Desarrollo humano y social
NO HAY MAL SIN REMEDIO
10 marzo Por: David Sánchez Sánchez
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(De barberos sangradores a cirujanos románticos)


En la Ciudad de México, en etapa virreinal, los primeros cirujanos estuvieron vinculados a conventos y monasterios según las investigaciones de Ramírez Ortega. Teniendo como antecedentes la labor de los carpinteros y la fundación del actual Hospital de Jesús por Hernán Cortés, los monasterios masculinos con normas rígidas y las profesas en instituciones femeninas pronto incorporaron atención sanitaria. ¿El motivo? Salvar a una población que sufría un mal sin remedio fruto del aislamiento inmunológico histórico. La atención a la enfermedad tenía en los conventos la enfermería con su médico-cirujano que podían atender no solo a sus miembros sino a población de fuera de los mismos. Si bien durante los siglos XVI y XVII existió una rígida estructura estamental con clara misión de ayuda, tras el 1700 los borbones plantearon la realización de ¨visitas¨ a modo de inspecciones a estas instituciones por ¨relajar¨ su misión. En esta etapa borbónica crece el número de cirujanos. Pasaron de ser ¨barberos-sangradores¨ a ¨cirujanos románticos¨.

En Ciudad de México se han encontrado por el momento registro de 31 de ellos de los cuales el 61% trabajaban en más de un lugar (monasterios + otra institución ¨cárcel,ejército…¨) El 39% trabajaba exclusivamente en monasterios como el Convento Grande de San Francisco o el de Santo Domingo. Tenían más prestigio los que tuvieron su título reconocido por el Tribunal Real del Protomedicato; el 83% de los registros citados tenían dicho reconocimiento.

Sin embargo, debido a la naturaleza manual de la actividad quirúrgica —cuya enseñanza hasta ese momento se realizaba en la Nueva España exclusivamente mediante la práctica cotidiana al lado de un cirujano examinado que ejerciera ya en alguna institución, como un hospital, colegio, cárcel o convento, o de manera particular—, su renovación tuvo que darse al margen de las aulas universitarias y del Real Tribunal del Protomedicato, institución encargada del control médico y quirúrgico. (Rámirez Ortega, 2010, pp. 71).

La creación de la Real Escuela de Cirugía (1764) y el Bando Virreinal de la obligación de la acreditación por examen de cirugía (1770) afianzaron los estudios de estos profesionales. A lo largo del desarrollo social y cultural de la Nueva España hubo cirujanos de hospitales, conventos, colegios y cárceles y, por supuesto, quienes ejercieron su ocupación de manera exclusivamente privada (Rámirez Ortega, 2010, pp. 11).

Por tanto podemos establecer dos etapas:

-Pre profesionalización desde 1576 con el primer cirujano de Santo Domingo hasta la Real Escuela de Cirugía de 1764

- Profesionalización hasta 1833 y el intento de unir la Escuela de Cirugía y la Escuela de Medicina de la Universidad.

En definitiva en estas fases de profesionalización ejercieron como cirujanos en instituciones conventuales que se habían alejado de la disciplina lo cual favoreció la incorporación científica lejos de rígidos sistemas y donde podían ampliar sus labores fuera de dichas instituciones especialmente cuando fueron reconocidos sus estudios por las instancias oficiales virreinales.

Mtro. David Sánchez Sánchez
Director Académico de la Maestría en Estudios Históricos
UPAEP

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