De cómo es la verdad
En el más común de los estacionamientos de la más vulgar de las ciudades aconteció y anocheció un día con un misterioso acto de la voluntad humana. El coche de su vecino, hacinado ejemplar cromado de medio millón, se pavoneaba por su novedad blandiendo destellos en los cristales. Su figura era una, pero su sombra descubría un apéndice extraño. Sobre el capó había una caja de huevos. Era de esas cajas con una rugosidad áspera y con un sello que casi nunca olvida retratar a las gallinas. ¿Qué pintaba una caja de huevos vacía sobre el capo de un coche? Y así comenzaron las teorías:
-Teoría Criminal
Tras preparar una tortilla, el mismo cuchillo de pelar las patatas había servido para cubrir de sangre a su víctima. Al llevar al maletero el cadáver, todo se había llenado de roja jalea vital. En algún lugar había leído que las yemas de huevo eran el más efectivo producto de limpieza. Con tan solo seis huevos todo quedó como nuevo, pero la caja olvidada aún le delataba.
-Teoría Crisis Matrimonial
Era su cuarto año de matrimonio y ya aborrecían lo cotidiano. Parecía que todo terminaría en distanciamiento. Ella se había quedado con su piso y él con el coche. Como despedida, ella le había dejado aquella caja como respuesta a la pregunta de su última pelea: no hay huevos.
-Teoría Broma Pesada
Una de las bromas por excelencia lleva claras en su esencia. En desacuerdo por la cuota a la comunidad de propietarios, aquel individuo se apresuró a repintar las paredes allí marcadas al más puro estilo impresionista. Solo fueron dos docenas, pero tras el hecho parecía un gallinero. Siempre es bueno dejar algún sospechoso al que acusen, colocar una caja vacía en cualquier lugar ajeno siempre alejaría las sospechas.
-Teoría Existencialista
El vivir, la esencia no se encuentra en el individuo sino en la masa. La socialización es el arma para combatir el tiempo. ¿Qué es la muerte? los nichos ya vacíos por el paso del devenir permanecen lejanos, son como viejas cajas de huevos olvidadas en el sótano de un garaje.
-Teoría Utilitaria
Era la tercera vez que tenía que pintar su auto nuevo. Las malditas goteras reblandecían la carrocería y la pudrían. Su última solución consistía en la colocación estratégica de una caja de huevos vacía bajo ellas. Un objeto común que nadie se molestaría en robar y que prestaría fiel servicio a su problema.
Cada cual da su versión y las interpretaciones son tan ricas como la metamorfosis de una nube. La originalidad casi nunca va unida a la credibilidad pero todos somos partícipes de la ilusión de llegar a conocer lo que es para nosotros la verdadera historia de aquello que ya ha ocurrido. Pero nunca debemos olvidar nuestro compromiso de encontrarnos algún día ante la única y definitiva verdad.
