Tal como vimos hace una semana en nuestra primera colaboración sobre el populismo, este estilo de política pareciera estar echando hondas raíces en los países del este europeo. Empero, si bien los casos son diferentes, hay elementos comunes que vale la pena destacar.
1. Stefan Meister señala que los populistas en Europa oriental se orientan según las diferentes corrientes de opinión de la población, sirviéndose para ello de diferentes instrumentos: ideas de “izquierda” y de “derecha” (lo que sea que esto quiera decir), se pronuncian por una decidida lucha contra la corrupción y contra las antiguas elites, dueñas del poder político y económico. También podemos observar elementos antidemocráticos (es decir, en contra de los valores de las democracias occidentales), antieuropeos (es decir, en contra de la Unión Europea) e incluso antialemanes (o sea, están en contra de Alemania tanto por su pasado nacionalsocialista como por su presente, como cabeza económica y política de Europa).
2. Otras características comunes son la nostalgia por una figura carismática que asuma el liderazgo de la nación, el temor de una creciente influencia de elementos extranjeros en el país y el acento en el nacionalismo. De todas maneras, cada nación posee sus peculiaridades propias. En la política práctica, estas similitudes se reflejan por ejemplo en cuestiones de identidad y soberanía, particularmente en Polonia, Hungría, Chequia y Eslovaquia, por lo que las políticas que emprenden en contra de la aceptación de refugiados musulmanes son muy parecidas, así como el deseo de hacer patentes sus diferencia frente a la Unión Europea y frente a Alemania en particular.
3. Un miedo que identifica por igual a estas naciones es a perder la identidad propia, por lo que se muestran contrarias a las líneas directrices que emanen de la Unión Europea (aunque aceptan gustosas las subvenciones), a los intentos “intervencionistas” de Estados más grandes dentro de la Unión Europea y a instituciones supranacionales.
4. En lo anterior vemos reflejado el espíritu de los tiempos: parece que actualmente todos quieren quedarse con las ventajas, pero sin tener que pagar por ellas.
5. Una causa de estas formas de pensar quizá estén en la forma en que se ha desenvuelto la economía de muchos de los países del este europeo: la transformación económica (el paso de las economías dirigidas a una de libre mercado, pero con terribles interferencias mafiosas y gubernamentales) y la temida globalización han provocado graves diferencias sociales, cada vez más notorias y que provocan el temor de amplios sectores de la población.
6. Según Martin Brusis, experto de la Universidad de Múnich (Ludwig-Maximilians- Universität), la historia de estos países, que generalmente han estado atrapados entre Europa y Rusia, o entre Europa, Rusia y el antiguo Imperio Otomano, hacen recordar a la gente que su país ha sido en muchas ocasiones la víctima y el botín de potencias extranjeras, a las que se han enfrentado a lo largo de la historia en luchas épicas, cruentas y heroicas, llegando incluso al sacrificio y al colapso.
7. Polonia, por ejemplo, con su gobierno populista, ha elevado incluso exigencias de reparaciones de guerra a Alemania (por la Segunda Guerra Mundial); la población parece desesperada porque la ansiada igualdad económica con Europa Occidental no llega, lo que se ve particularmente en los salarios, notablemente más bajos en Polonia. Además, el gobierno se ha lanzado a una campaña en contra de la libertad de expresión y de la división de poderes, elementos esenciales de la democracia occidental.
8. la pregunta que caracteriza a los populistas húngaros es: ¿Quién determina en realidad cuántos inmigrantes deben ser aceptados en nuestro país? ¿La Unión Europea, Alemania o Hungría? Lo que busca el gobierno húngaro es desmarcarse de la Unión Europea en materia migratoria, además de que constantemente muestra su descontento sobre la presencia de empresas trasnacionales, que parecen haberse apoderado de toda la economía del país. De hecho, la “Unión Cívica Húngara” (“Fidesz”), agrupación política en el poder, del Primer Ministro Victor Orban, era originalmente proeuropea y liberal, pero ahora se ha convertido en un grupo autoritario y “euroescéptico”.
9. En Chequia el panorama es diferente, pues la lucha es contra la corrupción, el clientelismo económico y los antiguos cuadros del partido socialista. En este país encontramos los índices de aprobación de la Unión Europea más bajos del continente, debido, como ocurre casi siempre, al deseo de sacar provecho de pertenecer a ella, pero al mismo tiempo de rechazar sus determinaciones, bajo la aparente defensa de la soberanía. El desastre político se refleja en la victoria de la agrupación política “Acción de ciudadanos descontentos” (que, por sus siglas en checo, recibe el feo nombre de ANO: Akce Nespokojených Občanů), del millonario Andrej Babiš, que ganó con 30% de la votación, seguida de cerca por partidos y agrupaciones igualmente antisistema. Al igual que otros populistas, estas organizaciones pretenden orientarse por las percepciones y deseos de la población, incluyendo, por supuesto, una buena dosis de xenofobia. En donde se diferencia Babiš de sus colegas polacos y húngaros es en que no se considera un nacionalista.
10. En el populismo de los países de la Europa del este se notan algunas características de la locura que recorre el mundo: egoísmo disfrazado de soberanía, búsqueda del aislacionismo, rechazo a dar abrigo a los necesitados, ansias por asegurarse las ventajas de las organizaciones internacionales pero rechazando su injerencia o sus sistemas de control, renuncia de los políticos a proponer soluciones por sí mismos (en lugar de ello, afirman seguir lo que el pueblo diga y mande), nacionalismo exacerbado, percepción simplista de los fenómenos políticos y económicos, etc. ¿Cuántas de las características que hemos observado en los países que hemos reseñado en estas colaboraciones sobre el populismo pueden ser también distintivas de algunos actores políticos mexicanos?
Dr. Herminio S. de la Barquera y A.
Dirección de Posgrados en Ciencias Sociales
Grupo de Investigación en Ciencias Sociales (INCISO-UPAEP)