LAS RAÍCES DE LA RERUM NOVARUM
(Del sindicalismo católico a la reconstrucción social)
¿Cuál es la importancia del sindicalismo católico en los cambios políticos mundiales? ¿No existió cierta represión respecto a este pensamiento que buscaba el Bien Común? El maestro José Fernando Durán Marqués realizó un estudio realmente interesante sobre los “Proyectos sindicales católicos en México y en Colombia”. En la conciencia colectiva suele asociarse contraria la idea de un sindicalismo a una visión católica del mundo. Lo cierto es que desde el último cuarto s.XIX a 1950 el movimiento obrero intentará incorporarse al ámbito político y numerosa población de esos movimientos era católica. La forma de plantear ese proyecto sindical católico no era más que realizar “una construcción conceptual que sobre la cuestión social” por parte de la Iglesia donde se incluyan la idea de sociedad y de Estado como relación entre las clases sociales. ¿Existió por tanto un sindicalismo católico? ¿Acaso las ideas basadas en la búsqueda del Bien Común asociadas a la Doctrina Social de la Iglesia no podían general movimientos sindicales? La respuesta es que sí existieron, pero fueron menospreciados. El autor estudia dos realidades: México y Colombia. En México se pasará de Porfirio Díaz, a la Matriz Estado Céntrica, hasta Lázaro Cárdenas (1940) y creación del PRI (1946). Por su parte en Colombia predominará la hegemonía conservadora (1886-1930).
La revisión de Durán Marqués de las Encíclicas del Vaticano y los escritos de jesuitas vinculados a este sindicalismo permitieron establecer al autor dos ejes temáticos principales como son la relación del sindicalismo católico con el Estado y las relaciones al interior de la Iglesia. ¿La dependencia de estos territorios en cierta medida respecto al capital extranjero afectó a este caso? Lo cierto es que ante este factor común se diferenció el centralismo mexicano de una Colombia con poderes regionales más autónomos. Por ello en México surgirá la Revolución mientras en Colombia el juego del bipartidismo estará sobre la mesa. Y si esta fue una dispar respuesta al capital extranjero ¿cómo reaccionaron a una misma directriz de la Santa Sede? En México se concentró en una sola institución (Secretariado Social Mexicano -SSM- 1920); mientras que en Colombia se abrieron curiosamente dos opciones (Yoicismo JOC 1932 y la Acción católica Colombiana ACC de 1933). Una vez más se observa concentración frente a pluralidad.
¿Cómo era la relación de esas directrices de la Iglesia con el Estado? La Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824 protegía a la Iglesia, pero poco después:
“En México la Iglesia pasó de ser primero perseguida durante la Reforma, a permitida durante el Porfiriato, a una opción autónoma en la pos-revolución, y finalmente perseguida y enfrentada de nuevo en la Cristiada. En contraste, en Colombia la Iglesia mantuvo siempre fuertes vínculos con el régimen bipartidista a través del Partido Conservador. Esto será el principal factor que determinó las distintas circunstancias en las que surgieron la CNCT en México y la UTC en Colombia”.
¿Influyó la Rerum Novarum en estos hechos? Es indudable que sería imposible eliminar a los católicos de la política ni de sus ideas sindicales. Ese Partido Católico Nacional pretendía proponer alternativas políticas frente al socialismo y al liberalismo. Se había producido la ruptura con el Partido Conservador y los llamados Operarios Guadalupanos plantearon esas nuevas formas de reivindicación social entorno a círculos obreros católicos mexicanos, aunque en México el sindicalismo católico se enfrentó al régimen desde su nacimiento. Por su parte en Colombia el clero tenía la posibilidad de organizar siguiendo la Rerum Novarum sociedades de obreros y artesanos. Ya desde 1890 se crean Sociedades de Mutuo Auxilio, sindicatos desde 1909 (Sociedad de Artesanos de Colombia) y con claros objetivos de mantener el liberalismo en ese juego bipartidista con respeto a la religión, sea creará en 1935 la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC).
¿Era el discurso de la Iglesia unitario y homogéneo desde el siglo XIX hasta mediados del XX? No, estuvo condicionado por los nuevos cambios de la sociedad moderna. La modernidad separaba Iglesia-Estado, separaba la religión de lo público y la intentaba relegar a lo privado. Esta relación se movía en torno a tres puntos: “ lo estatal, que comprende todo lo referente al poder político; lo privado, entendido como lo íntimo, lo personal; y lo público, entendido como la sociedad ”.
¿No era el sindicalismo, aunque fuera católico visto como una asociación revolucionaria socialista? A inicio del s.XX esta era la perspectiva a la que asociaban al pensamiento jesuita. La base estaba en la propuesta de mejores condiciones de vida para trabajadores y obreros. Las posibles injusticias del capitalismo debían tener en el humanismo jesuita una respuesta de mejora hacia el corporativismo. ¿Dónde podría estar la clave entonces frente a esa revolución socialista? El sindicalismo católico no era un fin, sino un medio para la reconstrucción social; el corporativismo frente al individualismo liberal y estatismo socialista.
Mtro. David Sánchez Sánchez
Director Académico de la Maestría en Estudios Históricos
UPAEP