, 2005; 2ª ed. UNAM, 2006). Su más reciente libro fue con toda seguridad un motivo de satisfacción para él, pues logró compendiar en esa obra más de 25 años de labor en la investigación científica en terrenos de las ciencias jurídicas. Afortunadamente pudo ver el libro terminado hace unas semanas. El título: “El poder del Poder Judicial y otros ensayos sobre modernización jurídica en el México contemporáneo”, editado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Se puede consultar en línea, cosa que recomendamos efusivamente.
Fue investigador de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Jurídicas desde 1991, sobre todo en el área de sociología del derecho. Sus principales líneas de investigación, generalmente de carácter empírico, eran la reforma de la justicia y los procesos de cambio jurídico en México. Desde 1999 pertenecía al Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Precisamente en el ámbito de la modernización y reforma de la Constitución, recordamos con gusto una charla que impartió en la UPAEP para los alumnos de Posgrado, en la que explicó su propuesta de una reforma constitucional que buscaba ordenar el texto de nuestra Constitución federal. Es decir: no buscaba cambiar el texto, sino por lo menos ordenarlo siguiendo criterios de derecho constitucional, con lo que buscaba darle mayor claridad, lógica jurídica y solidez. Esta propuesta la presentó con motivo de los 100 años de la Constitución de 1917.
Descanse en paz nuestro buen amigo Héctor Fix-Fierro, de quien todos pensaban, desde la perspectiva de su edad (rondaba los 60 años), que aún tenía mucho que aportar como profesor de excelencia, como amigo a toda prueba, como ejemplar padre de familia y como investigador admirable. La muerte, empero, no se sujeta al arbitrio de los hombres.
Nos unimos al numeroso grupo de admiradores, amigos y discípulos del Dr. Fix-Fierro que hoy lamentan su partida. En este grupo encontramos a Ministros y ex ministros de la Corte, incluyendo a la Secretaria de Gobernación, políticos y académicos tanto del país como del extranjero, etc. Nos reconforta saber que la muerte es el descanso del caminante y el final de nuestros afanes, como reza el dicho en latín: “Mors est quies viatoris. Finis est omnis laboris”.
| Dr. Herminio S. de la Barquera A. Decano de Ciencias Sociales UPAEP |
