En muchos países se acostumbra entonar, en ciertas ceremonias universitarias, el himno “Gaudeamus igitur” (“Alegrémonos, pues”, o “Alegrémonos, entonces”). También se le conoce como “De brevitate vitae” (“De la brevedad de la vida”). Es quizá el cántico estudiantil tradicional más extendido en el mundo, por lo que abundan las traducciones a diferentes idiomas. El texto en latín es una reminiscencia de las épocas en las que ese era el idioma de los universitarios y de las ciencias. Los cánticos estudiantiles más famosos se originaron en Europa; se trataba de canciones que eran entonadas exclusiva o principalmente por estudiantes universitarios en sus actividades durante su tiempo libre, es decir, no en actos académicos oficiales, aunque con el paso del tiempo también aparecieron cánticos para esas ocasiones. Estos cánticos servían para reforzar el espíritu de comunidad de los jóvenes universitarios y a veces se acompañaban con algunos instrumentos musicales. Como en muchos aspectos de la vida musical en el viejo continente, las tradiciones de las canciones estudiantiles tienen una fuerte influencia alemana.
Se conocen algunos testimonios de canciones estudiantiles desde la Edad Media, entre las cuales se encuentra el “Gudeamus…”, sin embargo, será hasta el año 1781 cuando se imprima la primera colección alemana de cánticos estudiantiles, a la que le siguieron varias más en el siglo XIX, con cánticos que podían entonarse en actividades oficiales, en las tabernas o simplemente al aire libre. Poco a poco, la canción estudiantil se convirtió en una especie de elemento de identidad entre los estudiantes, sobre todo a partir del año 1800, cuando se fundaron las primeras asociaciones estudiantiles, que fueron contribuyendo a consolidar y cuidar una tradición musical cada vez más rica. Pronto, en ese mismo siglo XIX romántico, que vuelve los ojos al elemento popular y tradicional, esta cultura de la canción estudiantil se difunde a otros países culturalmente afines, como los Países Bajos (Holanda, Bélgica y Luxemburgo), Escandinavia y algunos países eslavos. Podemos decir que el repertorio básico de esta tradición quedó ya plenamente conformado hacia fines del siglo XIX.
Sin embargo, ya hacia la segunda mitad de dicho siglo, los alumnos de escuelas alemanas también se apropiaron del repertorio estudiantil, por lo que las canciones de los universitarios ya también se entonaban en las escuelas, lo cual sigue siendo una costumbre hasta nuestros días.
Generalmente, los temas de las canciones estudiantiles son los que les interesan a los jóvenes: la nostalgia por sus lugares de origen, la alegría por la bebida, por las caminatas y otras actividades en el tiempo libre; con el tiempo se agregaron temas más serios. El repertorio tradicional se sigue cultivando sobre todo en Alemania, Austria y Suiza, mientras en otros países esto se reduce casi siempre al “Gaudeamus igitur”. Se calcula que, de todos los estudiantes universitarios alemanes, dos o tres por ciento perteneces a alguna asociación, lugar tradicional para cultivar y mantener viva la tradición del repertorio estudiantil.
En cuanto al texto del himno universitario “Gaudeamus igitur”, diremos que se conocen indicios de su existencia desde la Edad Media tardía, y existe la convicción de que algunos pasajes datan de mucho tiempo atrás y que se fueron transmitiendo de generación en generación. La primera versión impresa que se conoce es de 1781, en el libro de canciones estudiantiles que publicó Christian Wilhelm Kindleben, y pronto se convirtió en una de las piezas fundamentales del repertorio estudiantil tanto en el mundo de habla alemana como en otros países.
El título del cántico (“De brevitate vitae”) se conoce desde la Antigüedad, pues así se llama un texto del célebre Lucius Annaeus Seneca (muerto en el 65 d.C.), que trata de uno de los temas que más preocupan al hombre: la brevedad y futilidad de la vida (el texto de una estrofa reza: “Vita nostra brevis est”). En dicho tratado, Seneca afirma que la vida solamente les parece corta a aquellos que no la emplean para emprender cosas útiles y con sentido, sino que desperdician el tiempo. Puesto que en la vida universitaria, particularmente a partir del Renacimiento, se leían mucho obras de la Antigüedad, podemos asumir que este escrito era ampliamente conocido por los estudiantes.
La versión medieval más antigua de algunos pasajes del texto aparece en un “conductus” a una voz que lleva por título “Scribere proposui” (“Me he propuesto escribir”), que se encuentra en un manuscrito de 1267, escrito al parecer en Inglaterra y que se conserva actualmente en París. En esta versión primera aún no aparece la estrofa que después daría su nombre al himno: “Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus” (“Alegrémonos, pues, mientras seamos jóvenes”), y la melodía es diferente a la que después se emplearía.
En cuanto a la melodía actual, se imprimió al parecer por vez primera en 1788, y desde entonces se asocia indisolublemente con el texto “Gaudeamus…” Tan es así, que cuando Johannes Brahms recibió en 1879 el doctorado “Honoris causa” por parte de la Universidad de Breslau, compuso, como una especie de disertación, la obertura “Festival académico”, Op. 80, en cuyo final solemne aparece, para cerrar a tambor batiente, precisamente la melodía del “Gaudeamus …” Otras melodías estudiantiles que utiliza, y que los estudiantes inmediatamente reconocen en Alemania, son: “Wir hatten erbauet ein stattliches Haus”, “Fuchslied” y “Alles schweige: Hört, ich sing das Lied der Lieder”. También Johann Strauss (hijo) utilizó la melodía del “Gaudeamus…” en su “Polca de los estudiantes” Op. 263.
Aunque el texto del “Gaudeamus igitur” no es muy largo, generalmente no se cantan todas las estrofas, lo cual es correcto, creo yo, pues una de ellas estaba bien para el humor sarcástico de los estudiantes de épocas pasadas cantando en una taberna, pero en la actualidad no sería muy edificante escuchar a nuestras autoridades universitarias cantar a voz en cuello y con plena convicción: “Vivant omnes virgines / faciles, formosae, / vivant et mulieres, / tenerae, amabiles, / bonae, laboriosae”, esto es: “¡Que vivan las vírgenes fáciles y hermosas! ¡Que vivan también las mujeres tiernas, amables, buenas y laboriosas!”
Dr. Herminio S. de la Barquera A. Decano de Ciencias Sociales UPAEP |