El 1° de Marzo, en su mensaje anual a la nación rusa, pronunciado ante las dos Cámaras legislativas y a dos semanas de las elecciones presidenciales, en las que con toda seguridad resultará reelecto, Vladimir Putin impresionó a propios y extraños cuando, al esperar los casi mil invitados a la ceremonia el anhelado fin de su discurso, comenzó a hablar de las notables avances de su programa de armamento nuclear ultramoderno. El mensaje acerca de estas armas portentosas va dirigido a los electores rusos –que se han de estar dando cuenta de que el tema de la seguridad es un punto central de la campaña política de Putin- y a los Estados Unidos.
Putin habló de que estas nuevas armas rusas constituyen una “garantía confiable” para asegurar la paz en nuestro planeta y afirmó que Rusia ha fundado un moderno ejército con alta tecnología, pero en seguida matizó: Rusia no es un peligro para nadie. En verdad parece que nadie se esperaba este tema en el discurso, pues durante más de una hora había estado hablando de que el pueblo ruso ahora disfruta de mejores condiciones de vida y había trazado una serie de pasos a seguir en materia de desarrollo social y económico. Esta parte del discurso dejó más o menos indiferentes a los asistentes, que de vez en vez aplaudían sin mucha convicción.
Y entonces llegó la sorpresa: apoyándose en videos, animaciones por computadora, imágenes e infografías que dejaron pasmados a todos, el presidente Putin comenzó a explicar el nuevo arsenal estratégico ruso, para lo cual requirió de casi una hora. Y ahora sí, los asistentes aplaudieron, extasiados. Esta segunda parte del discurso del hombre fuerte de Rusia inflamó los sentimientos patrios de la elite política, al grado de que el Ministro de Asuntos Exteriores, Alexei Puschkow, sentenció con orgullo que Putin acababa de mostrar al mundo que Rusia sigue siendo fuerte.
Sin embargo, los expertos están alarmados, no tanto por las armas en sí, sino por el tipo de discurso. Es decir, si en su alocución de alrededor de dos horas sobre la situación de Rusia, Putin emplea casi la mitad del tiempo en hablar del nuevo arsenal, esto constituye un signo de preocupación para muchos. Así, el politólogo Dimitri Trenin comentó que este discurso es una muestra de que Rusia y los Estados Unidos están cada vez más cerca de una confrontación directa, máxime que estamos en un momento en el que las relaciones entre ambas potencias son pésimas, a pesar de la abierta admiración que dicen profesarse mutuamente Putin y Donald Trump. Trenin vislumbra para el futuro próximo un tema central: prevención de la guerra. Esto no es muy alentador.
Recordemos que Putin y las fuerzas armadas rusas están molestas por el hecho de que Estados Unidos haya instalado sistemas antimisiles en Polonia y en Rumania, es decir, en las mismísimas fronteras rusas, además de que la OTAN –cosa impensable hace 30 años- ya se extendió hasta incluir a antiguos aliados de la otrora Rusia soviética. El líder rusa afirmó que, gracias al nuevo arsenal estratégico ruso, todas estas acciones del Occidente quedaron prácticamente inutilizadas.
¿Qué tanto podemos darle crédito a esta impresionante demostración de recursos multimedia? ¿Qué tan cierto es todo lo que dijo Putin? Algunas de estas armas son en verdad dignas de películas de James Bond, Terminator o el Súper Agente 86. Es el caso, por ejemplo, del cohete intercontinental RS-28 “Sarmat”, llamado, en el código de la OTAN, “SS-X-30 Satan 2”. Creo que fue una mala idea de la OTAN nombrar a este artefacto “Satán”, pues Putin aprovechó el nombre para decir que se debía al terror que infundía en sus potenciales enemigos. Este cohete de aparentemente 200 toneladas de peso, según el presidente ruso es capaz de burlar cualquier sistema antimisiles presente o futuro, puede llevar 10 cabezas nucleares pesadas, 15 ligeras o hasta 24 granadas ultrasónicas, tiene un alcance ilimitado, por lo que puede realizar ataques ya sea sobrevolando el Polo Norte o el Polo Sur, y fue probado en Diciembre de 2017.
Muchos expertos sostienen que el discurso de Putin tuvo sólo un objetivo: hacer una demostración (retórica) de fuerza, es decir, escenificó una pieza teatral de jactancia política. Como veremos en nuestra próxima colaboración, muchos de estos sistemas son, por lo menos en nuestros días, irrealizables. De todas maneras, como afirmamos arriba, lo importante no es si estas armas existen en verdad o no, sino que el discurso de muchos líderes mundiales está cambiando hacia la confrontación y puede desembocar en una abierta carrera armamentista. Esto es muy preocupante.
Dr. Herminio S. de la Barquera y A.
Dirección de Posgrados en Ciencias Sociales
Grupo de Investigación en Ciencias Sociales (INCISO-UPAEP)