Por: Paulina Michelle Romero Tenorio, alumna de primer semestre Prepa Santiago
Seguramente la mayoría de nosotros hemos tenido diferentes tipos de relaciones: enamoramientos, crushes o novios. Sin embargo, siempre recordamos a alguien que nos marcó. Quizás fue una persona que nos hizo pensar en grande, despertar feliz todas las mañanas para ir con ganas al trabajo o la escuela. Esa persona nos motivó a mejorar. Sin embargo, todas las historias tienen un final y sólo quedan recuerdos que ahora nos parecen un poco cursis pero que, en algún momento, fueron muy significativos para nosotros.
Hablar de amor es entrar en un tema muy subjetivo pues cada quien lo define según su experiencia. Sobre este tema puede opinar un niño pequeño o un filósofo. Para la psicóloga Merlina Meiler el amor es “confiar en alguien por primera vez, con total inocencia, descubrir sensaciones nuevas y entregar nuestro corazón. Son momentos únicos que quedan grabados en nuestra memoria y aún de adultos, siguen arrancándonos suspiros o, al menos, generando alguna sensación interna”. Según el filósofo Erich Fromm “El primer amor es ese amor incondicional que permite a los individuos explorar el mundo que hay más allá del núcleo familiar. Es el que proporciona al niño la seguridad y la confianza para caminar por la vida con el deseo de amar y sentirse amado, generando a su vez diversas atracciones hacia las personas que le rodean desde sus primeros años de vida, quienes le brindan la ocasión de conquistar fuera de casa ‘su primer amor’”.
Estas definiciones nos dan un punto de partida para entender el concepto de “primer amor”. Personalmente lo definiría con la imagen de un chico o chica que nos hizo conocer qué era querer o amar. También podría mencionar un escenario color de rosa, ideal para tener experiencias nuevas y bonitas. Después llega la distancia, la costumbre o cualquier otra situación, y ese primer amor desaparece de nuestra vida. Quizás el primer amor no sea efímero y dure meses e, incluso, años. El primer amor puede ser tan fuerte que te puede acompañar toda la vida. Cada persona tiene una experiencia única.
Sé que es difícil terminar cualquier relación, sobre todo cuando hemos descubierto muchas cosas por primera vez. El amor verdadero es tan solo el primero, pero para muchos es el que duele más y el que extrañan más; deja una huella enorme. Sin embargo esta experiencia es parte de nuestro crecimiento como personas, nos ayuda a madurar y aprender de nuestros errores.
Lidiar con un corazón roto es difícil, es cierto, pero no es imposible superar la tristeza. Lo mejor es aceptar que ese momento ha terminado y rememorar con cariño las cosas buenas que vivimos. De esta forma aprenderemos a conocer nuestros sentimientos y construir historias que nos hagan sentir plenos.
