Odio del lat. odium, sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia alguien que provoca el deseo de producirle un daño o de que le ocurra alguna desgracia.
De acuerdo con el Informe Niñez y Adolescencia en México de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), una gran parte de las niñas y niños viven en contextos sociales violentos, excluyentes y plagados de riesgos.
En relación a cuestiones socioeconómicas, 5 de cada 10 niños mexicanos viven en pobreza, proporción que se eleva a 8 de cada 10 cuando se trata de niñez indígena. Los datos arrojan que más de 3 millones de niños viven en extrema pobreza.
Por lo anterior, no sorprende que, por un lado, 1 de cada 10 niños no asista a la escuela y que sólo 56% del total de los adolescentes que no asisten a la escuela hayan concluido su educación básica. Por otro lado, tampoco sorprende que la tasa de trabajo infantil sea de 11 por ciento a nivel nacional y en estados con mayores niveles de marginación como Puebla, la tasa sea de 16.2 por ciento.
La situación de carencia y marginalidad en la que viven una buena parte de los niños mexicanos, a su vez, agudiza otros riesgos y vulnerabilidades. En un primer plano, de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, de 2015 a 2019, el 25% de las víctimas de trata en México corresponden a infantes, de las que 7 de cada 10, la víctima es una niña o mujer adolescente. En el presente las cosas parecen empeorar. En los primeros siete meses del actual gobierno federal, en promedio cada mes se han presentado 12 víctimas de trata, 70% de las cuales han sido niñas.
En un segundo plano, de acuerdo al informe de Redim, 30 mil niños y jóvenes han sido reclutados por grupos delictivos en el país. Y aunque las Naciones Unidas han recomendado al Estado Mexicano revisar, urgentemente, la estrategia de seguridad por el impacto negativo que tiene sobre la niñez, al ser reclutada forzadamente tanto por las fuerzas armadas como por los grupos criminales; la estrategia de seguridad del actual gobierno sólo ha cambiado de forma más no de fondo.
En un tercer plano, México se encuentra en una inercia brutal de desapariciones y asesinatos de niños y niñas. De acuerdo al Registro Nacional de Personas Extraviadas y Desaparecidas, 6,614 niñas, niños y adolescentes están oficialmente desaparecidos,6 de cada 10 de los desaparecidos son niñas. Los menores desaparecidos representan el 18% de las desapariciones totales. En 2018, 4 niños, niñas y adolescentes desaparecieron diariamente y en lo que va de la actual administración federal, el Estado de México y Puebla son las entidades con mayor número de desapariciones de personas de 0 a 17 años.
Con respecto a las cifras de homicidios, durante 2018, 3 niñas, niños y adolescentes perdieron la vida diariamente. En 2019, la cifra terminó con 1,472 infantes asesinados.
En relación a la ola de feminicidios que nuestro país padece, de 2015 a 2019, 10% de las mujeres asesinadas fueron niñas y adolescentes, siendo el Estado de México, Veracruz, Jalisco y Chiapas las entidades más violentas contra la niñez femenina.
El fenómeno de la violencia contra la niñez también alcanza a los menores migrantes centroamericanos que el infortunio los lleva a cruzar por territorio mexicano. En este aspecto, la Guardia Nacional (o sea personal militar) junto con otras autoridades mexicanas detuvieron en 2019 a más de 160 menores indocumentados diariamente. Y de acuerdo a la Redim y a otros organismos, el estado mexicano en los últimos años ha sostenido una política de deportación del 80% de los niños migrantes incumpliendo las convenciones internacionales que establecen que “la combinación entre edad y condición migratoria demanda una protección específica y adecuada de sus derechos por parte de los Estados de tránsito y destino”.
Ante tal panorama de violencia estructural contra la niñez, resulta francamente incomprensible el recorte de más del 50% al presupuesto al Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras, que según Redim, los últimos doce años atendió a 300 mil menores en zonas marginadas del país; como también lo resulta que la tragedia que viven los infantes en México siga siendo ignorada institucionalmente e invisibilizada a cambio de rifas de aviones, proyectos de refinerías y ahora inclusive etiquetada como exageraciones de la oposición.
Por último, el informe referido lamenta que el 14 de febrero pasado, el presidente haya reafirmado en un memorándum la cancelación de recursos a organizaciones de la sociedad civil (entre las que se encuentra Redim y muchas otras) catalogándolas como corruptas y que presupuestalmente las áreas del Estado encargadas de lidiar con los problemas aquí referidos no tengan prioridad alguna.
Ante esto, resulta difícil negar que en este país se odie a la niñez.
*liga del informe referido:http://derechosinfancia.org.mx/documentos/REDIM_Balance_Anual_2019.pdf
Dr. Derzu Daniel Ramírez |