“Piénsalo bien mientras estás a tiempo. Pero si, indiferente a la fortuna, a los placeres, a la ingratitud; si sabiendo que te verás solo entre las fieras humanas, tienes un alma lo bastante estoica para satisfacerte por el deber cumplido sin ilusiones; si te juzgas pagado lo bastante con la dicha de una madre, con una cara que sonríe porque ya no padece, con la faz de un moribundo a quien ocultas la llegada de la muerte: si ansías conocer al hombre, penetrar todo lo trágico de su destino, entonces házte médico, hijo mío”. (fragmento: Consejos de Esculapio)
I. Lo que acompaña al acto médico
El acto médico se ve acompañado por una empatía hacia las personas más irascibles, torpes, grotescas y antipáticas, lo anterior implica valores morales sobre el respeto e integridad de cada individuo.
Igualmente, el acto médico implica también el contacto con pacientes que lleva al médico al límite de la tolerancia, de jornadas extenuantes, de trabajo físico e intelectual, falta de horas de sueño, de comida y mucho, mucho stress generado por atender todas y cada una de las tareas y responsabilidades.
No importa si hace frio, o si llueve a cantaros, el médico estará a tiempo en el quirófano para resolver el problema de sus pacientes. Las comidas familiares muchas veces tienen que esperar cuando hay una urgencia que atender.
II La bondad como núcleo del acto médico
La bondad es el verdadero núcleo de todo el reino de los valores morales. Entre los valores morales no hay ninguno que encarne más completamente el mundo moral que la bondad.¿Qué queremos decir al afirmar que un hombre irradia bondad? Queremos decir que está dispuesto a ayudar, a sacrificarse por los demás, que es afable, que es generoso, que está lleno de compasión. La bondad siempre presupone una actitud especial hacia otras personas (1).
III Características del acto médico
El acto médico se refiere al que realiza el profesional de la medicina en el desempeño de su profesión frente al paciente y a la sociedad. (2). Este acto se establece mediante una interacción entre personas, “una relación en la que se confronta una conciencia, con una confianza” como afirma el Dr. Ignacio Chávez. La obra que se realiza en el quehacer clínico y que constituye el núcleo de la medicina, es iniciada por el enfermo o su familia, y produce beneficios para ambos: para éste último la satisfacción por la atención recibida y por la conservación o recuperación de la salud. (3)(4).
El Dr. René Favaloro decía, “en cada acto médico deben estar presentes el respeto por el paciente, los conceptos éticos y los morales; entonces, la ciencia y la conciencia estarán siempre del mismo lado, del lado de la humanidad” (5)
El acto médico o deber médico es “respetar la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo y de la comunidad”, y “el fin último de la práctica sanitaria consiste en realizar las acciones adecuadas para proporcionar el mayor bien posible a la salud del paciente, de forma que muchos de los conflictos que impiden alcanzar el bien social, la salud en nuestro caso, derivan de la confusión de este bien interno con los bienes externos que necesariamente acompañan a toda práctica, como son el dinero, el poder o el reconocimiento.
Ejercer la bondad, entonces, supone dar sin esperar, recibir antes de cumplir con la función médica, que exige el cumplimiento de virtudes como la prudencia, la tolerancia respetando la autonomía de las personas, haciéndolas merecedoras del acto benevolente de otro ser humano, evitando el causar daños agregados o mayores a quien ya está afectado de su salud.
El aprendizaje de la bondad y su correcta aplicación, en las instituciones formadoras de profesionales para la salud es necesaria, útil e indispensable, sobre todo de una docencia con experiencia y sabiduría aplicativa, que afirme el interés, convicción y vocación de ser médico, haciendo hincapié en la ética, deontología y bioética profesional que nuestra sociedad merece tener, a pesar de todos los entornos propios del médico, las instituciones, e intervenciones tanto políticas como religiosas del país.
Como conclusión diremos que la bondad debe convertirse en el motivo y estimulo del profesional de la salud. La bondad siempre presupone una actitud especial hacia el paciente, a través del cuidado y acompañamiento dese el inicio hasta el fin de la vida humana, actuando con tacto, firmeza y sutileza, quizás es el deseo último de vida del médico y para ello se requiere sentir amor a uno mismo y los semejantes.
REFERENCIAS
- 1. Von Hildebrand. D. Actitudes morales fundamentales. Ed Palabra 2003.
- 2. Vera C.O. Aspectos éticos y legales en el acto médico. Rev. Med. La Paz. 2013; 19(2): 73 – 82.
- 3. Cortés G. Aspectos generales de la relación médico – paciente. En: Porter K., Villalobos P., Martínez G., Tarasco M. Introducción a la Bioética. 2ª. Ed. Mendez editores, 2003. México.
- 4. Vázquez F., Gaona C., Aguirre G. Al rescate del trato médico humano hacia los pacientes. Artículo en línea: http://www.pemex.com/servicios/salud/TuSalud/BoletinSalud/Documents/Revista2/BIOETICA-trato%20med.pac.pdf
- 5. León C.F. Temas de Bioética Social. 1ª. Ed. Fundación Interamericana Ciencia y Vida. 2010. Santiago de Chile.
Comité de Ética en Investigación
Decanato de Ciencias de la Salud.
UPAEP