Permítannos nuestros amables lectores hacer un pequeño paréntesis en nuestros temas de política y seguridad para hablar de uno de los santos más populares de la historia, incluso hasta nuestros días: San Patricio, patrono de Irlanda, cuya festividad se celebró hace unos días, el 17 de Marzo.
A pesar de que se ha convertido en un “santo nacional” irlandés, Patricio no nació allí ni fue el primer misionero en cristianizar la isla. Probablemente nació en el año 385, en algún lugar de Gales, en la costa occidental de la actual Inglaterra; algunas fuentes señalan también a Escocia como probable lugar de su nacimiento. Hijo de ciudadanos romanos, al parecer ya cristianos, lo que explica su nombre, Patricio tuvo una niñez tranquila, que terminó abruptamente al ser capturado aproximadamente a los 16 años de edad por piratas que lo vendieron en Irlanda a un reyezuelo, quien lo ocupó como pastor. Este tiempo de esclavitud, en el que entró en contacto con la naturaleza áspera y ruda y con la gente del lugar, también se caracterizó por su búsqueda de refugio en Dios. Es por esto que se cree que ya traía el cristianismo desde casa, pues Irlanda, aunque ya conocía dicha fe, seguía siendo el país de los druidas y paganos. El mismo Patricio afirmó después que llegaba a pronunciar hasta 100 rezos diarios, y otros tantos por la noche, en el bosque y en los collados, y que poco a poco sentía que ni la lluvia, la nieve o el frío hacían mella en él; “…en esta tierra extraña, el Señor abrió mis incrédulos ojos”.
Cuando tendría unos 20 años, escuchó la voz de un ángel, llamado Victoricus, quien le decía que tenía que huir, que encontraría un bote para ello. Efectivamente, encontró uno y aprovechó la oportunidad, huyendo con unos mercaderes hacia Inglaterra. Así comenzó una época de viajes que lo llevarían hasta las Galias, haciéndose de una cultura y preparación considerables que conoció en los monasterios que visitaba, hasta que pudo por fin ser ordenado sacerdote. En el año 433, ya como obispo, regresó a Irlanda acompañado de un pequeño grupo de colaboradores, iniciando allí una intensa actividad misional. Se dice que este regreso estuvo motivado por unas voces que escuchaba en sueños, reconociéndolas como las voces del pueblo irlandés, que le pedían volver. En esos 30 años de trabajo misional puso los fundamentos de muchísimas escuelas, iglesias y monasterios, hasta su muerte, probablemente el 17 de Marzo del 461. Se dice que convirtió a miles de paganos, por lo que se hizo tan célebre que su historia no sólo se transmitió de manera oral, sino también por escrito.
Como casi siempre en estos primeros tiempos del cristianismo, en su vida se mezclan elementos históricos y legendarios, siendo muy difícil separar unos de otros. Las investigaciones más recientes han desarrollado, en este sentido, una “Teoría de los dos Patricios”, sobre todo de la mano de Thomas Francis O’Rahilly, lingüista irlandés. De acuerdo con esto, muchos datos que se atribuyen a San Patricio se refieren en realidad a San Paladio (Palladius, cuya fiesta es el 6 de Julio), quien en el siglo V llegó a Irlanda desde las Galias. Sin embargo, este no fue el primer clérigo que llegó a Irlanda, pues también se habla de Auxilius, Secundinus e Iseminus, relacionados con las primeras iglesias en Munster y Leinster. Se cree que Palladius fue enviado, ya investido como obispo, por el Papa Celestino I, según se lee en la crónica de Prosper Tiro de Aquitania. Lo que no se sabe bien es si este esfuerzo se dirigió a extender el cristianismo o a combatir la herejía del pelagianismo (que consideraba que se podía vivir sin pecado original y afirmaba que la gracia divina no era necesaria: posse sine peccato ese). Es posible que muchos relatos relacionados con Paladio se atribuyesen después a San Patricio. De allí que se mencione otra fecha de su muerte: el 491. Desde el siglo VII ya se configura una leyenda unificada en torno a un solo personaje: San Patricio.
Las leyendas alrededor de este santo comienzan a tejerse unos 100 años después de su muerte. El relato según el cual echó fuera de Irlanda a todas las serpientes, valiéndose de su palabra y de su báculo, tiene un sentido simbólico (no podemos tomar el relato en sentido literal, puesto que después de las glaciaciones no hay serpientes en Irlanda): la expulsión del mal, del paganismo y del pecado del corazón de los irlandeses. Este mismo motivo lo encontramos en otras historias de santos medievales. La leyenda de las serpientes en relación con Patricio parece ser que se originó en el siglo XII.
El trébol se convirtió en la planta nacional irlandesa debido también a San Patricio: con el ejemplo de esta plantita se dice que explicó el misterio de la Trinidad: tres hojas, una misma planta. De ahí que el verde sea el color identificado con este santo y con Irlanda.
San Patricio, debido a que existió antes del primer proceso de canonización (probablemente el de San Ulrico, en el año 993, por el Papa Juan XV), se convirtió en santo por tradición, como tantísimos otros. Es un ejemplo de confianza en Dios, patrono de los refugiados y ejemplo de convicción, por lo que su labor misional fue tan exitosa.
Se dice que, al preguntarle un pagano acerca de los valores que animaban a San Patricio, este le respondió con una frase que debería animarnos siempre: “La verdad en el corazón, la fuerza en el brazo, el cumplimiento en la palabra”.
Dr. Herminio S. de la Barquera y A.
Dirección de Posgrados en Ciencias Sociales
Grupo de Investigación en Ciencias Sociales (INCISO-UPAEP)