Desarrollo humano y social
De las fragancias más famosas
11 agosto Por: David Sánchez Sánchez
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PERFUMES DE LA HISTORIA

El olor a Historia nos rodea en un mercado, en una biblioteca, en una red social, en una película o en una buena conversación. ¿Nos hemos preguntado alguna vez sobre algunos de los perfumes más destacados que nos han acompañado en nuestro camino?

Las hojas de salvia y menta formaron parte del ajuar funerario de un enterramiento descubierto en Israel fechado en el 13.000 a.C y perteneciente a la cultura Natufiense. Un dato similar, aún en estudio, se encuentra en el enterramiento de Shanidar IV al norte de Irak y fechado en el 50.000 a.C. No existe un factor único que explique el motivo: la creación de un ambiente emocional, la vinculación de su cosmovisión, la decoración, la eliminación del olor de descomposición de los cuerpos… Lo cierto es que la salvia hoy es considerada como materia primaria en perfumería dando significativos resultados en fragancias masculinas mientras que la menta es indiscutiblemente reconocida vinculada a la frescura.

Nefertum era el dios de los perfumes en la antigüedad egipcia del s.VII-IV a.C. Protector y guardián de sus creadores. Sin duda el mayor secreto de belleza de Cleopatra no era la leche de burra, la mirra o los kyphi o kapet (un tipo de incienso que incluía pasas) diluidos en agua tibia, sino su propio arte de seducción estando segura de sí misma. ¿Pero qué perfumes usaría? La grasa de cisne mezclada con hierbas locales no parece que estuviera lejos de las modas del momento aunque pronto nos diría Ovidio en su Ars Amandi que perfumes destacados son ¨el laurel, el romero y el obscuro mirto¨ lo cual nos traslada más al perfume del campo que al que surca un cuello, gota a gota, como hoja dudosa navegando un río. Los aromas eran importantes incluso en los cosméticos pues muchas veces se mezclaba la cebada, huevos, cuerno de ciervo molido, miel, yeros, narciso… siendo necesario un toque final que resultara atractivo a una nariz caprichosa. Así nos narra el propio autor mencionado que ¨cualquier mujer que se unte el rostro con tal cosmético, brillará con más lisura que su propio espejo¨.

La Reina de Saba ¨le regaló a Salomón…¨ (965-928 a.C ) ¨tres mil novecientos sesenta kilos de oro, piedras preciosas y gran cantidad de perfumes. Nunca más llegaron a Israel tantos perfumes como los que la reina de Sabá le obsequió al rey Salomón¨ (1 Reyes 10) ¿Qué fragancias reinarían en los territorios hoy conocidos como Etiopía y Yemen? El incienso y la mirra eran incuestionables pero no debemos olvidarnos que aún hoy en estas regiones se recoge una sustancia, la algalia, con feromonas de las patas traseras de la Civettictis civetta, que conocidas marcas internacionales siguen usando en fragancias masculinas sin no haber causado en algunas regiones incluso la atracción a dicho olor y ataque por parte de grandes felinos a sus portadores.

En la Biblia moralizada de Nápoles, encargada por Roberto I y finalizada en 1350, existe una lámina realmente hermosa donde una María Magdalena, representada a lo Rapunzel de los Hermanos Grimm o mejor dicho los Hermanos Grimm pensaron en una Rapunzel a lo María Magdalena de esta lámina, lava los pies con sus lágrimas a Jesús secándolos después con sus cabellos (Lucas 7,38). En el 2008 el grupo Studium Biblicum Franciscanum aseguró haber encontrado perfumes similares a los que podría haber usado María Magdalena ¨Entonces algunos se enojaron dentro de sí y dijeron: –¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?, pues podía haberse vendido por más de trescientos denarios y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella.¨ (Mar. 14:3-9) ¿Qué aroma sería ese? ¨Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro¨ (Jn 12:1-3). Este perfume hoy estaría a un precio de la conocida línea de Clive Christian. ¿A qué se debería su alto precio? La Nardostachys jatamansi crece por encima de los 3.300 metros de altura en el Himalaya. Sus flores rosadas acampanadas llevaron su intenso aroma a la casa de Simón el leproso en un frasco de alabastro que no contaminaba su esencia preparada para un acto glorioso.

Será desde el s.XVI cuando se incluya en el perfume la base alcohólica con el “agua de la Reina de Hungría”. Isabel Piast de Hungría comenzó a usar el destilado de la flor de romero, cedro y aguardiente que se decía la mantenía joven incluso cumplidos los setenta años. La Península Itálica se quiso consolidar desde el Renacimiento como la cuna de los perfumes sin olvidar que iguales aromas se lograban tanto en El plateau de Valensole de la Provenza con su conocida lavanda, en las “bolsitas perfumadas” (香包, xiāngbāo) de la Antigua China, en el aceite de sándalo de la India o en la maravillosa aportación de la trilogía de la vainilla, el cacao y el nardo del territorio americano.

Ya en el s.XIX, la industria del perfume, se centró en París con la aportación química. En los grandes centros comerciales nos venden hoy ¨el aroma a la felicidad¨, ¨la fragancia para actrices y famosos¨ vinculando así que quien levantó la rosa y la enfrascó en cristal nos otorga un mundo pleno con tan solo dos gotas y media. Para quienes ni somos partícipes de creernos lo primero ni pertenecer al grupo de lo segundo, seguimos buscando en los perfumes de la Historia aquel que más nos acerque a la propia naturaleza ¿cuál han usado los grandes personajes del mundo? Esa es otra historia, pues como dice la frase proverbial ¨El buen perfume se vende en frasco pequeño¨ y un pretendido buen texto debe dejarnos con ganas de más.

Mtro. David Sánchez Sánchez
Director Académico de la Maestría en Estudios Históricos
UPAEP

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