[De ser Homo Sapiens]
El catedrático Carlos Ramos Rosete define que ¨tanto el embrión como el feto humano son considerados como una vida humana en razón de los 46 cromosomas que identifican a la especie homo sapiens¨ y nos preguntamos si el concento de la dignidad humana no comenzó ya en la Prehistoria desde el nacimiento del primer homínido en un largo proceso donde diferentes especies como el Homo Sapiens y el Neandertal llegaron a reconocerse, convivir e incluso procrear; planteando así la pregunta de si todos ellos, como los anteriores homínidos, poseían la misma dignidad. Si por entonces la vida humana de una persona era contada desde su nacimiento hasta su muerte, ya que su vida intrauterina permanecía bajo el velo del misterio, por tanto en la Historia, el concepto de dignidad ha estado hasta nuestras generaciones relegado en cierto modo a lo visible.
Como el tiempo es corto y la Historia inmensa destacaremos en la Mesopotamia del tercer milenio antes de Cristo el nacimiento de códigos como el de Hammurabi (1700 a.C) donde la ley del talión del ojo por ojo platea una evidente pregunta sobre si todos los individuos tenían una concepción a imagen y semejanza de sus dioses pues algunos de ellos atentaban contra otros haciendo necesario una limitación de su libertad y un castigo. Eran seres indignos (Que es inferior a la calidad y mérito de alguien o no corresponde a sus circunstancias). En el Antiguo Egipto la sagrada dignidad de los faraones los diferenciaba del resto de su pueblo pues como hijos de Ra, eran los lugartenientes de la divinidad sobre la tierra y como tales los garantes de la virtud. Ramsés IV afirmaba ¨Yo he impuesto el orden (ma-a-at) en este país, que antes no existía¨. En la Antigua Grecia la dignidad y la libertad era sólo para los ciudadanos, con ello nos referimos a los hombres libres y propietarios. Los códigos de Dracón (621 a.C) y Solón no eliminaron con el tiempo el camino de un Aristóteles (384 a. C.) que consideraba en su dignidad a una parte de la humanidad como esclavos por naturaleza, destinados desde su nacimiento a servir a los individuos superiores en capacidades, destrezas y racionalidad basándose en «la ley de la naturaleza» que limitaba dicha dignidad a los llamados bárbaros en sentido estricto - es decir para individuos sin cultura, sistemas legales y morada fija, que andaban vagando como bestias salvajes -. ¿Y qué hacer con los pueblos que tenían un sistema de leyes muy elaborado y una capacidad creativa que se expresaba en obras culturales y arquitectónicas comparables en grandiosidad, refinamiento y gusto estético a las realizaciones culturales del mundo clásico? En la India el pensamiento de Siddhartha Gautama (560 a.C) llegará a impactar en Asia a personajes como el emperador Ashoka (273-232 a. C.) que defendió el respeto y la dignidad para toda la humanidad.
Para Pierre Grimal en esa Antigüedad Clásica ser libre era lo mismo que no ser esclavo, en su obra ¨Los extravíos de la libertad¨ sostiene que Grecia falseó la presunta libertad y con ello el concepto de dignidad siendo solo Roma quien anticipará las ideas modernas del derecho individual y la dignidad. Marco Tulio Cicerón (106 a.C-43 a.C) dijo “La justicia es el hábito de ánimo que, conservada la común utilidad, atribuye a cada quien su propia dignidad” (Cicerón, De la invención de la retórica). Pero añadirá en su obra De Officiis que esa dignidad debe configurarse en cuatro aspectos: origen, dotación física, talento y la propia persona racional. Es por ello que esa dignitas debía ser ganada en la lucha por gladiadores o por bárbaros de otras regiones para dejar la esclavitud y entrar así en los beneficios del Derecho Romano y de la ciudadanía. La dignidad pasó a convertirse con el tiempo al valor que el individuo posee gracias a los cargos políticos que desempeñaban en cuanto a ser miembros del Estado Romano. ¿Acaso hemos cambiado tanto desde entonces a nuestra realidad política de hoy en todo el mundo donde parece ser que para algunos es más digno quién gobierna más alto? Pese a ello para el hombre de la Antigüedad Clásica -quien se concebía a sí mismo como un miembro de la polis, de la civitas o del imperio-, hubiera sido impensable expresar sus reivindicaciones apelando al lenguaje de los derechos; resultaba más natural hablar de las obligaciones frente a la totalidad superior de la que su existencia particular derivaba valor y sentido.
Será en la Baja Edad Media (s.XI a XV) cuando aparece la dignitas hominis (Génesis 1:26-27) y la miseria hominis (Génesis 2.7); el ser humano es un ser divino creado a semejanza de Dios llamado a reencontrarse con Él en el paraíso, pero a la vez es un hombre pecador, en su miseria, que puede sucumbir a la tentación. Predominaron tres modelos de la dignidad del ser humano: la de San Agustín que la somete a un poder externo como honor basado en imagen de Dios, la dignidad autónoma de Gregorio de Nicea y la dignidad como microcosmos de dimensión aristotélica y que considera que el ser humano encarna una cadena de todos los seres vivientes (ARISTÓTELES, Del alma, (II, 2 y 3).
La causa primera de la esclavitud en la visión europea de este tiempo era el pecado pues hace someterse un hombre a otro hombre ¨Quien comete pecado es esclavo del pecado¨ (Juan 8.34).
Ya Santo Tomás de Aquino (1224) menciona que ¨ En las comedias y en las tragedias se representaba a personajes famosos, se impuso pues el nombre de persona para indicar a alguien con dignidad. Por eso en las iglesias empezó la costumbre de llamar persona a los que tienen alguna dignidad. [Sth. 1, 29, 3, ad. 2]
Llegados a la etapa del Renacimiento destacamos el documento llamado la oración Sobre la dignidad del hombre, redactado en la Florencia de los Medici de 1486, por Pico della Mirandola. El filósofo humanista ¨destaca el lugar privilegiado del ser humano en el conjunto de los demás seres vivientes, por ser el único ente con el poder y la capacidad de llegar a ser lo que quiere y debe ser.¨ El hombre es el vocero de todas la criaturas, el intérprete de la naturaleza, el punto de intersección «entre la eternidad y el fluir del tiempo». Pico sigue utilizando la idea cristiana de dignidad humana sustentada en la creación del hombre como un ser creado a imagen y semejanza de Dios. Del mismo modo destacamos el Diálogo de la dignidad del hombre redactado por el español Fernán Pérez de Oliva (1494?-1531). ¿Pero con ese humanismo renacentista se ponía fin al debate? Todo lo contrario, dos grandes eventos marcarán una nueva dimensión al mismo…continuará.
Mtro. David Sánchez Sánchez
Director Académico de la Maestría en Estudios Históricos
UPAEP