Desarrollo humano y social
Elecciones en Alemania: ¿cómo se organiza la jornada electoral?
01 octubre Por: Herminio Sánchez de la Barquera Arroyo
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El domingo 24 de Septiembre pasado se realizaron en Alemania las elecciones para la renovación del parlamento federal (Bundestag). Debido a que este país se rige por un sistema parlamentario (del órgano legislativo emana el equipo de personas que conformará el gobierno), esto significó que también se renovaría el gobierno federal. Los resultados fueron en parte sorpresivos, en parte no. El hecho de que Angela Merkel se reeligiera no sorprendió a nadie, aunque sí el hecho de que perdiera tantos votos comparados con las elecciones anteriores (2013) y que el partido populista de derecha Alternativa por Alemania (AfD) alcanzara un porcentaje tan alto de votos, lo que le permitirá por primera vez acceder al Bundestag.

En el proceso electoral del pasado domingo participaron 42 partidos a nivel nacional (y luego nos quejamos en México de que aquí hay demasiados…), que postularon a 4 828 candidatos a diversos puestos en una jornada electoral en la que participaron 61.5 millones de electores. Pero no solamente toman parte en las elecciones los candidatos, los partidos y los electores. Muchas veces se olvida que el proceso electoral es posible porque hay alrededor de medio millón de voluntarios que ayudan a organizar la jornada electoral y a contar los votos, en un formato diferente al de México.

Para empezar, Alemania es una república federal, al igual que México, pero allá no hay una oficina nacional de elecciones, sino que la organización descansa sobre todo en las instancias locales. Esto se debe a muchas razones tanto de carácter histórico y cultural que son distintas en ambos países; por eso tampoco hay representantes de los partidos en cada casilla, porque nadie desconfía de las personas que estarán a cargo de cada casilla y que, entre otras cosas, contarán los votos.

¿Cómo se escoge a los voluntarios? En un principio, las autoridades municipales se comunican con quienes ya han fungido como ayudantes electorales en procesos anteriores y les solicitan nuevamente su apoyo. Además, muchos voluntarios se registran en las oficinas locales electorales para participar, pero como el número de estos y de los “veteranos” generalmente es insuficiente, las oficinas municipales escogen al azar a más ciudadanos para que participen en el proceso electoral. Estas personas insaculadas solamente pueden declinar participar cuando puedan demostrar causas de fuerza mayor. Si no acuden al llamado pueden hacerse acreedoras a una multa de hasta mil euros.

En caso de que siga siendo insuficiente el número de ayudantes electorales, las autoridades pueden recurrir a miembros de los partidos políticos, pero tratando siempre de que no se concentren muchos del mismo partido en un distrito o en una casilla, pare evitar sospechas o malas maniobras. Antes del día de las elecciones, quienes fungirán como presidentes y secretarios de casilla reciben una capacitación, si bien por lo general, como dijimos, se trata de personas ya con experiencia.

Las casillas abren a las 8 de la mañana y cierran a las 6 de la tarde. Los encargados de esto en cada casilla son el presidente de la misma, el secretario (o sus suplentes) y cinco “propietarios”. Estos ayudantes electorales deben llegar una hora antes de la apertura de la casilla; debe haber por lo menos tres auxiliares durante el tiempo en el que los electores depositan sus votos. Pero durante el conteo de los votos en la casilla debe haber por lo menos cinco, entre ellos el presidente de la casilla y el secretario (o sus suplentes). El proceso de conteo es público: cualquier ciudadano puede estar presente, pero no puede revisar el padrón de electores ni filmar o fotografiar nada dentro de la casilla. El presidente y el secretario reciben una pequeña compensación económica: 35 euros; los propietarios reciben 25. Poco dinero para todo el trabajo que hay que realizar, que termina por lo regular a las 8 de la noche.

Como en Alemania hay mucha gente que emite su voto antes de las elecciones y lo manda por correo, el resultado no solamente depende de los votos contabilizados en las casillas, sino que hay que sumarlos con los que se mandaron vía correo.

Como ya lo hemos comentado en este espacio en ocasiones anteriores, los alemanes emiten un voto para elegir al diputado de su preferencia; pero además, en la misma boleta escogen, de manera personalizada, al candidato “de la lista”, es decir, al diputado de representación proporcional (que en México equivocadamente llaman coloquialmente “plurinominal”). Es así que, a diferencia de nuestro país, los partidos someten a la consideración del electorado una lista en donde el que reciba más votos personalizados obtendrá una curul. En México, los partidos le presentan a los electores una lista cuyo orden no puede modificarse ya: el voto es para la lista completa, por lo que los que tienen asegurada la entrada al órgano legislativo son los situados en los primeros ligares.

Estos sistemas (doble voto personalizado en Alemania, sistema “segmentado” en México) sirven para compensar la desproporción que causa el sistema de mayoría, por lo que a nadie en aquel país se le ocurre proponer que desaparezcan los diputados de representación proporcional. Recordemos que ambos sistemas sirven a diferentes objetivos: los de mayoría tienden a buscar la gobernabilidad y la formación de mayorías; los de representación proporcional buscan representar en el congreso, de la manera más fiel posible, la correlación de fuerzas que existe en el electorado. Ninguno es mejor que el otro, por lo que debemos proteger nuestro sistema segmentado, aprendiendo a identificar en dónde están realmente los problemas (por ejemplo: en la democracia interna de los partidos). Con ocurrencias tequileras no se solucionan las dificultades.

 

 

 

 

Dr. Herminio S. de la Barquera y A.

Dirección de Posgrados en Ciencias Sociales

Grupo de Investigación en Ciencias Sociales (INCISO-UPAEP) 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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