Desarrollo humano y social
¿CUÁL ES TU CLASE DE AMOR?
14 febrero Por: CEFAS
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La palabra amor posee una multitud de significados, se utiliza para designar el apego de una persona hacia otra, también se usa para significar la sensación de afecto, o la compresión, o la generosidad, o el compromiso, o el enamoramiento, etc, etc. Lo cierto es que las personas experimentan variadas emociones y sentimientos y muchos de ellos son denominados con la palabra amor. Tal vez lo más característico del amor es manifestarse como una fuerza unitiva que armoniza a las personas en algo en común. El amor surge inicialmente como una tendencia hacia algo o hacia alguien y tal tendencia puede tomar varios caminos, de ahí que aparezcan varios de tipos de amor como son:

 El amor interesado: La mejor forma de expresar este tipo de amor sería con la siguiente frase: “Te amo porque te necesito”. Este tipo de amor tiene como fin principal el bien del propio sujeto que ama, es decir, el amante. Amar de modo interesado a una persona equivale atraerla para utilizarla: “te quiero para mí”, “te quiero para que te unas a mí y a mis deseos”. Erick Fromm menciona en su libro intitulado “El Arte de Amar”, que el verdadero amor es un arte difícil de aprender, pues amar de forma interesada no requiere ningún esfuerzo. Pero amar de forma desinteresada, con la mira puesta en el beneficio de la persona amada más que en propio beneficio, es el verdadero objetivo de un aprendizaje amoroso que es largo y difícil.

En el amor interesado existe una cierta donación del amante hacia el amado pero con la condición fundamental de: “yo te doy con tal de que tú me des, si no me das, tampoco yo te daré”, o en su defecto, “yo te amo, procuraré tu bien, pero tú también tendrás que actuar conmigo de la misma manera”. El problema es que el amor interesado exige una reciprocidad meramente contractual y egocéntrica: “yo te protejo, pero tendrás que darme a cambio felicidad”. El amor interesado no toma en cuenta que la reciprocidad del verdadero amor no es un contracto, sino una gratuidad sin egocentrismos.

 

El amor de enamoramiento: La afectividad amorosa significa que el mundo interior de una persona se abre y se acerca al mundo interior de la otra que se ama. El que siente amor de afecto por otra persona se comporta de manera especial con ella. Su mirada, su tono al hablar, sus gestos y todo su comportamiento muestran una actitud de acercamiento y de intimidad con la persona amada. El enemigo número uno del afecto es el resentimiento, cuando una persona se siente ofendida por quien tuvo afecto, cesa de abrir su mundo interior delante de la que fue la persona amada y, por consiguiente, deja de mostrar señales de afecto. En esos casos la relación se enfría y puede llegar el corte radical. 

El amor afectivo muchas veces evoluciona hacia un amor de enamoramiento cuya expresión más elocuente es el romanticismo. El enamoramiento es una especie de nube de color de rosa que envuelve al amante en un mundo de fantasías. El nivel de afectividad en este tipo de amor es muy alto, de ahí que la persona que experimenta este tipo de amor manifiesta una gran motivación, energía, actividad, entusiasmo y satisfacción por la vida. El amor de enamoramiento hace pensar a la persona que lo vive que la realización plena está con la persona amada y que todos los obstáculos deben ser vencidos, pareciera que el máximo de felicidad está a la puerta en esta vivencia llena de alegría, emoción y buenos deseos. Vivir este tipo de amor es vivir en la ilusión y en la medida en que aquella ilusión se aproxime a la realidad, este tipo de amor será algo positivo, puesto que constituye una motivación llena de alegría y energía para afrontar los problemas de la vida. Empero, en la medida en que el enamoramiento se aleje de la realidad o, lo que es peor, sustituya a la realidad con bonitas y bellísimas fantasías se vuelve muy peligroso y nefasto para la persona que lo vive. Lo que puede ser muy grave en este tipo de amor a modo de enamoramiento es la idealización del ser amado exaltando sus puntos buenos e ignorando sus puntos malos que conduce a la idolatría del ser amado, proyectando una relación amorosa de múltiples beneficios que llevan a la persona enamorada a tomar decisiones carentes de realismo, y así por ejemplo, el amante bajo este tipo de amor es capaz de abandonar su hogar, su familia y su trabajo con tal de permanecer al lado de la persona amada. 

Lo más grave del amor de enamoramiento es no sólo su alejamiento de la realidad, sino una necedad que aparece en el amante que le impide darse cuenta de sus exageraciones en la manera de idealizar al ser amado, comúnmente el amante suele ofenderse cuando un amigo le sugiere que revise su tipo de amor y el sentido de la realidad. 

Algo ligado al amor de enamoramiento  son los celos compulsivos, éstos se manifiestan mediante el temor a la posible pérdida del ser amado, el amante de modo obsesivo busca una exclusividad con el amado al grado de sentir celos por causas imaginarias, por ejemplo, cuando el marido o novio sospechan infidelidad de su pareja por un mínimo de retraso o una atención especial a otra persona.

La persona que vive un amor de enamoramiento que ha perdido sentido de la realidad se asemeja al Quijote de la Mancha que ve gigantes cuando sólo hay molinos de viento, y así como Don Quijote tuvo que caer para darse cuenta de su error, es necesario que pase algún tiempo para que el amante de este tipo de amor caiga en la cuenta de sus fantasías e ilusiones. Por desgracia su caída suele ser, por lo general, estrepitosa y dolorosa. Desilusión y frustración cuando llega el momento de la toma de conciencia de la realidad. Tarde o temprano el amante se percata de la ilusión en que vivía y del alejamiento sufrido respecto de las cualidades y defectos reales del ser amado. Cuando llega el momento de la desilusión, el amante tiene que enfrentarse a una realidad que resulta proporcionalmente áspera y difícil de acuerdo al grado de fantasía e ilusión que experimentó y que, si no soporta esa trágica experiencia, puede llegar a estados graves de depresión e incluso el suicidio.

Casarse exclusivamente por enamoramiento implica que la pareja con este tipo de amor sonríe y proyecta su futuro en medio de la embriaguez de una fantasía, y cuando la realidad reclama su sitio, resulta que el cónyuge ya no es tan amable, sus acciones para con el amante ya no resultan tan armoniosas, sus gustos ya no son tan semejantes a los de amante. Uno de los cónyuges o ambos se sienten engañados y empiezan los resentimientos, las reclamaciones y las agresiones, dando lugar al divorcio.

Finalmente se puede decir que el amor de enamoramiento no es en sí malo, sino que sus posibles consecuencias negativas que ya se han enumerado se presentarán siempre y cuando la persona enamorada pierda de vista la realidad. Si la afectividad del amor de enamoramiento no lleva a una pérdida de sentido de a realidad y si el enamoramiento se acompaña del amor de benevolencia que a continuación de relatará, entonces el enamoramiento será algo totalmente positivo.

 El amor de benevolencia: El amor interesado se resume en la frase: “te amo porque te necesito”, el amor de benevolencia se resume en la frase: “te necesito porque te amo”. Cuando una persona ejecuta voluntariamente una serie de acciones para beneficiar y hacer feliz al ser amado, a pesar de las dificultades que se encuentran y a pesar de las diferencias y desavenencias propias de una relación amorosa, entonces se puede decir que el amor es de tipo benevolente. 

El amor de benevolencia consiste en querer el bien auténtico de la persona amada, es el tipo de amor que encierra mayor mérito, pues sin dejar de lado la parte afectiva del enamoramiento, el amor de benevolencia se va formando con actos libres e inteligentes que facilitan un sentido auténtico en la relación amorosa, la cual consiste en buscar la felicidad del amado en su bien real de modo desinteresado sin condicionamientos egocéntricos. Es importante resaltar que en este tipo de amor de benevolencia el amante busca el bien real del ser amado, de ahí que este tipo de amor se esfuerza por el verdadero perfeccionamiento del amado en todos sus aspectos, lo cual implica sacrificio y espíritu de abnegación en el amante. El amor interesado y egocéntrico dice: “te quiero porque me gustas, porque me haces feliz”, en cambio, el amor de benevolencia dice: “te quiero no solamente porque me gustas, sino principalmente porque te quiero ver feliz”. El amante que vive este tipo de amor de benevolencia es capaz de renunciar a su propia felicidad a favor de la felicidad del ser amado. El amor de benevolencia no solamente hace capaz al amante de perdonar los defectos del ser amado, sino que su mismo amor de benevolencia hace que el amante busque o encuentre la manera de que el ser amado corrija sus defectos, no para que resulte beneficiado el amante, sino para que el beneficio redunde en el propio ser amado. El amor de benevolencia mueve al amante para que éste busque que el ser amado viva en las virtudes morales en beneficio del mismo ser amado.

 

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