Alvar Núñez Cabeza de Vaca es injustamente olvidado con su obra ¨Naufragios¨. No tuvo el casco de Menelao ni el cabello Antínoo. Alvar sigue lamentándose del error de su comandante Pánfilo de Narváez que le llevó al naufragio de su embarcación y sigue agradeciéndole el mismo error pues le llevó a una aventura jamás soñada y jamás olvidada.
Alvar Núñez Cabeza de Vaca es injustamente olvidado con su obra ¨Naufragios¨. No tuvo el casco de Menelao ni el cabello Antínoo. Alvar sigue lamentándose del error de su comandante Pánfilo de Narváez que le llevó al naufragio de su embarcación y sigue agradeciéndole el mismo error pues le llevó a una aventura jamás soñada y jamás olvidada.
Nos quiso dejar como legado su desgracia como inicio de su propio autodescubrimiento y de la condición humana. Una maravillosa aventura más allá de lo geográfico, más allá del encuentro con diversas culturas… más allá incluso se encuentra el encontrar el propio yo. Curioso por tanto que hasta la parte final destaque y hable de esos navíos de los que antes no había hecho relación.
"Pues he hecho relación de todo susodicho en el viaje, y entrada y salida de la tierra, hasta volver a estos reinos, quiero asimismo hacer memoria y relación de lo que hicieron los navíos y la gente que en ellos quedó, de lo cual no he hecho memoria en lo dicho atrás, porque nunca tuvimos noticia de ellos hasta después de salidos, que hallamos mucha gente de ellos en la Nueva España, y otros acá en Castilla, de quien supimos el suceso y todo el fin de ello de qué manera pasó, después que dejamos los tres navíos porque el otro era ya perdido en la costa brava, los cuales quedaban a mucho peligro" Capítulo XXXVIII. De lo que sucedió a los demás que entraron en las Indias.
¿Y qué le lleva a uno querer caminar hacia ese naufragio y desgracia? La bendición de Dios, la lealtad al rey, el honor y las riquezas.
“De mí puedo decir que en la jornada que por mandado de Vuestra Majestad hice de Tierra Firme, bien pensé que mis obras y servicios fueran tan claros y manifiestos como fueron los de mis antepasados y que no tuviera yo necesidad de hablar para ser contado entre los que con entera fe y gran cuidado administran y tratan los cargos de Vuestra Majestad, y les hace merced.” Proenio.
“él ni ninguno de los que con él iban no saldrían de la tierra; y que si alguno saliese, que haría Dios por él grandes milagros; pero creía que fuesen pocos los que escapasen o no ningunos; y el gobernador entonces le respondió que él y todos los que con él entraban iban a pelear y conquistar muchas y muy extrañas gentes y tierras, y que tenía por muy cierto que conquistándolas habían de morir muchos; pero aquéllos que quedasen serían de buena ventura y quedarían muy ricos, por la noticia que él tenía de la riqueza que en aquélla había" Capítulo XXXVIII. De lo que sucedió a los demás que entraron en las Indias. De una expedición de 600 solo cuatro terminaron la odisea y con ellos termina honrosamente el texto dando gracias a Dios.
“Y pues he dado relación de los navíos, será bien que diga quién son y de qué lugar de estos reinos, los que nuestro Señor fue servido de escapar de estos trabajos. El primero es Alonso del Castillo Maldonado, natural de Salamanca, hijo del doctor Castillo y de doña Aldonza Maldonado. El segundo es Andrés Dorantes, hijo de Pablo Dorantes, natural de Béjar y vecino de Gibraleón. El tercero es Álvar Núñez Cabeza de Vaca, hijo de Francisco de Vera y nieto de Pedro de Vera, el que ganó a Canaria, y su madre se llamaba doña Teresa Cabeza de Vaca, natural de Jerez de la Frontera. El cuarto se llama Estebanico; es negro alárabe, natural de Azamor. DEO GRACIAS” Capítulo XXXVIII. De lo que sucedió a los demás que entraron en las Indias.
El tiempo en la obra se desarrolla en el s.XVI (llega a Florida el martes 12 de abril de 1528 y finaliza el viaje en Lisboa el 9 de Agosto 1537). Se emplea la cita de días concretos y referencias al santoral castellano (San Miguel). También aparecen referencias temporales que hacen referencia a ciclos naturales del territorio como las lunas o cosechas. El tiempo maravillosamente narrado según su dimensión espiritual.
Algunos investigadores como la Prof. María del Pilar Ríos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán dividen los hechos en cuatro momentos aunque nos atrevemos a resumirlos en tres:
Primer contacto. Costas de Florida y primer acceso al interior
Isla de Mal Hado. Los Apalaches, Galveston, San Antonio. El Camino del Maíz. De este a Oeste.
Golfo de California. De Norte a Sur. Retorno a zona castellana. Regreso a Castilla.
El propio autor, Álvar Núñez Cabeza de Vaca, es el protagonista con su propia experiencia de vida. La narración puede estar entre la veracidad y la exageración para la obtención de privilegios (la obra la escribe años después de los hechos) tras sobrevivir con moral y fe cristiana a las mayores desgracias. Su propio personaje es un héroe que demuestra servir al rey arriesgando su vida por el bien del grupo. Pasa de ser cronista a ser el protagonista de la narración con un ideal caballeresco, un héroe ante la desdicha, la lucha por la supervivencia y con el mundo natural y humano en su contra. No existe una dama por la que luchar, pero sí el amor a Dios. En torno a el desfila como secundario Pánfilo de Narváez como comandante cuyas decisiones les llevaron al naufragio por lo que sería un personaje antagónico. Sería el opuesto al protagonista. Por otro lado están los otros tres supervivientes pero que no llegan a impactarnos como el propio protagonista que se sacrifica por ellos. Entre ellos uno es tratado como inferior por los castellanos al ser un esclavo negro, Estebanico.
¿Y qué nos deja su testimonio? Es por tanto una obra que nos descubre unas tierras y un tiempo, aunque a la par es un autodescubrimiento y reafirmación de una identidad dentro de otros rasgos culturales que, aunque condicionen nuevos hábitos y formas de pensamiento, no hicieron sino reafirmar la propia en un viaje iniciático que bien podría corresponder al ¨Conócete a ti mismo¨ de Sócrates, en territorio americano y bajo la gracia de un castellano temeroso de Dios.
Mtro. David Sánchez Sánchez
Director Académico de la Maestría en Estudios Históricos
UPAEP
Desarrollo humano y social
NAUFRAGIOS, UNA ODISEA EN TIERRA AMERICANA
31 marzo Por: David Sánchez Sánchez