Desarrollo humano y social
La democracia
28 enero Por: Herminio Sánchez de la Barquera Arroyo
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En este año, en el que tendremos elecciones para elegir, entre otros muchos cargos, a quien habrá de ser el próximo Presidente de la República, vale hacer algunas consideraciones acerca de la democracia.

1. La democracia es un tipo de régimen político, es decir, es una forma de dominación política: dominio del pueblo, dominación de la mayoría, de los muchos, a diferencia de otros tipos de régimen (dictaduras, regímenes autoritarios y totalitarios, etc.).

2. Una frase muy acertada para comprender qué es la democracia es la famosa fórmula de Gettysburg (1863), de Abraham Lincoln (1809-1865): la democracia es “el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo”.

3. La dominación democrática está basada en el principio de la soberanía del pueblo y de la igualdad política de todos. Está asociada a la validez de los derechos fundamentales de los ciudadanos y a la protección de la que debe gozar toda persona ante las posibles arbitrariedades del Estado.

4. La democracia es un tipo de régimen que, como toda obra humana, es perfectible; además, no es garantía de felicidad, de bienestar económico para todos, de que ganen los candidatos más idóneos o de que los electores no se equivoquen. Gana simplemente quien obtenga más votos, y este puede ser el más inadecuado para el cargo, como lo ha demostrado Donald Trump. La decisión mayoritaria a favor del “Brexit” en la Gran Bretaña nos muestra también que los electores pueden votar por una opción totalmente equivocada.

5. En un Estado democrático, los partidos existentes en algún momento pierden elecciones. Para poder hablar de democracia, es necesario que existan dos condiciones mínimas: pluralidad y participación. La ausencia de alguno de estos dos criterios significa que la democracia simplemente no existe: así en Cuba, en donde hay mucha participación pero solamente hay un partido político, o en Afganistán, donde hay muchos partidos y la gente no participa en los procesos electorales.

6. La democracia presupone necesariamente: sufragio universal e igual, participación efectiva, electores informados e ilustrados, posibilidades de participación individuales y colectivas y formas de participación convencionales y no convencionales, y libres posibilidades de desarrollo para la oposición.

7. La democracia exige responsividad de los gobernantes (esto es, la capacidad para responder), participación social y una cierta medida de justicia social. Este punto es importante, porque las diferencias muy marcadas en materia económica, social y cultural dejan a amplios sectores de la población en la indefensión frente a los abusos de los actores políticos, lo cual socava la democracia. En México esto se puede ver, por ejemplo, en la compra de votos.

8. Podemos decir, entonces, que la democracia moderna implica tres elementos: protección, participación e inclusión. Este tipo de régimen requiere que, en los gobernantes y en los ciudadanos, exista una cultura política comprometida con los valores de la democracia: respeto a las minorías y a quienes piensan de otra forma, aceptación de las reglas del juego, aprender a perder y a ganar, respeto a los derechos de los demás, conciencia de que la democracia no solamente es responsabilidad de los gobernantes, sino que existe también una corresponsabilidad en los ciudadanos.

9. Podemos decir que una democracia está consolidada cuando los problemas y conflictos en el sistema político se resuelven por vías institucionales, cuando todos los actores y los electores saben y reconocen que hay que respetar estos caminos institucionales y cuando todos saben y están de acuerdo en que los actores políticos que se salgan de dichas sendas institucionales inevitablemente recibirán un castigo. De acuerdo con esto, la democracia es un tipo de régimen que se construye entre todos y que requiere del concurso de todos para que pueda subsistir y consolidarse. Podremos quizá arrepentirnos de haber votado por tal o cual candidato, pero de lo que no podremos arrepentirnos jamás es de haber ido a votar. Esa es la mínima obligación de todo ciudadano en un país democrático consolidado o en un país que está buscando fortalecer y consolidar su democracia.

10. Para los que están descontentos con la democracia: este tipo de régimen es como el trabajo: podrá alguien quizá estar descontento con él, pero la opción contraria (no tenerlo más) es peor, mucho peor.


Dr. Herminio S. de la Barquera y A.

Dirección de Posgrados en Ciencias Sociales

Grupo de Investigación en Ciencias Sociales (INCISO-UPAEP)

 

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